2007-07-19.EPOCA.ENTREVISTA AGT

Publicado: 2007-07-19 · Medio: EPOCA

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ENTREVISTA A ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
EPOCA. 19 JULIO 2007
EDUARDO MARTINEZ RICO
No resulta sencillo clasificar a este intelectual que no se casa con (casi) nadie, columnista y conferenciante incómodo, cuya pasión es la razón. También a este adalid de la libertad política le duele España, y propone regenerarla mediante la receta republicana. 
Parece un millonario americano en su mansión, pero es algo más: abogado de prestigio y uno de los pensadores políticos más incorrectos, polémicos y originales del panorama nacional. Tanto que algunos medios de comunicación le temen y no siempre encuentra el eco necesario para dar a conocer sus opiniones, que, para muchos, son las de un outsider.
Su nombre se asocia con la república, como el de Beckham se asocia con el fútbol, pero él dice que está “consagrado a la libertad política, de lo que la república es consecuencia”.
Antonio García-Trevijano es un hombre afable y muy educado, pero también enérgico. Vive entre obras de los mejores artistas, alimentando así su sensibilidad.
Hablamos de la Revolución Francesa y me cuenta que desde hace mucho le piden los editores un libro suyo sobre este tema, pero que no tiene tiempo para escribirlo. Cuando le pregunto para qué tiene tiempo, empieza la entrevista:
-Para la política española, para la libertad en España. Me da igual la edad que tenga, yo me moriré pidiendo para España la libertad y la democracia.
-¿Considera que la libertad va asociada a la república?
-No, va asociada a un referéndum, y que el pueblo, con plena libertad e información, elija entre monarquía y república. Es la libertad de decisión sobre la forma de Estado.
-¿Cómo se concreta eso?
-Yo quiero un periodo de libertad constituyente, donde el pueblo español elija sin miedo la forma de Estado, monarquía o república; la forma de Gobierno, presidencialismo o parlamentarismo; centralismo o autonomías...
-¿Qué piensa que elegiría el pueblo?
-Si hay libertad de información, la república. Si se hace como en la Transición, la monarquía. Esto último si toda la prensa silencia la voz de los que piden la república, y toda la prensa está con la monarquía. Pero monárquicos no hay ni uno.
-¿Ah, no?
-Monárquicos estrictamente no hay ninguno; lo que hay es oportunistas.
-Cuando habla de libertad, ¿a qué se refiere?
-Yo hablo de libertad, política, que es colectiva, y en España no hay ninguna. En España hay libertades personales, individuales, pero la libertad colectiva es la libertad de un pueblo para nombrar y deponer los Gobiernos. Eso no lo tenemos. Se me dirá: “Pero claro, hay votaciones y urnas... ”. Eso es una tomadura de pelo, eso no es nombrar el Gobierno, porque quienes nombran no son los elegidos por los ciudadanos, sino quienes eligen los partidos. Quien no ve esto es que ha renunciado a la inteligencia.
-Usted también hace política desde la práctica.
-Yo he fundado un movimiento de ciudadanos donde convoco sólo a los valientes, inteligentes y leales, nada más; sean fascistas, comunistas, anarquistas... Me da igual, pero que quieran la libertad, que no pongan la igualdad, que es demagogia, antes que la libertad.
-Planteamientos muy radicales los suyos... ¿Qué implica la libertad?
-La libertad no está sujeta a las normas impuestas por la libertad de expresión. Es una libertad que está más allá de la libertad de expresión, que puede pensar por sí misma con independencia de la opinión pública.
-¿Por qué está más allá de la libertad de expresión?
-Porque tiene una crítica a la libertad de expresión, que es la opinión pública. Puedes expresar opiniones que no están admitidas en la libertad de expresión. La libertad de pensamiento es interna y no está coaccionada por la opinión de los demás.
-Le veo políticamente muy incorrecto. ¿Está usted muy silenciado ahora?
-Muchísimo. En los medios, en las televisiones... En la radio me llamaron hace poco por el aniversario de la República. En la tele me llaman Sánchez Dragó y el Loco de la Colina, pero siempre como personaje marginado, raro, pintoresco... cuando tendría que ir como alguien normal, porque soy una persona de sentido común. No tengo una ideología ni comunista, ni fascista... jamás he sido nada, pero eso es lo que no soportan.
¿Usted considera que no tiene libertad de expresión?
-Yo no puedo expresar mi pensamiento. Yo entro en todos los periódicos y soy consciente de que me utilizan generalmente para ir contra el PSOE, y sé que cuando pierda las elecciones seré echado. Incluso tengo la habilidad de no decir toda la verdad, sólo la que puede ser escuchada en esa publicación.
-Sinceramente, ¿cree usted que en la España de 2007 no hay una verdadera democracia?
-La democracia sin la separación de poderes es imposible. Lo que hay es separación de funciones: el partido que gana tiene en su mano el poder legislativo; el ejecutivo, porque lo nombra; y los jueces, porque tiene las mayorías en las cuotas. Todo es tan falso que el hecho de participar en esto implica o un cinismo gigantesco, o una idiotez brutal, o la inercia de una persona que no quiere saber nada.
-¿Y qué salida propone?
-La abstención. Y doy conferencias por todas partes diciendo “abstención”, porque es inmoral votar, por propia dignidad. Estar votando a la servidumbre voluntaria, a los que te convierten en siervo de ellos...
-Pero parece que esta “servidumbre voluntaría” es algo pactado por todos...
-Pactado por los dirigentes, y el pueblo, imbecilizado, acobardado, acomodado. El pueblo no tiene facultad ni siquiera para pactar.
-¿Por ignorancia?
-Aunque no fuera ignorante. No tiene una plataforma. Eso es lo que le falta. Yo pido la abstención general, la desobediencia pasiva.
-Dibuja un panorama muy pesimista, pero ¿no somos así los humanos?
-No, somos así los españoles, porque después de la Guerra Civil el pueblo quedó aterrorizado, lleno de pánico. Hoy el pueblo más cobarde de Europa es el español. No son así los ingleses, ni los americanos... Fíjese, por ejemplo, en el caso francés. En Francia no hay una democracia, pero se han acercado bastante, porque el presidente tiene que someter su Gabinete a la moción de confianza de la Asamblea. Es mejor que lo de España.
-¿Por qué no le gusta nuestro sistema político?
-Porque, en la práctica, son los jefes de partido los que nombran a los diputados, para que les obedezcan ciegamente. La consigna que tienen es “yo te pongo en la lista, pero si ganamos tú me nombras presidente del Gobierno”. Este sistema podría funcionar perfectamente sin Parlamento. Es innecesario, sobra. ■