1976-07-04.EL PAÍS.ENCUESTA DESIGNACION SUAREZ
Publicado: 1976-07-04 · Medio: EL PAÍS
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EL PAÍS domingo 4 de julio de 1976 EL NUEVO PRESIDENTE DEL GOBIERNO Sorpresa generalizada Encuesta Sorpresa generalizada es la reacción más dominante en todos los círculos de la oposición, nada más conocerse el nombramiento del nuevo jefe del Gobierno. Por su parte, las pe rsonalidades consultadas del régimen consideran acertada y correcta la designación. EL PAÍS realizó, nada más conocerse la noticia, una amplia encuesta de urgencia hombre nuevo y postfranquista, que en principio no inspira recelo alguno, ni a la oposición, ni a los sectores conservadores. Excluyo, por supuesto, a los grupos extre- mistas. Adolfo Suárez es un ejemplo de carrera política fulgurante; no obstante, no tiene una gran expe- riencia que ofrecer. Su interven- ción ante el Pleno de las Cortes para presentar el proyecto de ley de Asociación Política fue positiva, pero un buen discurso no es sufi- ciente para probar y contrastar la capacidad política de un hombre. Este aspecto del nuevo presidente supone al mismo tiempo una ven- taja —no hay detrás de él ningún fracaso político— y un mérito —su juventud—. Pero, en definitiva, su capacidad la juzgaremos a través del equipo ministerial que forme en torno a él. Pido a Dios que le ilumine en la elección de los miembros del Gobierno, en el mo- mento extremadamente difícil que atraviesa España, tanto en el as- pecto político, como económico. tanto, lo que a mi entender debería hacerse es que todos los hombres de buena voluntad de la oposición y contrarios al continuismo dejen de preocuparse por sus ambicio- nes, por nobles que sean. Hemos de dar al pueblo la seguridad de que somos capaces de resolver sus pro- blemas, cambiando las estructuras del Estado y dando a los españoles el sentimiento de que pueden ser gobernados por hombres que aman la libertad y desean la paz para el país. Ortí Bordas {Procurador en Cortes) La elección de Adolfo Suárez constituye el triunfo de la genera- ción del Rey, que hace años yo ca- lifiqué como generación del tránsi- to, es decir, la llamada a consolidar la Monarquía, por una parte, y la democracia, por otra. Significa, asimismo, la certeza de que continuará el proceso de la reforma política. Antonio García López (Partido Socialista Democrático) Creo que la elección de Adolfo Suárez ha sido un acierto y aunque la tarea del nuevo Gobierno sea difícil, esperemos que, dada la es- trecha relación del presidente con los altos mandos militares, termine con el sabotaje permanente de ciertos reductos de la derecha tra- dicional al programa democratiza- dor del Rey. Lo que en mi opinión define al nuevo Gobierno, al Go- bierno Suárez, es el diálogo. Tiene que dialogar con las fuerzas de la izquierda —marginadas desde hace cuarenta años— para llegar a un consenso sobre los medios y !os plazos de la democratización; tiene que dialogar con las autonomías, específicamente con el Partido Nacionalista Vasco, y con los par- tidos catalanes. Hay que restable- cer rápidamente la confianza del gran capital, con directrices claras sobre lo que se pretende de ellos; hay que dialogar con los sindicatos democráticos de manera inmedia- ta y pública. José María Zavala (Partido Carlista) El nuevo presidente del Gobierno llegó a la política con Herrero Te- jedor, una personalidad del Movi- miento que reunía la doble condi- ción de falangista fiel a Franco y miembro del Opus Dei. Adolfo Suárez, por su trayectoria ligada al Movimiento y a la Subsecretaría de la Presidencia con Carrero Blanco y López Rodó, no es un político para el futuro ni para el difícil pre- sente, porque representa el conti- nuismo del régimen surgido de la guerra civil. Es un hombre de la confianza de Juan Carlos. El país necesitaba un presidente capaz de asimilar la necesidad democrática de nuestro pueblo, expresada re- cientemente por la oposición a través del rechazo de la reforma y la alternativa de un periodo consti- tuyente con pleno reconocimiento de las libertades democráticas ;n exclusiones. No parece quc^>e pueda ser el papel del nuevo presi- dente. Nazario Aguado (Partido del Trabajo) En principio no lo entiendo muy bien. Era previsible que el cese de Arias fuera seguido del nombra- miento de un presidente del Go- bierno con una mayor credibilidad reformista. El cese de Arias ha sido el reconocimiento del fracaso total Josep Benet Jaime Miralles Adolfo Suárez llega » su casa, conduciendo su coche, tras haberse entrevista- do con el Rey. de la política del primer Gobierno de la Monarquía y del programa reformista puesto en marcha. Por lo tanto, era lógico prever la constitución de un Gobierno que llevara a cabo reformas más pro- fundas e incluso capaz, bajo las condiciones de presión popular que se están dando en este mo- mento o las que se den en el otoño —que serán de mayor envergadu- ra—, de pactar con la oposición de- mocrática y el pueblo español, para establecer todas las libertades políticas sin excepción y abrir un proceso constituyente. En principio, no parece que Adolfo Suárez sea el más indicado para llevar a cabo esta tarea. Armando López Salinas (Partido Comunista) En un momento en que se habla de apertura y democracia, causa cier- ta extrañeza que Adolfo Suárez haya sido elegido presidente del Gobierno, aunque para ver si su- pone un freno o un avance en el proceso democrático habrá que es- perar la reacción del presidente y de su nuevo Gobierno, caso que lo forme, ante cuestiones pendientes como la amnistía y el pacto con la oposición. Santiago Carrillo (Secretario general del Partido Comunista) El nombramiento de Suárez constituye una cierta sorpresa. Si se tiene en cuenta su pasado, hay po- co que esperar. Pero me reservo el juicio definitivo hasta que se co- nozca el nuevo Gobierno y su pro- grama. De todas maneras, con Suárez o con otro, la necesidad de la ruptura pactada sigue vigente. Es decir, una ruptura que prepare las condiciones para una alternati- va democrática de Gobierno. Na- turalmente, el tono del futuro Go- bierno ya lo dará, de entrada, el sí o no a la amnistía. Antonio Fontán Creo que cronológicamente sí ha sido un paso hacia adelante; en cualquier caso no es un paso atrás respecto al Gobierno de Arias, cosa que hubiera sido bastante difícil. Suárez, que podrá ser un presiden- te provisional, ha demostrado una gran capacidad de adaptación: vi- niendo del Partido, saca sin em- bargo los «partidos» adelante. En cualquier caso, el gran interrogante es su Gobierno: Suárez es un buen interlocutor con el Régimen y sus instituciones, pero no está com- probado que lo sea del mismo mo- do con la oposición, papel que podían desempeñar los «grandes» del anterior Gobierno cuyas con- diciones a participar, si es qué tie- nen opción a ello, serían en este momento previsiblemente duras. (Secretariado de la Assemblea de Catalunya) La solución dada a la crisis ha de- mostrado a todo el mundo que no hay reforma democrática posible dentro del sistema. Todo está atado y bien atado al pasado autocrático. Por ello, para llegar a restablecer la democracia, no existe otro camino que el de la ruptura, como propone la oposición. Marcelino Camacho Ignacio Camuñas (Comisiones Obreras) Nosotros, Coordinación De- mocrática, creemos que la dimi- sión de Arias es la constatación del fracaso de una política que inten- taba mantener el franquismo después de Franco, y en este fraca- so, digamos, que han incidido de una manera clara los trabajadores. También ha incidido la existencia de Coordinación Democrática, así como la crisis económica, las con- tradicciones internas del Gobierno y el aislamiento exterior. Si ha fracasado esta política, habría que haber buscado hom- bres que emprendieran otra distin- ta y, naturalmente, que se pusieran al habla con la oposición y hubieran abierto en el Estado el camino ha- cia las libertades democráticas y nacionales, al mismo tiempo que hubieran abordado los primeros pa- sos para resolver los problemas económicos. Nos tememos que sea un serio intento de mantener la misma política con otros hombres. Naturalmente, no se puede pre- tender que la clase obrera soporte el peso de su crisis, si además se la mantiene marginada y reprimida. Esto refleja que las instituciones políticas del fascismo no sirven para la libertad. No hay otra salida que la ruptura democrática pac- tada. JosepTarradellas (Presidente de la Generalidad de Cataluña, en el exilio) No me había hecho demasiadas ilusiones respecto a la posibilidad de constitución de un Gobierno que quisiera y pudiera elaborar una política acorde con los anhelos y sentimientos del país. Pero hay una gran diferencia entre ello y la fuerte decepción de hoy, en que constaté cómo los principios del franquismo continúan en vigor. Ante esta grave situación, creo que no hemos de caer en la trampa de la crítica' constante y negativa, como a menudo se ha hecho y, por (Partido Liberal) Creo que ahora es perfectamente comprensible que el gran triunfa- dor de la crisis es Torcuato Fernández-Miranda. El país no está para bromas ni para inseguras piruetas. Calculo que esta noche los grandes diarios del mundo oc- cidental estarán locos para compo- ner una biografía, correctamente interpretada, del nuevo presidente del Gobierno. Como en los toros antes del paseíllo, habrá que decir la frase tradicional: que Dios re- parta suerte. Manuel Zaguirre (Unión Sindical Obrera) En cualquier caso, es muy pronto para emitir un juicio sereno y con fundamento. Sólo me acuden interrogantes: ¿El nuevo presiden- te viene a confluir el desguace del Movimiento Nacional o a poten- ciarlo? ¿Con él se abre paso al Go- bierno capaz de negociar con la oposición el proceso constituyente, de restituir las libertades políticas y sindicales sin exclusiones, la am- nistía, de poner freno a la crisis económica y a sus efectos gravísi- mos que están recayendo sobre los trabajadores en especial? No soy optimista respecto a la respuesta, pero el nombramiento constituye una gran sorpresa que en cierto modo desmantela las bases de análisis de hace apenas dos días. Dionisio Martín Sanz (Consejero del Reino) No me ha sorprendido la elección de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, ya que por mi cali- dad de consejero del Reino conocía la terna presentada al Rey. El nue- vo presidente tiene la ventaja de haber llegado a ministro con el primer gobierne) de la Monarquía. Es decir, ofrece la imagen de un (Monárquico) Me remito a lo que se ha publicado por la oposición en la prensa de ayer, denunciando la operación de la reforma. Salvo sorpresas, parece lógico pensar que es un acto más —el nombramiento de Suárez— de continuidad y de continuismo. Los hombres de la reforma se han empeñado en concedernos a los españoles una libertad dosifi- cada; no se dan cuenta de que la sociedad española necesita que la libertad se le reconozca y que sea el propio pueblo español quien se ar- ticule sus instituciones democráti- camente como titular de la sobe- ranía. . Alexandro Otero (Partido Socialista Popular de Galicia) Por el Ministerio que desempeñó, por ser uno de los 40 de Ayete y aunque su defensa de la ley de aso- ciaciones ante las Cortes fue bue- na, si no inicia una urgente política de reconciliación nacional valo- rando en todo su alcance a la opo- sición, con la necesaria apertura de un período constituyente, en prin- cipio carece de credibilidad y de (labilidad, y por tanto me parece que su mandato será muy breve. Antonio García Trevijano (Grupo de los Demócratas Independientes) La designación de Adolfo Suárez puede interpretarse en un sentido profundo o en un sentido superfi- cial. En profundidad significa el intento del Sistema de reconducir el pacto que a través de Carrero Blanco se estableció en la segunda mitad del Régimen franquista, en- tre la burocracia política del Régi- men y la burguesía financiera interpretada políticamente por los hombres del Opus Dei. Ante la cri- sis económica actual y ante el fra- caso de la política reformista de Arias-Fraga, es natural que por instinto el Régimen vuelva al so- porte político que tuvo durante la época del desarrollo económico. Desaparecido Herrero Tejedor, el hombre más representativo de esta síntesis falangista-opusdeista es sin duda don Adolfo Suárez. En un sentido superficial, la designación del señor Suárez es la elevación del Rey sobre sus antiguos tutores. Es designado un hombre joven que no ha tenido en el pasado ninguna autoridad sobre Juan Carlos.