2001-07-17.LA RAZON.EL TSJ ALABA LA MEDIACION D AGT.GARRIDO-VILLAPALOS

Publicado: 2001-07-17 · Medio: LA RAZON

Ver texto extraído
LA RAZÓN
MARTES, 17 - VII - 2001

7

OPINIÓN

RÍOS DE TINTA
PARÁBOLA DEL PEZ

S on miles los jóvenes es-

pañoles  que,  en  estos
días de caravanas auto-
movilísticas, maletas que se
pierden y partes meteorológi-
cos,  están  trabajando  como
cooperantes en los países más
pobres del planeta. Son mu-
chachos que han salido de su
egoísmo para dedicarse a los
demás, y no lo han hecho de
un modo forzado sino porque
su buen  entender y buen sen-
tir se habían confabulado en la
búsqueda de una conclusión. Algunos dicen
que todo esto no es más que un parche; qué
más da si construyen una escuela o un pe-
queño hospital si, después, no funciona por
falta de medios o de personal; estos chavales
son aventureros a destiempo, un poco hartos
de todo y con afán de figurar; y, además, mu-
chas ONG son un puro negocio que está ba-
jo sospecha; etcétera. Así piensan quienes,
desde su butaca, no tienen el coraje de asu-
mir más riesgo que el de sospechar siempre
que lo blanco no es más que el rostro per-
verso de lo negro, dado que el mundo es una
trampa en cada individuo y a cada instante. 
Ya sé que la abnegación de los jóvenes
que aprovechan sus vacaciones estudiantiles
o laborales para ayudar a los demás no cotiza
en la bolsa ni se suma al Producto Interior
Bruto. Tampoco es computado en los infor-
mes que hablan de la madurez de una socie-
dad, de su capacidad para sentir lo ajeno co-
mo propio –¿es que algo nos es ajeno cuando
esa realidad pica sus espuelas en los otros?–,
de la conciencia de que no somos planetas
separados ni siquiera islas sino cerezas en un

cesto, cerezas que se abrazan
para ser hormigas, en ramos
como  hileras,  en  cuanto  al-
guien intenta extraer la fruta y
llevarla a la mesa. La sociedad
que se caracteriza por el indi-
vidualismo,  por  la  obsesión
privatizadora  y  por  el  viejo
«ande  yo  caliente  y  ríase  la
gente», necesita, y el equili-
brio del Universo así lo con-
cede  valiéndose  de  mis-
teriosos  métodos,  una  com-
pensación. Y en este contra-
peso de la obsesión por considerarse el rey
del mambo están, sin duda, los españoles, y
otros ciudadanos del llamado Primer Mun-
do, que hoy mismo están en la selva o en el
desierto moderando o matizando aquel dicho
de que «si un hambriento te pide un pez, en-
séñalo a pescar». Hay que tener cuidado: lo
bueno es enseñarle las artes de la pesca pe-
ro, para ejercerlas, ha de estar razonable-
mente alimentado, no sea que le dé un ma-
reo, se caiga al río o al lago o al mar, y se
ahogue. Si alguien te pide un pez, dáselo. Y,
después, ya hablaremos de cañas y de an-
zuelos. El pretexto para no ayudar a los de-
más tiene muchos rostros, y entre ellos el
contraponer la caridad y la justicia para no
darle un trozo de pan o de cariño a quien lo
necesita. 

A quienes estamos en la rutina veraniega
nos salvan, de algún modo, quienes se entre-
gan en estas semanas a los demás, por mu-
cho que produzcan incomodidad en las con-
ciencias más dormidas o más cínicas. 

CONFIDENCIAL

Cosas del asesor

Ha presionado en los medios de
comunicación a periodistas con
nombre y apellido. Es el asesor de
los asesores por excelencia. Trabaja
para varios a la vez, algunos de
ellos muy significados. Entre pitos
y flautas se levanta cuatrocientos
cada año. Ahora está de los nervios,
pues no soporta las reiteradas
críticas. Ha hecho una lista de
informadores incómodos y se dice
que manda bastante en un
periódico. Lo último que se ha
sabido es que también asesora al
Sepla. Ha prohibido a sus
colaboradores y familiares que
hablen con los periodistas. No
actuaba así en otros tiempos,
cuando pedía ayuda a algunos de
ellos, con quienes ahora ni se pone
al teléfono. Dicen que fue un tipo
embaucador y encantador, pero el
poder le ha afectado bastante.
Cosas del factor humano, claro.
Aún así, sigue controlando mucho
y quiere asumir cierto
protagonismo en las próximas
elecciones gallegas. Pero cuentan
que al gran patrón FFrraaggaa  le cae fatal
y que nunca se llevó bien con
FFrraanncciissccoo  ÁÁllvvaarreezz  CCaassccooss.
Tampoco goza de la confianza de
MMaarriiaannoo  RRaajjooyy y de otros altos
dirigentes de Génova trece. Pero, al
final, la decisión será tomada fuera
de Génova. La última palabra la
pone otro. Como ocurre casi
siempre.

FFaauussttiinnoo  FF..  ÁÁLLVVAARREEZZ

EELL  SSUUBBMMAARRIINNOO

LAS CARAS DE LA NOTICIA

e
f
E

e
f
E

e
f
E

EEdduuccaacciióónn  yy  RRTTVVEE  ddeessaarrrroollllaarráánn
jjuunnttooss  pprrooggrraammaass  ffoorrmmaattiivvooss
La ministra de Educación, Pilar del Castillo,
en la imagen, y el director general de RTVE,
Javier González Ferrari, firmaron ayer un
acuerdo  para  el  desarrollo  de  programas
educativos y de utilización de Internet que
serán  emitidos  por  Televisión  Española.

EEll  TTSSJJ  aallaabbaa  llaa  ddeessiinntteerreessaaddaa
mmeeddiiaacciióónn  ddee  GGaarrccííaa  TTrreevviijjaannoo
El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ala-
ba la mediación desinteresada de nuestro
colaborador Antonio García Trevijano, en
la imagen sobre estas líneas, en favor de
su cuñado, el profesor Garrido, en la sen-
tencia absolutoria de Gustavo Villapalos.

EEll  aabbooggaaddoo  JJuuaann  BBaassssaass,,
pprrooppuueessttoo  ccoommoo  vvooccaall  ddeell  CCGGPPJJ
El abogado Juan Bassas ha sido propuesto
por el Consejo de Colegios de Abogados
de Cataluña como candidato para una de
las vocalías del Consejo General del Po-
der Judicial por el cupo previsto para abo-
gados y juristas de reconocido prestigio.

ACOTACIONES

PREDICAR CON
EL EJEMPLO

De  entre

todas las
reaccio-
nes políticas, so-
ciales y morales
producidas  a
raíz del último
doble  crimen
de Eta –en Na-
varra  y  el  País
Vasco–, segura-
mente  la  que
más  polémica
suscita es la que
acaba de personificar el arzobispo de Pam-
plona, monseñor Fernando Sebastián, cuando
exhorta, en su homilía de funeral por el con-
cejal  de  UPN,  a  «romper  las  cadenas  del
miedo y el silencio». Es cierto que este pre-
lado no es comparable a monseñor Setién, ex
obispo  de  San  Sebastián.  Ni  siquiera  con
monseñor Cirarda, su predecesor en la dió-
cesis. Tampoco con monseñor Uriarte, suce-
sor de Setién. Pero hay algo que chirría en el
engranaje de las conciencias y de las sensi-
bilidades ante la irrupción de estas palabras,
tan objetivamente elogiables como llamati-
vamente  contradictorias.  La  Iglesia  vasca
–sobre todo ella– se ha venido caracterizando
por la ambigüedad y no pocas veces por el
silencio cuando se han planteado las grandes
cuestiones relacionadas con el terrorismo eta-
rra. Y  esta  actitud  ha  durado  demasiados
años como para que ahora, con la aparente
naturalidad de quien pertenece a una institu-
ción ejemplar en la denuncia de algo que no
siempre supo denunciar a tiempo y con la de-
bida contundencia, el arzobispo de Pamplo-
nas lance, sin el menor asomo de autocrítica
o autoreconvención, una exhortación que pa-
rece sonar a reproche e imputación de co-
bardía. Es como decirle a la grey bajo su cus-
todia pastoral que ella, la grey, no supo estar
a la altura de sus deberes morales o de los re-
clamos de una ética cívica. Demasiado con-
sejo para tan poco ejemplo. 

Cualquier observador estaría dispuesto a
salvar la buena imagen de un prelado con-
creto, en este caso monseñor Sebastián, pe-
ro resulta difícil olvidar lo que la Iglesia vas-
ca ha significado y precisamente ahora sigue
significando cuando hasta se le regatea al
desventurado Miguel Ángel Blanco un fune-
ral de parroquia. 

Si hay una sociedad con derecho al mie-
do, esa es la vasco-navarra o gran parte de
ella. Y no se le puede afear la práctica del si-
lencio  porque  precisamente  está  dando
abundantes muestras de lo contrario. Hay
verdaderos ejemplos de valor en muchos tes-
timonios públicamente expresados. Escalo-
friantes ejercicios de riesgo. Se antoja de-
masiado fácil salir ahora por los fueros de la
denuncia, la de la Iglesia, o de la exhortación
pastoral contra Eta, sabiendo que contra esa
postura no reaccionarán los pistoleros de tur-
no. El estamento eclesial está exento. No le
disparan ni le han disparado nunca. Ahí está
Deusto sin problemas mientras peligra la in-
tegridad de la Universidad del País Vasco.
No está mal recordarlo. Valga, pues, decirlo,
siempre con la esperanza de que el caso de
monseñor Sebastián represente dentro de la
propia Iglesia la definitiva ruptura de la ca-
dena de su propio silencio.

LLoorreennzzoo  CCOONNTTRREERRAASS