2001-02-08.LA RAZON.EL PENSAMIENTO FUERTE JOSE A SENTIS
Publicado: 2001-02-08 · Medio: LA RAZON
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LA RAZÓN MIÉRCOLES, 7 - II - 2001 MIÉRCOLES, 7 - II - 2001 LA RAZÓN 7 7 OPINIÓN OPINIÓN PASO CAMBIADO EL PENSAMIENTO FUERTE E s una paradójica conse- cuencia de esta época de exuberancia editorial que la banalización haya ganado por aplastamiento la batalla de las ideas. Son poquísimos las apor- taciones originales que huyan del empeño coyuntural destina- do a ser pasto de los ratones; que puedan sorprendernos; que acu- mulen a la belleza de la escritu- ra la precisión de la inteligencia. Celebro por eso que el velo del templo de la postmodernidad ha- ya podido ser rasgado por un paradigma del pensamiento fuerte: las Pasiones de servi- dumbre, de Antonio García Trevijano, recién publicado en Ediciones Foca. No pretendo, y además sería una presun- ción, ejercer de crítico: reto al lector a que lo haga. Pero sí puedo decir que quienes están interesados en conocer las claves psicológi- cas y sociológicas del proceso político por el que ahora transitamos no se sentirán decep- cionados por la incursión en esta guía prác- tica de la dignificación moral, a sabiendas de que sólo se puede acceder a ella tras caer del guindo de lo convencional y atravesar el es- pejo de nuestras propias responsabilidades. Del guindo de la Transición se trata. De la aceptación acrítica de unas reglas de juego tan aparentemente indiscutibles como ocul- tamente traicionadas, por comodidad de los dirigidos y por interés de los dirigentes. De la elevación a valor social de la sumisión de aquéllos y de la venta como sacrificio de la impagable virtud de éstos por someternos. Porque, fascinados por la recuperación for- s e . n o z a r a l @ s i t n e s j mal de la democracia, los es- pañoles decidimos no cues- tionarnos su ejercicio, con- venientemente sedados por el pavor a la incertidumbre. Mientras que los que dicta- ban las reglas del sistema, los administradores de los parti- dos, se situaban en una posi- ción de dominio cuyo solo cuestionamiento podía llevar al estigma antidemocrático. Hora es de que se pueda de- cir con crudeza, sin que se traspase el umbral del infierno, que el con- trol de oligarquías políticas sobre la sociedad no es menos ominoso que el de las oligar- quías económicas, y que la mediatización in- teresada de la representación ciudadana, de- legada en elites de poder, no puede ahogar el ansia de las libertades cívicas. Claro que hacer una defensa radical de la democracia tiene como primer obstáculo a los gestores autodesignados del sistema. Por eso, las Pasiones de servidumbreson un re- cordatorio incómodo que los políticos de par- tido (tanto da que de gobiernos u oposicio- nes), tan instalados en sus parcelas de poder cooptado como temerosos de la elección di- recta, harán bien en despreciar. De la misma manera que a quienes sólo se les reclama mer- cantilmente el voto a estructuras de poder irresponsables, en lugar de a representantes obligados a responder, deberían considerar. Aunque sólo sea por la infrecuente pasión de orgullo ciudadano. CONFIDENCIAL ETA e Iberdrola En los dias anteriores al Consejo de Ministros que aprobó las condiciones del Ejecutivo para autorizar la fusión Endesa-Iberdrola, los altos ejecutivos de ambas empresas daban por hecho que los obstáculos del Tribunal de Defensa de la Competencia (cuyas condiciones calificaron de «leoninas» las partes negociadoras) serían «filtradas» oportunamente por el Ejecutivo, para facilitar la firma del Acuerdo. A partir de ese momento, los familiares más cercanos de la nueva «cúpula» de Endesa-Iberdrola, supieron de labios de los nuevos miembros de la dirección que habían pasado a ser objetivo de ETA, y que ni siquiera el hecho de vivir en Madrid (nueva sede central de la nueva compañía) les libraría de disponer de escolta. Según les constaba a las autoridades policiales, la decisión de Iberdrola de abandonar su sede social en el País Vasco era considerada por ETA como una «traición» que colocaba a los «culpables» de la decisión en el punto de mira de los asesinos. Y es que, a diferencia de otros altos directivos de grandes empresas españolas, que tienen que soportar las incomodidades de la vigilancia permanente, algunos de los miembros del Consejo de Iberdrola no eran un objetivo preferente de ETA... «porque los terroristas consideraban a la eléctrica una empresa "vasca"». José A. SENTÍS EELL SSUUBBMMAARRIINNOO LAS CARAS DE LA NOTICIA í a c r a G o r a v Á l e f E e f E SSaanncchhííss aannuunncciiaa ssuu rreettiirraaddaa ttrraass 1188 aaññooss eenn eell RReeaall MMaaddrriidd Manuel Sanchís, el capitán del Real Ma- drid, anunció ayer su retirada del fútbol al fi- nalizar la temporada, tras 18 años en el pri- mer equipo blanco. El último miembro de la «Quinta del Buitre» deja el fútbol con un gran palmarés de 21 títulos. (Pág. 51) IIbbeerrmmuuttuuaammuurr mmeejjoorraa llaa sseegguurriiddaadd ddee llooss uussuuaarriiooss ddeell ttaaxxii Rafael Tortuero Martín, director de Iber- mutuamur, ha firmado recientemente un convenio con la empresa Radio Taxi que permitirá mejorar las condiciones de seguridad de los usuarios de este trans- porte en la capital de Castilla y León. ZZaappllaannaa pprreesseennttaa hhooyy ««EEll aacciieerrttoo ddee EEssppaaññaa»» El presidente de la Generalitat valencia- na, Eduardo Zaplana, en la imagen, pre- senta hoy a las 19:30 horas en el Hotel Pa- lace de Madrid su libro «El acierto de España», en el que conjuga su experine- cia de gobierno con la visión de España. ACOTACIONES EL ASALTO A LAS «COSITAS» DE AZNAR E s ya evi- dente que la situación se le ha complicado al Gobierno. Aumentan los casos de las «vacas locas», se insiste en el asunto del sín- drome balcáni- co, se agudiza la posibilidad de que el «Tireless» no sólo sea reparado en Gibraltar sino también puesto en fun- cionamiento sobre estas mismas aguas con todos los riesgos a ello inherentes, surge la polémica en torno al Cesid y sus nuevas de- pendencias políticas, el fracaso de la fusión Endesa-Iberdrola cobra aspecto de éxito so- cialista frente a las araznizaciones que cri- ticó Felipe González en un reciente artícu- lo de «El País», se complica la historia del lino y sus implicaciones ministeriales... Son arabescos problemáticos y conflictivos te- jidos sobre un fondo de terrorismo endé- mico que en estos días últimos –toquemos madera– parece haber entrado en una pau- sa inquietante. Y no olvidemos hasta qué punto la oposición en sus diversas expre- siones se dispone a aprovechar el caso de los funcionarios públicos y sus congeladas mejoras salariales. No se trata de «cositas» como dijera Az- nar en un ataque de optimismo, sino de co- sas por lo menos, es decir, asuntos serios, enojosos, que repercuten en la imagen del Gobierno y redundan en su desgaste políti- co, todo ello al margen de las ilusiones que puedan hacerse el PSOE e IU ante un hi- potético debate del Estado de la Nación al que, en las presentes circunstancias, no le faltaría contenidos aprovechables. Lo normal sería que el Gobierno asu- miese ese compromiso sin prisas. Pocas ve- ces se ofrecería a una oposición un mues- trario tan goloso o enjundioso para profundizar en tal operación de desgaste. Sin embargo, en esa salida a la palestra del debate abierto también se jugarían las otras fuerzas políticas la siempre delicada carga de las expectativas exitosas. El PSOE acaba de renovar, como quien dice, su dirección y lo mismo ocurre con IU. Dos nuevos lí- deres nominales, pendientes de cierta con- sagración, esperan su oportunidad. Una oportunidad que sería para ellos promete- dora por la misma entidad de las cuestiones ya planteadas. Pero al propio tiempo un desafío peligroso en la medida en que no tendrían enfrente al Aznar vulnerable de los tiempos felipistas, sino a un líder pro- bado, un político curtido en la dialéctica po- lítica que ya no naufraga en las réplicas y dúplicas parlamentarias. Rodríguez Zapatero y Llamazares ten- drían ante sí un rubicón o tal vez, en el peor de los casos, un tropiezo iniciático. Dos vencedores por la mínima en sus res- pectivas formaciones políticas no soportan fácilmente un revolcón en su toma de al- ternativa. Todavía son novilleros y los to- ros que vienen, en estos tiempos de «vacas locas», son de embestida imprevisible. Lorenzo CONTRERAS