1994-10-22.ABC.EL NOVICIADO MARQUEZ REVIRIEGO
Publicado: 1994-10-22 · Medio: ABC
Ver texto extraído
32 / A B C NACIONAL SÁBADO 22-10-94 El Burladero EN EL NOVICIADO Por Víctor MÁRQUEZ REVIRIEGO = Cuaderno de notas IMPERTÉRRITOS Por Lorenzo CONTRERAS NO pudo elegir mejor sitio Antonio García Trevi- jano para la presentación de su libro que el paraninfo de la vieja Universidad Central, en el antiguo noviciado de los jesuí- tas. La obra tiene un muy largo título que dice así: «Del hecho nacional a la conciencia de Es- paña o el discurso de la Repú- blica». Pero bien hizo el autor en recordarnos la conocida frase de Terenciano Mauro cuando señaló que los libros tienen su destino (más les so- nará a ustedes en latín: «ha- bent sua fata libelli»). Enrique Múgica El destino inmediato de este libro va a ser nominalmente platónico: la gente lo llamará el libro de la República; aunque sea, como quiere ser, más un libro sobre la democracia, se- gún señaló allí José Luis Gu- tiérrez. Era el leonés uno de los tres directores de diarios nacionales presentes y presen- tadores, junto a Pedro J. Ramírez, que aque- lla noche celebraba su primer quinquenio mun- d a n a l, y Luis María Anson, de este perió- dico en el que un padre republicano me enseñó a leer y que cumple sus celebraciones por siglos (el diario ABC, y no mi padre, que des- graciadamente murió jo- ven). Pero vamos al acto, que el espacio es poco. No me sorprendió lo di- cho por Trevijano. En un debate triunfal, mo- derado por Alonso de los Ríos, ya sostenía, y era aquello en el ve- rano de 1976, lo iluso- rio que resultaba hacer una democracia desde la negación de la de- mocracia, en la que hasta entonces se ha- bía vivido. Compartían mesa con él - q ue no ideas- Joa- quín Ruiz-Giménez, Raúl Mo- rodo, Enrique Múgica y Ar- mando López Salinas. Vuelvo al acto. Lo declaró su protagonista trascendente y creo recordar que incluso histó- rico. También memorable, en cuanto que reunía las caracte- rísticas indispensables de so- lemnidad y ridiculez; la primera aportada por los millares de personas presentes, y la se- gunda por los críticos ausen- tes. Más que eso a mí, que ya a todas partes asisto sólo de oyente, me pareció más bien y en su hermosura, que la tuvo, un acto que quería proyectarse al siglo XXI, desde un marco del siglo XIX. Magnífico Trevi- jano en su saber estar, que tiene esa ventaja de los calvos, ausente en ellos el testimonio temporal y delator de las ca- nas. No parece haber nevado en su alma ni en su cabeza, vi- tola de personaje barojiano, y lo recuerdo igual en el «pub» Dickens, en los tiempos del diario «Madrid», en su despa- cho de Carbonero y Sol o fir- mando un talón de dos millo- nes o así para la Junta Demo- c r á t i ca c e r c a no en el restaurante Jai Alai... Pero otra vez estamos en los recuerdos. Y es que por mí sí pasan los años. A veces p i e n so que hasta los siglos, y acaso por eso me encuentro tan a gusto en este p e r i ó d i co p r o n to secular, cuyo director llegó allí con el espíritu de los mártires: dispuesto a dar testimonio de su fe monárquica. V ISTO y no visto. Javier de la Rosa en la cárcel e inmediatamente, como no po- día ser menos, Miguel Roca, secretario general de Convergencia, que advierte a los socialistas: «O to- dos impertérritos o habrá elecciones anticipadas.» En otras p a l a b r a s: «Todos quietos, pues de lo contra- rio se acaba el idi- lio, el matrimonio y la sociedad de ga- nanciales.» Dicen que Roca hablaba de manera informal. Lógico. Estas cosas tan gruesas no se pueden for- mular solemnemente. Hay que decirlas con la inmensa seriedad de la advertencia ve- lada. Hasta aquí habéis lle- gado, felipistas, pero ni un mi- límetro más. Habéis excitado el celo del fiscal, habéis he- cho posible que el amigo ín- timo del «honorable» vaya a la Modelo, pero Convergencia es otra cosa. Pujol es otra cosa. Vosotros, filesios, ten- taos la ropa. Por consiguiente, a callar todos, mientras don Javier cumple su purgatorio en la trena. Después de los incen- dios forestales de Cataluña, el incendio del escándalo polí- tico. Pero esta vez con corta- fuegos. Arden unas cuantas hectáreas de prestigio, de credibilidad, de decencia pre- sunta y, al final, los bomberos de la Generalidad preservan lo esencial. Como debe ser. Porque, de lo contrario, todo va a ser hoguera. Y se irían al diablo muchos ense- res valiosos, esos intereses modela- dos con el arte de la transacción bé- tico-fenicia. Tanto tiempo intercam- biando guiños de complicidad para entregar finalmente al enemigo político la obra maestra de la gobernabilidad inimitable. Eso no puede ser. Y no será. La fi- nanciación ilegal de los partidos ya tiene sus monumentos. No hay que añadirle otro. Los filesios le han dicho a los fenicios que fuera preocupaciones. Que la comisión investigadora de las cuentas y financiaciones de los partidos políticos ya ha te- nido en el pasado materia con la que entretenerse. Lo malo es que, cuando ofi- cialmente se da por cance- lada la «cultura del pelotazo», la última grieta del edificio se cierra en falso, como tantas otras historias que no consi- guen llegar a sus actos fina- les. Dejan, eso sí, una estela de intriga, de ilimitada espe- culación, de sospecha inextin- guible. Los romances trunca- dos se perdían en situaciones abiertas donde la imaginación del lector trabajaba. Era un plus de emoción por cuenta ajena. Sólo que ahora, estos romances indecorosos, por truncados, susti- tuyen la emoción lí- rica con las tormen- tosas divagaciones de la novela negra. PÍN ÜE!_ APOYO CONVS53ENTE El felipismo, como su acompañante el pujolismo, no es se- guro que pierdan pronto el poder. Pero habrán perdido, han perdido ya, la justifi- cación histórica de la decencia indispensa- ble. Van a conver- tirse en el gran mau- soleo de la honradez difunta. Un Taj-Ma- hal a la española que, por encerrar una inmensa galería de pecados sin ex- piar, dejará a las fu- turas generaciones, más bien a las inme- diatas, una larga po- sibilidad de investi- gación. ABC (Madrid) - 22/10/1994, Página 32 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.