2012-09-22.SIN MIEDO AL OPUS.EL DON DE LA UBICUIDAD POLITICA
Publicado: 2012-09-22 · Medio: SIN MIEDO AL OPUS
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EL DON DE LA UBICUIDAD POLITICA Ana A A menudo he aludido a un hecho histórico desconcertante, la formación de la Junta democrática en julio de 1974 en la que figuraban Santiago Carrillo junto a Calvo Serer, recién exiliado entonces por haberse enfrentado al moribundo Caudillo y moribundo régimen. No fue su exilio como tantos españoles que se fueron en 1939 por la carretera de Port Bou o que se hacinaron en el puerto de Alicante por las mismas fechas esperando un barco que los librara de los sanguinarios vencedores. Españoles contra españoles, de lo peor. Exilio de mentirijillas el de Calvo Serer por lo que se verá. He tropezado con unos párrafos sobre el aislamiento del Partido Comunista español con respecto al resto de partidos de la "oposición" a la dictadura que me han ilustrado sobre esta sorprendente Junta en la que se juntaron un numerario opusino, antes Propagandista de la ACNP, y el histórico dirigente comunista español. Pensaba que era solo nuestra tendencia a la empanada y el oportunismo de todo político distinguido al sur de los Pirineos. Pero hay más explicación. Cuando ya falló toda lucha contra Franco (invasión fallida del Valle de Arán), los comunistas españoles con Carrillo a la cabeza intentaron "unir fuerzas". Pero nadie quería unirse a ellos. El PC no se equivocaba en el diagnóstico: "el franquismo es el instrumento de los grandes propietarios latifundistas, los banqueros y los monopolios unidos al capitalismo americano, apoyados por el jefes del ejército, las fuerzas represivas, la Falange y la Iglesia". Así se expresaban en su programa en 1955. Querían traspasar la división de la guerra y unir a su lucha comunista tradicionalmente protagonizada por obreros y campesinos, a las clases medias, la pequeña burguesía y la burguesía no monopolista. Para ello el PC renunciaría a transformar España en una sociedad comunista estilo URSS. Pero Carrillo se equivocaba. Creyó que las huelgas de febrero de 1956 eran indicios de que se podía "armar una gorda", poner el país en pie y echar al dictador. En el 58 organizaron un día de "reconciliación nacional" paralizando el transporte y boicoteando el comercio. Nadie les hizo caso. Luego inventaron una "huelga nacional pacífica" en junio de 1959. La huelga nacional pacífica se quedó sólo en pacífica, porque los españoles no salieron a la calle. Ni la clase obrera española se movilizaba ni los oponentes no comunistas secundaban las convocatorias del PC. Es más: las otras fuerzas a la cabeza de las cuales en 1961 se veía a un Gil Robles, un Tierno Galván y un Dionisio Ridruejo, alertaban al presidente Kennedy de que si no se hacía algo por "dejar de mantener" la dictadura franquista, podría ser que el Partido Comunista tomara la iniciativa y se hiciera líder de la oposición. Carrillo se defendió amenazando con represalias a todos los firmantes de esa carta, "al ostracismo que os sometió la dictadura se uniría el ostracismo al que os someterá la insurrección popular". En el 62 todas las fuerzas políticas españolas aspirantes a la democracia, tanto del interior como del exilio, se juntaron en Munich dejando fuera de la convocatoria al PC. Tuvo que suceder la invasión de Checoslovaquia por los tanques soviéticos para que finalmente el partido comunista de España decidiera no ser más un satélite de Moscú. "Cada partido debe elaborar su propia estrategia revolucionaria" dijeron. El discurso comunista se moderó a partir de entonces, proponiendo incluso un pacto por la libertad que englobaría a todas las fuerzas políticas interesadas, pacto en el que se incluiría a las fuerzas más dinámicas de la burguesía, todos unidos contra la oligarquía franquista. Sin embargo el partido comunista no consiguió salir de su aislamiento político antes de la muerte de Franco. Y en esas estaban con los llamamientos a la unidad de todos los antifranquistas, cuando en julio del 73 se entrevistan Carrillo y García Trevijano. Ignoro si este incombustible personaje ha declarado algo con respecto a la muerte del dirigente comunista. García Trevijano, aunque recientemente defiende la república como forma de gobierno ideal y ha escrito un grueso volumen al respecto, en aquel 1973 andaba "mediando" entre unos y otros. Concretamente, queria hacerle un favor a don Juan de Borbón, y representaba a Rafael Calvo Serer, un Opus que fue por libre a la La Clave en 1984, que de defensor del menéndezpelayismo de la posguerra había pasado a exiliado del régimen y que seguía siendo monárquico. La gracia del caso es que Carrillo tenía sus ilusiones con respecto a la Junta Democrática. A estos acomodados (Trevijano, Calvo Serer) del régimen franquista los llamó "sectores económicos neocapitalistas". Pero eran ambos un par de comediantes. Veo que se ha recogido por varios autores que a Calvo Serer le cerraron el periódico Madrid por meterse con Franco en un editorial. Cuando la realidad del hecho es que Calvo escribió aquello para provocar el cierre por parte del régimen y evitar así ir a la bancarrota, a la ruina ...Fue una pilla manera de no pagar y encima colocarse la medalla de exiliado del régimen franquista. Fisac se dió cuenta antes de que les cerraran el Madrid de que esa era la intención, y lo contó en 1992 ver desde el minuto 3.30. Muy entretenido chisme. Para troncharse de las maniobras opusinas en la política española. No sé si en París Calvo Serer vivía en un centro de numerarios con atención cinco estrellas como es costumbre, o si el Opus le buscó un pisito para él sólo, este señor no vivía la "vida de familia" de los numerarios. Total: a semejante pillastre de camisa y corbata impoluta, deficiente pronunciación del inglés (¡protestantes!) que acaba de hacer un "sin pa" Carrillo llamaba "sectores económicos neocapitalistas". Fue García Trevijano el que tuvo la idea de juntar al comunista y al del Opus Dei (el Opus nunca tiene que ver con las actividades políticas de sus miembros), se presentó ante Carrillo "como emisario de ciertos medios patronales deseosos de llegar a un "pacto social que permitiera un entendimiento entre los empresarios y los trabajadores al margen del sindicato vertical franquista." Carrillo no sabía que semejante embajada no representaba casi más que al propio embajador y sus amigos. El dirigente comunista no quiso suscribir ese "pacto social" para no atarse las manos en vista de una futura lucha obrera. Pero lo del pacto político para restablecer las libertades democráticas le pareció bien. Fernando Claudín da testimonio de esta versión de los hechos y Carrillo en su "Hacia el posfranquismo". También lo "discurseó" al comité central del PCE en 1974: "Desde el primer momento el Partido comunista (o sea él mismo) les ha hablado claro. Lo que hace falta en España no es un pacto social sino un pacto político....De ahí ha nacido un pacto político que a partir del 20 de diciembre (cuando Carrero fue "volado") se ha intensificado." Así que ahora me explico mejor el tema de la Junta Democrática, Santiago Carrillo llevaba más de treinta años intentando juntar a todos bajo las alas del partido y "ni modo". En aquella ocasión le pareció que al fin su sueño se iba a cumplir. No sabía don Santiago Carrillo que si él era un zorro astuto los opusinos no se quedan atrás y que Calvo Serer, había sido capaz de fundar un periódico para que Franco se lo cerrara y así hacer ver a la opinión que el Opus está "con" pero también "contra", con respecto al dictador. Ya veían que se le iba la vida al salvador de la Patria y no podía ser que la historia cogiera al Opus con el pie cambiado en la nueva etapa que se avecinaba. Carrillo en sus Memorias dice al final del párrafo lo que de toda evidencia debería de venir al principio. En la pág. 580 habla de que García Trevijano tenía muchas relaciones políticas, y quería un pacto social. Carrillo quería un pacto político y se entendieron y como quien no quiere la cosa se les ocurrió una Junta que reuniera a todas las fuerzas político-sociales de España contra la Dictadura. Recuerdo que todos estos habían tenido que esperar a 1974 para hacer "algo". Aunque ya no sale el Opus en el resto de los movimientos de Carrillo, es interesante enterarse de que se pusieron en contacto con Areilza, con el PNV, con los del PSOE, con Jordi Pujol, con Garrigues Walker... Y que pese a todo lo que se está diciendo del amor Juan Carlos I y Carrillo, Carrillo intentó ponerle la zancadilla a su futura majestad ofreciéndole a don Juan de Borbón el apoyo del Partido Comunista si se diera la circunstancia de que él, don Juan, aceptara una regencia con un gobierno provisional encargado de asegurar la transición democrática y de consultar al pueblo sobre el nuevo régimen. Si en el referendum los españoles rechazaban la monarquía Carrillo garantizaba a don Juan sus privilegios y propiedades y gratitud por retirarse. Si el pueblo aceptaba el regreso de los Borbones en la persona de don Juan, miel sobre ojuelas, nadie reclamaría la república. García Tevijano-Calvo Serer de un lado, y Carrillo del otro propusieron a don Juan el cambalache. Pero el padre del actual rey rechazó la propuesta y la Junta democrática se quedó sin lo que hubiera sido su principal aval una vez muerto Franco. En esa Junta figuraban ademas el partido de Tierno Galván, la Alianza socialista de Andalucía. Querían: -gobierno provisional -restablecimiento de las libertades -reconocimiento de los nacionalismos periféricos -separación de la Iglesia y del Estado -elecciones destinadas a establecer la forma del Estado -llamamiento a las masas a organizarse Pero faltaban los grandes movilizadores, el partido socialista desconfiando desde tiempo atrás de los comunistas y queriendo marcar distancias con ellos no se sumó a la acción. En julio del 75 crearon con otras diez organizaciones su "Plataforma de Convergencia Democrática". La oposición al dictador llegaba dividida al final del franquismo. Foto de familia de la Platajunta, 1976 Todo este post se lo debo a Francisco Campuzano que ha escrito sobre las élites políticas españolas a la salida de la dictadura.