1997-02-10.EL MUNDO.EL ASUNTO DEL EURO AGT
Publicado: 1997-02-10 · Medio: EL MUNDO
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EL ASUNTO DEL EURO EL MUNDO. LUNES, 10 DE FEBRERO DE 1997 ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO En la política hay ciertos asuntos que, con independencia de su verdadero valor, orientan las opiniones y las decisiones sobre las demás cosas públicas. Al gobernar a los gobiernos sin dejarse controlar por ellos, estos asuntos permiten captar el sentido de los acontecimientos sobre las apariencias de las agitaciones. Ideados en algún momento y lugar, no parecen fruto de la voluntad nacional. Se presentan ante la opinión como si emanaran de leyes naturales de las cosas sociales, o de alguna ley de la historia civilizadora de las cosas políticas. Y no siendo ellos mismos susceptibles de pensamiento o de opinión, sin levantar sospechas de herejía o de conspiración, nada se puede pensar o hacer en los demás asuntos sin someterse a su dogmatismo. Fijados por la misma propaganda de los sucesivos gobiernos, llegan a convertirse en el presupuesto común de toda acción, en el preconcepto de todo pensamiento, en la prenoción de toda idea, en el prejuicio de toda opción. El calendario inflexible de es uno de esos asuntos, como la creación del mundo en siete días, en los que se cree mediante la fe porque no es posible entenderlo de otro modo. La creación del euro es competencia europea, pero afecta a las finanzas del mundo. El prestigio del nuevo signo monetario estará unido al de las economías que lo respalden. Y la oportunidad de su emisión, a la de su capacidad para estabilizar el mercado de las monedas. Esta última regla, no escrita, es más fuerte que todas las normas de convergencia establecidas en Maastricht. La economía española, por la mala orientación de su gerencia pública durante los últimos veinte años, no añadirá prestigio, pero podrá restar crédito, a la moneda única europea. La peseta será tratada en el momento culminante de la UEM como cumplan o no las condiciones expresas de convergencia. El aprobado no quedará supeditado, pese a lo escrito, al solo juicio del examen final. Si el tribunal del banco alemán decide suspender el curso europeo de la moneda española, puede hacerlo en las bolsas mundiales, aunque haya cumplido los requisitos pactados. Porque la utilidad del euro no dependerá sólamente del valor en sí del marco y del franco, sino además de su valor de referencia para la estabilidad del dólar. Y las monedas PIGS pueden ensuciar este valor. La disciplina exigida a estos cuatro países (PIGS) es de orden tan sacramental como la requerida en la religión de la Gracia a la moral natural. Premios celestiales o castigos infernales no cambian la obra terrenal del arrepentido de última hora, ni la del condenado por desconfiado. Rigor presupuestario, poca deuda pública y bajos tipos de interés son medidas adecuadas cuando la inflación y la tributación no permiten expandir la demanda, ni mitigar el paro. Los PIGS tienen necesidad de esta medicina. Pero tomada a dosis de caballo, para traspasar a galope la puerta de entrada al club de quienes han renunciado a tomar otras medidas económicas en coyunturas diferentes, conduciría a sobresaltos de miseria social y de salidas precipitadas. Porque lo malo de ese club, para un paro tan insoportable como el de España, no es entrar en él, sino permanecer atados a su puritanismo cuando la situación aconseje acudir, por ejemplo, al déficit presupuestario o al endeudamiento público. Y esto hay que decirlo ahora. No para oponerse a la integración de la peseta en el euro, sino para no convertir en punto de honor o timbre de gloria el cumplimiento de un calendario a la medida de economías más fuertes y mejor estructuradas. Hagamos lo que piden nuestras necesidades. No lo que otros nos demandan para que demos satisfacción a las suyas.