1975-06-21.1,10-12.DESTINO.CD

Publicado: 1975-06-21 · Medio: 1,10-12

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u m e ro  1.968  - 30  pesetas 

NUEVA  FRONTERA 
SINDICAL? 

i 

El  capitalismo 
en crisis 

zt 

Nuevo cine  en 
Molins de  Rey 

espana 

•i 

quema  de  negociaciones  con  otros 
grupos  u  organizaciones  paralelas.  En 
este  sentido,  parece  que  han  existido 
prisas  en  c u b r ir  el  vacío  de  prestigio 
provocado  por  las  recientes 
jomadas 
de  lucha.  El  e s p í r i tu  de  la  alianza  es 
desplazar  a  las  personalidades 
indivi 
duales  en  beneficio  de  los  partidos  y 
encontrar  una  posición  de  fuerza  para 
hablar  con  los  comunistas.  La  base, 
pues,  es  muy  endeble  y  pueden  surgir 
fricciones  a  la  hora  de  concretar.  So 
bre  todo  d e s p u és  de  que  en  Bruselas 
los  socialistas  históricos  han  acusado 
a  la  JDE  de  aliar  la  izquierda  a  un 
programa  de  derechas  cuando  lo  que 
conviene  hacer  es  obligar  a  la  derecha 
a  pactar  un  programa  de  izquierdas. 

Felipe  González 

Joaquín  Ruiz  Giménez. 

Rafael  Calvo Serer. 

el  irreal  madrid  -  josep  meliá 

La  Plataforma 
de  Convergencia 
Democrática 

Ibérica,  celebrada  en  un  lugar  cerca 
no  a  Madrid  los  días  7  y  8  del corrien 
te  mes  de  j u n io  — y  tras  los  fracasos 
de  las  reuniones  de  P a r í s,  Bonn  y Ma 
d r id (2) —  supongo  que  se  reservan  su 
adhesión  á  que  se  revise  el  tema  de 
la  organización  confederal  de  la  uni 
dad  socialista  y 
los 
•históricos»  a  que 
los  acuerdos  se 
tomen  por  m a y o r ía  y  no  por  unani 
midad. 

la  negativa  de 

En  cualquier  caso,  ya  se  ve  que  las 
ausencias  debidas  a  causas  no  inter 
nas  sólo  afectan  a  las  organizaciones 
integradas  en  la  JOE.  Por  lo  d e m á s, 
aunque  la  lista  de  firmantes  parece  una 
sopa  de  letras,  y  puede  suponer  para 
el  lector  poco  avisado  la  s ú b i ta  apa 
rición  de  numerosos  g r u p ú s c u l o s,  no 
debe  olvidarse  que 
importa 
ahora  no  es  el  colectivo  ¿ no  la  legiti 
midad  de  las  opciones  ideológicas  que 
tales  grupos  plantean.  En  ese  sentido, 
el  espectro  es  bastante  amplio  y  cubre 
desde  la  democracia  cristiana,  la  so-
cialdemocracia,  el  socialismo,  el  comu 
nismo  disidente,  algunas  asociaciones 
laborales  y  los  carlistas. 

lo  que 

Pongan  los  ilegales  en  su  sitio  que 
voy  a  dar  la  lista  de  los  firmantes  del 
acuerdo:  Partido  Socialista  Obrero 
E s p a ñ o l,  Unión  S o d a l d e m ó c r a ta  de 
E s p a ñ a,  Izquierda  D e m o c r á t i c a,  Unió 
D e m o c r á t i ca  del  P a ís  Valenciá.  Unió 
D e m o c r á t i ca  de  Catalunya;  Partido 
Nacionalista  Vasco,  Organización  Re^ 
volucionaria  de  Trabajadores 
(ORT) 
Unión  General  de  Trabajadores  (UGT), 
de  Comi 
Comisión  Coordinadora 
siones  Obreras  de  Euzkadi,  Consejo 
Consultivo  del  Gobierno  Vasco,  Rea-
grupament  de  Catalunya,  Movimiento 
de  Euzkadi,  Movimiento  Comunista  de 
E s p a ñ a,  Partido  Carlista  y  Partido  So-
c i a l d e m ó c r a ta  Gallego.  Si  me  dejo  al 
guno,  que  conste  que  no  es  adrede. 

El  acuerdo  de  principio,  del  que  sur 
gió  un  secretariado  de  cinco  miem 
bros  representantes  de  los  grupos  ma-
la 
yoritarios  para  poner  en  marcha 
o p e r a c i ó n,  se  reduce  al  planteamiento 
de  « P l a t a f o r ma  de  Convergencia  abier 
ta  a  todas  las  organizaciones  de  carác 
ter  d e m o c r á t i c o ».  No  hay  m á s.  Ni  si 
quiera  un  m í n i mo  programa  que  ha 
de  surgir  a  p a r t ir  de  ahora  ni  un  es 

El  miércoles,  11  de 

junio,  q u e dó 
constituida  en  Madrid  una  «Pla 
taforma  de  Convergencia  Demo 
ilegales, 
crática».  Tres  partidos 
cuyas  figuras  visibles  son  Felipe 
González,  Ruiz  Giménez  y  Dionisio 
Ridruejo,  convocaron  a  casi 
treinta 
organizaciones  de  la  oposición. 

Las  ausencias  fueron  tan  significati 
vas  como  las  asistencias.  Los  comunis 
tas,  los  «pesepés»  ü e m i s t as  y  los  del 
Partido  del  Trabajo  de  E s p a ñ a,  obvio 
es  decir  que  todos  ellos  y  m ás  que  se 
d i r án  son 
ilegales,  no  acudieron  por 
fidelidad  al  e s p í r i tu  de  la  no  menos 
ilegal  Junta  D e m o c r á t i ca  de  E s p a ña 
en  la  que  e s t án  integrados. 

La  Unión  Sindical  Obrera  (OSO)  fa 
lló  por  un  error  de  coordinación.  Comi 
siones  Obreras  y  La  Comisió  Coordi 
nadora  de  Forces  Poli tiques  de  Cata 
lunya,  por  estar  en  curso  las  negocia 
ciones,  al  menos  eso  es  lo  que  se  ha 
revelado  eñ 
la 
plataforma.  Los  Partidos  Socialistas  de 
lógico, 
las  Nacionalidades,  como  es 
d e s p u és  del  desplante  de 
los  del 
la  Conferencia  Socialista 
PSOE 

fuentes  p r ó x i m as  a 

a 

10 

Con 

todo  y  esta  endeblez,  sin  em 
bargo,  queda  claro  que  se  ha  estable 
cido  una  alternativa  a  la  Junta  Demo 
crática,  pluralista,  sin  posiciones  de 
privilegio  para  nadie  y  en  la  que  el 
hecho  s i n t o m á t i co  de  no  formular  un 
programa 
inicial  supone  el  deseo  de 
que  el  mismo  sea  el  resultado  del 
consenso  d e m o c r á t i co  de  los  partici 
pantes  y  no  una  a d h e s i ón  que  pudiera 
tener  aspectos  humillantes.  Se  ha 
aprendido  de 
los  errores  ajenos.  Lo 
i m p e d i rá 
que  e s tá  por  ver  es  si  esto 
la  obligada  cuota  de  errores  propios. 
Por  otra  parte,  la  voluntad  negociado 
ra  (te  la  plataforma  indica  a  las  cla 
ras  que  la  convergencia  que  se  pre 
tende  no  es  sobre  el  esquema  presente 
sino  sobre  una  confluencia  integrado-
ra  en  el  futuro.  Dicho  en 
romance 
esto  significa:  1)  Que  los  partidos  no 
aceptan  la  v ía  de  la  Junta  y  que  por 
tanto  para  ellos  la  salida  no  va  por 
ahí;  2)  Que  no  se  cae  en  la  ingenui 
dad  de  querer  que  la  Junta  se  disuelva 
para  que  sus  miembros  organizados 
entren  en  la  plataforma;  lo  que  se  pre 
tende  es,  o  bien  mantener  una  doble 
línea,  o  fundir  las  dos  organizaciones 
t e n d r ía 
en  una  sola,  que  lógicamente 
o t ro  nombre,  y  de  la  que 
s u r g i r ía 
la  derecha  y  la 
un  equilibrio  entre 
izquierda  y  cuyos  grandes  sacrificados 
serian  Calvo  Serer  y  G a r c ía  Trevijano; 
3)  Que  pese  a  la  presencia  del  PSOE 
— cuya  actividad  no 
le  va  a  que 
dar  m ás  remedio  que  revisar  si  no 
quiere  verse  desbordada  por  los  acon 
la  plataforma  aparece 
tecimientos— 
con  un  signo  anticentralista,  asentada 
sobre  organizaciones  con  base  territo 
rial  en  las  nacionalidades  y  que  si  se 
logra  la  entrada  en  ella  de  los  socialis 
mos  c a t a l á n,  gallego,  valenciano,  an 
daluz  y  balear,  ello  va  a  implicar  la 
reconsideración  de  la  táctica  de  todos 
los  partidos  que  a ún  se  aferran  al 
establecimiento  de  delegaciones  sucur-
salistas,  y  4)  Que  esta  misma  base 
federal  de  los  grupos  en  presencia  va 
a  exigir  un  esquema  de  organización 
política  del  Estado  ajustado  a  su  pro 
pia 
representatividad.  Por  ello  va  a 
ser  difícil  que  se  cometa  un  error  de 
bulto  tan  serio  como  el  famoso  pun 
to  9  del  programa  de  la  Junta,  y  aun 
que  é s ta  es  una  cuestión  que  al  ser 
tratada  a  fondo  puede.  ser  causa  de 
una  escisión,  no  hay  duda  de  que  la 
discusión  clarificará  el  tema  y  permiti 
rá  saber  hasta  q ué  punto  es  posible 
hacerse  ilusiones  en  lo  que  respecta  al 
deseo  de  a u t o n o m ía  de 
los  pueblos 
ibéricos. 

Por  lo  d e m á s,  no  se  descarta  que 
este  último  f in  de  semana  los  «en 
viados  especiales»  a  E s t o r il  hayan  ha 
blado  muy  seriamente  de  esta  cues 
tión.  En  este  aspecto,  el  pasado  sá 
bado  el  profesor  R a úl  Morodo,  segun 
do  de  tilas  del  tiemismo,  se  referia 
en  un  articulo  al  hecho  de  que  el 
cambio  p o r t u g u és 
lo  hubieran  logra 
do 
las  fuerzas  armadas  y  « no  una 
plataforma  unitaria  civil  de  la  oposi 
ción  d e m o c r á t i c a,  política  y  sindical». 
Puede  ser  una  casualidad  o  un  lapsus 
s e m á n t i c o.  Pero  t a m b i én  puede ser  una 
p r o s p e c c i ón  de  mercado  y  una  mano 
tendida. 

La  rebelión del 
"bunker"  sindical 

Don  Esteban  Bilbao  y  Eguia  fue  un 
hombre  mediocre,  sin  pericia  para  di 
rigir  las  Cortes  y  que  s u b o r d i nó  a  su 
propia  incapacidad  para  regir  un  Par 
lamento  moderno  muchas  de  las 
ini 
ciativas  que  h a b r í an  podido  re vitali 
zar  la  C á m a r a.  Pero  don  Esteban  es 
taba  convencido  de  su  gran  talla  de 
tribuno  y  tenia  una  espina  clavada  en 
el  alma:  la  gran  m a e s t r ía  demostrada 
por  J i m é n ez  de  Asua  en  la  dirección 
de  los  debates  para  la  redacción  de  l a. 
Constitución  de 
la  II  República.  T 
comentaba:  «Sí,  un  buen  director  de 
orquesta;  a hi  le  quisiera  ver  yo  lidian 
do  con  el  tercio  sindical». 

t é r m i n os 

Tercio  sindical  que  en  realidad  s ó lo 
lo  es  en 
taurinos  pero  no 
en  rigor  m a t e m á t i c o.  La  Ley de  Cortes 
señala  que  existirán  «ciento  cincuenta 
representantes  de  la  Organización  Sin 
dical»,  lo  que  viene  a  ser  alrededor  de 
una  cuarta  parte  del  total  de  la  Cá 
mara.  Hasta  ahora,  todo  hay  que  de 
cirlo,  el  grupo  sindical  de  las  Cortes 
na  sido  mucho  menos  belicoso  e  in 
cordiante  de  lo  que  el  s e ñ or  Bilbao 
s u p o n ía  para 
autojustificarse.  D i ré 
m á s.  Durante  a ñ os  los  procuradores 
sindicales  se  han  estado 
reuniendo 
fuera  de  las  Cortes,  recibiendo  consig 
nas  del  mando,  cerrando  filas  en  tor 
no  a  los  temas  importantes,  actuando 
a  una  a  la  hora  de  defender  la  inter 
vención  del  aparato  sindical  en  todo 
lo  divino  y  lo  humano. 

Pero  m i r en  por  donde,  al  cabo  del 

tiempo,  el  bunker  sindical  se  ha  rebe 
lado.  A  t i t u lo  postumo  don  Esteban 
ha  acabado  por  tener 

r a z ó n. 

El  puñetazo 
de  Dionisio 

Dionisio  M a r t in  Sanz,  con  un  fuerte 
golpe  de  p u ño  sobre  la  mesa,  hizo  la 
declaración  de  guerra.  Advirtió  que  si 
no  se  rectificaba  los  sindicatos  corta 
rían  el  c o r d ón  umbilical  que  les  unía 
al  Gobierno.  Que  no  se 
lamentaran 
luego,  vamos.  Supongo  que  aquella  no 
che  el  Gobierno  t e m b ló  v  c r e yó  ver 
al  s e ñ or  M a r t ín  Sanz  bajando  de  su 
«Mercedes»  para  agitar  a  las  masas 
trabajadoras  en  contra  de  los  apertu-
ristas.  ¿Y  en  total  por  q u é? 

Simplemente  porque  el  Gobierno 
h a b ía  tenido  la  o s a d ía  de  intentar  su 
p r i m ir  la  elección  por  compromisarios 
de  los  concejales  del  tercio, ese  si,  sin 
dical.  La  base  4,  punto  2,  del  proyecto 
de  Ley  de  Bases  de  la  Ley de  Régimen 
Local  p r o p o n ía  que  los  miembros  del 
Ayuntamiento  fueran  elegidos  por  to 
dos  los  vecinos  del  Municipio  incluidos 
en  el  censo  electoral.  Los  sindicatos, 
en  consecuencia,  se  limitaban  a  la  pro 
puesta  de  los  candidatos,  pero  las  lis 
tas  d e b í an  ser  sometidas  a  sufragio 
universal.  Y  esto  no  les  gusta  a  los 
sindicalistas. 

Casi  cien  enmiendas,  d í as  y  días  de 
interminable  pasión,  han  dedicado  a  la 
defensa  de  su  posición  atrincherada. 
Se  han  dicho  tantas  cosas  que  ya  se 
hace  difícil  separar  el  grano  de  la  pa 
ja.  A  los  sindicalistas  les  duele  que  les 
llamen  inmovilistas. Por  eso  presumen 

Alejandro  Fernández  Sordo. 

de  ser  m ás  aperturistas,  electorales  y 
hombres  de  la  base  que  nadie.  Tam 
bién  manejan 
la  demagogia  que  da 
gusto  verlos.  Pueden  decir  cosas  como 
estas:  «Los  únicos  que  defienden  la 
tesis  del  Gobierno  son  los  que  vienen 

aquí  por  el  cauce  digital»  (Fujardo); 
«Hachazo  tras  hachazo  quiere  destruir 
se  a  los  Sindicatos»  (García  Bibes); 
«Yo  creo  que  los  obreros  somos  ma-
soquistas»  (Calpe  Arcusa);  «La  aper 
tura  del  Gobierno  nació  el  12 de  febre 
ro  y  por  tanto  es  una  estupidez»  (Gar 
cía  Ribes);  «Los  periódicos  de  E s p a ña 
e s t án  en  manos  de  los  enemigos  dé  los 
t r a b a j a d o r e s» 
( l á z a ro  Franco).  Y  un 
largo  e t c é t e ra 

En  función  de  esta  demagogia,  los 
sindicalistas  esgrimen  que  no  es  absur 
do  que  haya  personas  que  tengan  dos 
o  m ás  votos,  que  ellos  quieren  dar  el 
voto  a  Jos  j ó v e n e s,  que  lo  que  se  pos 
tula  es  una  apertura  para  millonarios, 
que  «i  el  fondo  lo  que  se  quiere  es 
evitar  que  los  trabajadores  estén  pre 
sentes  en  los  Ayuntamientos.  Sus  vo 
ces,  u n á n i m e s,  han  sido 
las  únicas 
que  han  sonado.  Y  lo  han  hecho  con 
acritud,  desafiadoramente, 
arrogándo 
se  el  millón  de  votos  que  cada  sindica 
lista  dice  tener  d e t r á s.  Lo  malo  es  que 
cuando  no  se  dan  cuenta  se  les  esca 
pa  lo  que  en  verdad  pretenden.  Y  el 

Emilio Romero. 

s e ñ or  García  Ribes  dice  paladinamen 
te:  «Para  nosotros  e s tá  claro.  Sufragio 
articulado  es  la  elección  por  compro 
misarios». 

El  verdadero 
tema  de  fondo 

Y  de  esto  se  trata.  Por  mucho  que 
se  revistan  las  cosas  con  la  túnica  de 
la  demagogia,  el  secreto  del  sumario 
está  a h í.  Es  el  pataleo  de  una  clase 
dirigente  que  puede  perder  el  control 
del  mecanismo  electoral  al  tener  que 
someterlo  al  sufragio  directo  de  los 
vecinos.  Los  tiros  van  por  a h í.  Y  tie 
nen  muchas  m ás  derivaciones.  Porque 
se  empieza  por  los  ayuntamientos  y 
no  se  sabe  d ó n de  se  acaba.  Los  pro 
curadores  sindicales  son  conscientes  de 
que  si  los  concejales  dejan  de  ele 
girse  por  el  sistema  de  compromisa-

11 

Un momento de las  elecciones  sindicales. 

espana 

ríos,  ¿ p or  q ué  va  a  tener  que  seguirse 
usando dicho  procedimiento para  llegar 
a  las  Cortes?  Su  instinto  de  conser 
vación  les  indica  que  no  seria  lógico. 
Se  sienten  avisados.  Defienden  su  pro 
pia  supervivencia. 

Por  eso  ponen  tanto  énfasis  en  la 
a u t o n o m ía  normativa  de  la  Organiza 
c i ón  Sindical.  A u t o n o m ía  que  quieren 
ver  consagrada  en  la  Declaración  X I II 
del  Fuero  del  Trabajo  y  que  a  mi  mo 
do  de  ver  no  es  m is  que  una  simple 
c u e s t i ón  de  h e d i ó.  A  mí  me  parece 
absurdo  que  nadie  en  este  p a í s,  princi 
piando  por  las  Cortes,  haya  podido 
opinar  sobre  la  forma  en  que  deben 
ser  elegidos  los  procuradores  sindica 
les.  Un  tema  de  tanta  trascendencia  no 
puede  ser 
regulado  por  normas  de 
c a r á c t er  interior.  Pero  los  sindicalistas 
creen  que  la  facultad  autonormativa 
consiste  precisamente  en  esto.  Por  eso 
han  tratado  de  que  las  Cortes  dimi 
tieran  de  su  derecho  a  decir  de  mane 
la 
ra  concreta  c ó mo  debe  realizarse 
elección.  H an 
retrasar,  a 
dejar  las  cosas  como  están,  y  en  últi 

jugado  a 

ma 
i n ^ * " " ^»  han  intentado  defender 
el  cauce  aun  a  costa  de  que  pueda 
votar  todo  el  censo  de  afiliados  a  la 
Organización  Sindical.  Pero  esta  línea 
de  retirada,  cubierta  de  afirmaciones 
de  anticonstitucionalidad,  de  contrafue 
ro  y  desafuero,  era  demasiado 
t a r d ía 
para  poder  resultar  m í n i m a m e n te  con 
vincente. 

Y  así  d í as  y  m ás  d í a s.  Machacando 
en  metal  frío  como  suele  decir  el  se 
ñ or  Alcaina,  g r i t á n d o le  a  la  pared  o 
1 a d r á n d o le  a  la  luna.  No  tienen  r a z ón 
pero  si  se  pusieran  sus  votos  en  una 
computadora  g a n a r í a n.  T  é s te  es  uno 
de  los  contrasentidos  del  sistema  or 
gánico.  Se  crean  intereses  que  luego 
a c t ú an  en  contra  de  una  posible  aper 
tura.  T e ó r i c a m e n t e,  al  menos,  los  sin 
dicales  son  m ás  representativos  que 
los  alcaldes  y  presidentes  de  Dipu 
t a c i ón  que  defienden  al  Gobierno.  Pe 
ro  se  da  la  paradoja,  t a m b i é n,  que  un 
sector  del  Gobierno  ha  querido  ser 
m ás  aperturista  que  la clase política  ofi 
cial,  que  las  propias  Cortes.  T  eso  es 
final-
de  muy  difícil  recibo.  Por  eso. 

O m n i um  C u l t u r al 

a  F o p i n ió  p ú b l i c a. 

S I SE NA 

C R I DA 

Ó m n k i ni  CuItural,organitza i subvenciona  mes  d el  9 0% 
de  t ot  l'ensenyament  de  C a í a la  per  a edats escolan  que 
es  dona  avui  a  Catalunya. 

Recordtm-no» que es tracta de mes de 60.000 alumnes, en  milen 
d'aule» i centenars de centres,  repartíts per tot el Principal. 

Volem  tgttiT públicament la coi-labofadó deis socas de l'enfitat, 
mes de  18.000 de totes les comarques catalanes, que sense esperar 
cap compensado,  contribueixen voluntanamenl i desinteressada 
a l'extensió de les tasques d'ensenyament,  les quais d'un any a 
l'altre teñen el doble de necessitats. 

Per aixd Omnium Cultural,  que ea aquest camp realitza una  fundó 
pública substitutiva, s'ha  adref at a tots ds  Ajuntaments de Catalunya 
i  s'ádrela  a les corporadons publiques, a les entitats de crédit, a les 
assodadons de Iota mena, i a tots els catalans. demananMos que 
en la mesura de llun  possibiliUts i de Uun responsabilitats fadn 
que no s'«orni  indefínidamenl  la tasca cultural i social mes urgent 
que (enim  la aormalització dr l'enifnymmeia dei cmlmli t  leí a c o ki 
étCaUkmrm. 

CoMaboreu-hí 

O m n i um  C u l t u r al  espera ei  vostre  suport 
perqué  I'escola i el  cátala  el  necessiten. 

¡  Tdéta 

(  » 

51 la ¡lengua faliava, 
f a ü av  ÍOl ". 

\  rAaaadMttpcreattabm 
| 
fmimaátrmam. 
\  Retaleu-ko i cmie»fe>  • 

I  Ó m n i um  C u l t u r al 
I^MoolcBfa.  20  KtMbo 319 80 58  I 

És una g e a t í k»  de Pefletería  LA  SIBÉRIA 

12 

mente, 
la  s i t u a c i ón  ha  estallado.  El 
ministro  de  Relaciones  Sindicales  no 
ha  podido,  o  no  ha  querido,  acallar 
las  propuestas.  Y  esto  puede  ser  el 
motivo  del  prometido  cambio  de  su 
•sin  c a r t e r a ».  El  m i n i s t ro  «de»  p o d r ía 
ser  m uy  p r o n to  un  m i n i s t ro  «para» 
las  relaciones  sindicales. 

A  la  hora  de  cerrar  este  n ú m e ro  de 
DESTINO  t o d a v ía  no  se  ha  producido 
la  votación.  G a n a rá  el  Gobierno  por 
escaso  margen.  Pero  no  por  ello  aca 
b a rá  la  batalla.  El  tema  r e n a c e rá  con 
toda  su  virulencia en  un  largo  Pleno  de 
las  Cortes  que  s e r v i rá  para  animar  el 
cotarro  político  de  este, por  ahora,  cor 
to  e  irregular  verano.  Pero  no  confun 
damos  el  ruido  con  las  nueces.  Lo 
único  que  a q uí  e s tá  en  juego  es  que 
sigan  los  de  siempre.  Todo  lo  d e m ás 
es  revisa ble.  Incluso  el  s e ñ or  Fernán 
dez  Sordo  ha  dicho  que  a  él  no  le 
gustan  estos  Sindicatos.  Imaginen  de 
a hí  para  abajo... 

A d e m á s, 

la  guerrilla  del  «bunker» 
sindical  es  s ó lo  una  parte  de  la  gran 
guerra  de  los  «ultras»  contra  la  his 
toria. 

Una  crisis 
imprevista 

Hace  algo  m ás  de  una  semana  Emi 
lio  Romero  c o m e n zó  la  c a m p a ña  de 
acondicionamiento  para  una  minicrisis 
la  muerte  se  c r u zó 
ministerial.  Pero 
en  el  camino  de  las  previsiones.  La  de 
s a p a r i c i ón  de  Herrero  Tejedor  abrió 
una  nueva  perspectiva  al  cambio  mi 
nisterial.  Lo  que  pudo  ser  un  mero 
retoque  técnico  t e n d rá  por  fuerza  aho 
ra  una  clara  significación  política. 

A~ Herrero  Tejedor  se  le  h a b ía  asig 
nado  un  difícil  papel:  c u b r ir  al  Go 
bierno  frente  a  la  i r r i t a c i ón  del  «bún-
ker».  Toda  la  prensa  ha  afirmado  que 
c u m p l ía  su  misión  con  prudencia  y 
sentido  del  diálogo.  No  h a b r ía  sido 
e x t r a ño  que  le  hubiera  dado  al  Movi 
miento-Organización  una  solución  muy 
parecida  a  la  que  en  su  d ía  p a t r o c i nó 
respecto  del  SEU.  El  trasvase  de  la 
militancia  del  aparato  de  la  Unión  del 
Pueblo  E s p a ñ ol  p a r e c ía  tener  este  sen 
tido. 

No 

le  conocí  y  nada  puedo  decir 
sobre  sus  condiciones  personales.  Me 
l i m i to  a  constatar  que  a  veces  los  ca 
minos  de  la  historia son  sorprendentes. 
Un  accidente  de  a u t o m ó v il  a  la  altura 
de  Adanero  ha  excitado  una  vez  m ás 
a  los  santones  del  integrismo  y  les  ha 
hecho  poner  sus  armas  a  punto.  Un  te 
rreno  que  p a r e c ía  m o m e n t á n e a m e n te 
apaciguado  se  volverá  a  alborotar,  se 
guramente.  S e rá  difícil  encontrar  otro 
hombre  que  cubra  este  sector  s in  de 
j ar  que  los  «ultras»  acaben  por  do 
minarlo. 

Cartuchos 
de  fogueo 

•  Oído  en  las  Cortes  a  un  procura 
dor  catalán,  antiguo  cenetista,  y  entu 
siasta  defensor  de  los  sindicatos  actua 
les:  «Cuando  mi  padre  me  habla  de 
su  R e p ú b l i ca  Federal,  no  me  fio  rñ  de 
mi  p a d r e: 

•  Un  c o m p a ñ e ro  de  defensa  suyo, 
canario  y  empleado  del  sector  banca-
r i o:  «Cuando  en  E s p a ña  p a só  lo  que 

p a só  yo  era  h i jo  de  un  padre,  y  nieto 
de  un  abuelo,  ahora  soy  padre  de  hijos 
y  abuelo  de  nietos».  Como  se  ve  en  las 
Cortes  se  presume  de  «pedigree». 

• 
I n s ó l i to  p á r r a fo  en  una  declaración 
del  historiador  Gabriel  Jackson  (ünx-
versity  of  California)  cuyo  hispanismo 
le  lleva  a  pasar  entre  nosotros  su  a ño 
sabático.  Sin  comentarios  transcribo  lo 
que  le  ha  dicho  a  Rosa  M a r ía  Echeva 
rría,  de  «La  Actualidad  E c o n ó m i c a »: 
«Bueno,  no  creo  que  quepa  en  Espana 
un  totalitarismo, pero  si  una  dictadura 
blanda.  Y  un  problema  que  me  pre 
ocupa  y  que  no  e s tá  discutido  p or 
mucha  gente  es  el  comportamiento  de 
la  Policía.  Si  pueden  tener  a  la  gente 
setenta  y  dos  horas  sin  abogado,  si 
pueden  pegar,  si  pueden  poner  multas 
arbitrarias,  e s tá  muy  claro  que  no  se 
¡ruede  construir  una  democracia  con 
esta  forma  de  trato.  Y  esto  es  muy 
distinto  del  problema  de  m o n a r q u ía 
o  república  o  dictadura.  Lo  importante 
son  los  derechos  individuales,  el  res 
peto  a 
individuales». 
libertades 
las 
¡ J o ün  qué  turistas! 

•  Algunos  periódicos  han  publicado 
que  la  j o m a da  de  lucha  les  costó  430 
millones  a 
los  comunistas.  Asombra 
que  en  un  p a ís  con  tan  deficiente  in-

Cl  historiador americano  Gabriel Jackson 

f o r m a c i ón  política  haya  sabuesos  tan 
bien  metidos  en  la  clandestinidad  que 
incluso  conocen  los  libros  de  contabi 
lidad  de  la  oposición.  Si  eso  hacen  en 
la  oscuridad  q ué  no  h a r í an  si  se  les 
convirtiera  en  inspectores  de  Hacienda 
a  plena  luz  del  día. 

• 
.Pobre  Pío  Cabanillas  lo  que  ha  te 
nido  que  oír.  De  manera  que  q u e r ía 
cambiar  el  Régimen  para  que  no  lo 
conociera  ni  su  padre,  destruirlo por  la 
vía  de  la  d i n a m i t a c i ó n.  Ahora  ya  se 
entiende  quién  era  el  «enano 
infiltra 
do».  Aunque  no  sea  lo  mismo  un  ena 
no  infiltrado  que  un  ministro  bajito. 

• 
En  Madrid  cuando  va  a  haber 
cambio  de  ministros  toda  la  clase  po 
lítica  calla.  El  que  escribe  se  pros 
cribe,  dice Fueyo.  El que  habla  se  pasa. 
Los  silencios  son  s i n ó n i mo  de  la  con 
dición  de  disponible.  •