1996-06-24.EL MUNDO.DELENDA EST ESTADO AGT
Publicado: 1996-06-24 · Medio: EL MUNDO
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«DELENDA EST» ESTADO EL MUNDO. LUNES 24 DE JUNIO DE 1996 ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO El sentido de la Historia se descubre a toro pasado. Y cambia de rumbo según la furia de la fiera que pasa. Cuando los Príncipes leviatánicos racionalizaban la eficacia del Estado, los filósofos del absolutismo divinizaron la voluntad de aumentar la potencia del hombre artificial, que era el Estado, para proteger al hombre natural, que era el individuo. Se obsesionaron con los reyes ilustrados empezaron a gobernar con principios de razón natural, los filósofos del naturalismo vieron el sentido de la Historia en el paso desde el estado de naturaleza al de civilización. Y se empeñaron con la regeneración o renacimiento nacional y los derechos naturales. Cuando la Revolución francesa liberó a los individuos de sus antiguos lazos corporativos, los filósofos del Estado-sociedad civil y los del igualitarismo social confundieron el porvenir de la humanidad con el destino de la burguesía o de la clase obrera. Y se dejaron llevar por una dialéctica histórica que esperaban superar con una Constitución liberal o una Revolución socialista. Pasados esos toros legendarios y, entre ellos, el mihura de y el victorino de la Dictadura, cabe preguntarse por el sentido histórico de una transición que hasta ahora sólo ha manifestado síntomas destructivos del Estado nacional, sin dar señas de salud en la sociedad civil. La destrucción de la razón española, materializada en el Estado nacional, opera en tres frentes. Suárez convirtió un tema administrativo y de gobierno democrático en un problema de Estado, abriendo contra la razón nacional el frente de las razones autonómicas. Este frente avanza hacia la desigualdad regional. En su brumoso horizonte alborean ya secesiones o federaciones inimaginables al inicio de , además de echar leña al fuego catalán en sus días de agonía, hizo de la integración monetaria europea la razón de ser o no ser de España como Estado soberano. La frustración ante hará avanzar este frente hacia el no ser político de España. Pero donde Felipe logró aniquilar la razón estatal de la Nación española ha sido en el frente de la pura razón de Estado, a la que identificó con la razón criminal de su gobierno personal. La llegada de Aznar al poder abrió el interrogante sobre el designio de su partido en procede del absolutismo dictatorial, pronto se vio que el PP no sólo no corregiría las desviaciones en los dos frentes corrosivos de la soberanía nacional, avanzando incluso más que Felipe en el de la insolidaridad regional, sino que se instalaba tranquilamente en la misma razón de Estado, contra los derechos naturales, y anteponía el encubrimiento de los criminales de Estado a toda idea ilustrada de regeneración o de renacimiento nacional. Para no parecer un partido conservador del resultado acumulado en doscientos años de dialéctica entre la sociedad y el Estado, el PP abre un nuevo frente despatrimonializador de la potencia del Estado. Y no en beneficio de una burguesía nacional, como en la desamortización de manos muertas, sino del capitalismo apátrida poseedor de títulos de la deuda pública, a cuyo través está en manos vivas el patrimonio nacional del Estado. ¿Qué genial Cambon ha previsto el destino final de esta removilización de capital inmobiliario e industrial del Estado? ¿Y por qué no el de la Corona? Si lo único que preocupa es la transparencia operativa, la honradez personal se hará instrumento servil de la vileza de una sociedad política que, para seguir pastoreando a la civil, prefiere diezmar al Estado antes que democratizarlo.