1976-07-05.HOJADLUNES.DECLARACIONES DE AGT NOMBRAMIENTO SUAREZ
Publicado: 1976-07-05 · Medio: HOJADLUNES
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Ayuntamiento de Murcia — Hoja del Lunes, 5/7/1976, página 2 j [immm\\iMimum\mmiM^^^^^ •'x.^ "-x.. ^'^^ •^-<v •^., •*"« '*»«. í í ! ALTA TENSIÓN 1 "^^^ ^.^^m^MTOm«mmnWmmmm..m^1^.11^1.11^,1^,m^^^.^•.,.,,,,^ i,,,,,t,...,,,,.,^fffff^ff^^^ff|^,...^.,,......„...-...„^^^^^^^^^^^^ | •ivwvw«yrt^mMrr.>nvW>'4'VVA<'^ *• •<if*jn*n.-rr,it, • V"W VfyVfJüffWVfMVM W WHg Wm W Encuesta de urgencia a un sector de la oposición CARLOS ARIAS A DENTE DE 43 AÑ «EL PÁlS » A RAÍZ DE LA DIMIS n H] A noticia de la dimisión de Arias se conoció relativamente tarde, fuera de Madrid. Para muchos políticos de la oposición y del sistema, la llamada telefónica del pe riódico que solicitaba su opinión fue el primer contacto. En un deseo de conocer las reacciones que el cese de Arias había producido en las regiones españolas "El País" llevó a cabo una encuesta de urgencia entre personalidades de distintos puntos. Juan Cueto Alas, José Antonio Rodríguez, Jesús Cebairo, Juan Taba, Ri cardo Treviño, Alfonso Quinta y Juan Trujillo, consiguieron las siguientes respuestas: FEUPE GONZÁLEZ (Partido Socialista Obrero Español) "La dimisión de Arias la in terpretamos como un factor positivo, por cuanto que el se ñor Arlas simbolizaba la con tinuación de ima etapa histó rica que el conauato de lo's es pañoles quiere ver superada. Kn base a este análisis hemos insistido ante otras fuerzas de 1& oposición en la necesidad de orientar la presión de la opinión públ'ioa y de boiálas las fuerzas políticas democráticas hacia la dimisión de un Go bierno que se viene emipe-ñando en realizar las refor mas de espaldas al pueblo, con un estilo que repetidas veces hemos calificado de despótico. No hemos compartido la opinión de los que defendían que se estaba en la continui dad del franquismo. A nuestro juicio, el franquismo es una etapa hisfcóa-ica dtefimütliva-mente superada. La política incoherente practicada desde el poder —que viene llamán dose reformismo— no puede identificarse ni con la etapa antepiar nd con una vSda ra cional que ofrezca una alter nativa democrática. El partido socialista es conociente de que la oposición en su conjunto nó puede pro ducir un desplazamiento total de las fuerzas que ocupan el aparato del Estado. Por lo cual comparte y defiende la idea de la necesaria negocia ción con aquellos sectores del poder que estén dispuestos a compartir la responsabilidad histórica de ofrecer una al ternativa democrática limpia y honesta que devuelva a to dos su soberanía. La desaparición de Arias pioidría significar la remnción de im gran obstáculo para la nueva marcha política que sa impone en nuestro país. No obstante un error en la con firmación del nuevo equipo o en la designación del presi dente, que supusiera un paso atrás en la corresponsabilíza-- ción de todos los demócratas españoles en la gran tarea de construir nuestro futuro de mocrático, podría ser de con secuencias funestas. Sin catastrofismos y tra« taiiJldo de desidiraimatizajr un momento histórico por sí ya tenso, creemos necesario ha cer un llamamiento a toda la oposición democrática y a to dos los sectores responsables del podeír politdioo que quieran superar sinceramente las cri sis política y económica para que entiendan que podría ha ber llegado el momento opor tuno". i?^ FUTURIBLE Médico. Psiquiatra. Profesor de Historia de la Mediciiía. En la Facultad de Murcia.' Treinta años. Este esi para empezar don Pe dro Marsent Campos. Marxiste,. Hasta" el tué tano. Por idealismo. Por convicción. Una teo ría por la que está dispuesto a luohar. Por la que luoha. Y que quisiera ver convertida en realidad. Por procedimientos democráticos. Porque la elija la mayoría. No por la violencia. No por el dogmatismo. De reforma nada. Pero nada, de nada. Ruptura. Eso sí, democrá tica. Pero ruptura. Con un Gtobderno erü el que entren todos. A base de un pacto entre la opo Bioión. Y de ciertas instituciones y sectores. Parte de ellos el menos. Iglesia es una de aquéllas. Ejército es la otra. Un gobierna pro visional. Y... después. No el diluvio, no. Elec-' siones, • seilcillamente. Para que el pueblo se pronuncie. Y diga su última palaüra. En unos eomioios en los que entren todos. Para que de verdad pueda decirse que son democráticos. Partidario de la unidad sindical. Sin depen dencia de partidos. Diferencia entre las opcio nes del Estado y las de clase. Dentro del sindi calismo. Y puesto a elegir se queda con las Comisiones Obreras. No porque se diga que son comunistas, añade. Que no lo son. Por ser gestación. Por su nacimiento en el ser» de la» propias fábricas. Hablamos de la CNT. Apunta que la teoría es una cosa y otra bien distinta la práctica. ¿Dónde está esa práctica en la CNT, se pregunta? Cree que Arias no podía hacer la reforma, ni el cambio, ni por supuesto la ruptura. Por muy. pactada que puediera ser. Y esto por pensar que con unas estructuras que tengan por base el fran quismo, no puede partirse a modo de plata forma para un gobierno que no sea fran quista. Algo que estima que urge: la refoima tributaria. Por neces>arlo. Algo que tampoco Arlas podría haber hecho. Que no podría ha cer tan siquiera ese gobierno puente que se ha referido hasta tiarsto Uegasen las elecciones. La razón es para él sencilla: que ha de hacerla un Gobierno que cuente con unas elecciones janadas. Auténticamente democráticas. Para partiendo a« ese respaldo hacer todo lo quo fuese preciso Sm ese respaldo lo contrario es tima que es perder el tiempo porque nace ya desde el principio íUvalidado. Habla del socia lismo. De esa lejana raíz que tiene, sin dudia, en la lucha entre los ricos y los pobres. Entre los que tienen y los que no tienen. Pero pun tualiza que para poder hablar de socialismo en sentido moderno era meríes'ter que hubiesen transcurrido ciertas transformaciones econó micas y sociaaes, unidas al desarrollo de la gran industria. Era menester que hubiese na cido im proletariado. Y que las condiciones de vida de este proletariado la atención de eco-líomistas y pensadores, lio que cuenta es la produocdón de todos los gienes necesarios a la íelicidad del hombre y la organización de esta producción. Una felicidad de tejas aWajo y no de tejas arriba. Esto lo pensaba él desde su punto de vista de ética de cristiano y lo piensa ahora que no lo es', con su ética marxiste. No entiende la postura del Vaticaito y de los obis pos italianos respecto a la incompatibilidad entre cristianismo y comunismo. Y no lo en tiende, añade, porque la realidad está en con tra. Y lo está porque hay cristianos, porque hay católicos, prosigue, que incluso son diri gentes comunistas. Una realidad que no se ha producido por generación espontánea. Que está ahí y que es preciso apechar con ella y admitir. Dígase lo que se quiera. Hay algo que no le parece conforane al orden natural: el ca pitalismo con esas sus dos columnas básicas de provecho y libre concurrencia. Estima que debe de ser reemplazado por un sistema de producción distirüto. Hablamos del Manifiesto comunista de Marx y Engels, que él considera váü'do en sus cimientos. Le recordamos aquello de: "El poder político es, en sentido propio, el poder organieadb de una clase con vistas a la opresión de otra". Y de la mano del materia lismo histórico nos llega la expresión: "Dicta dura del proletariado". Nos dice que no: que este es corícepto superado. Y que ahí está el llamado eurooomunismo para demostrarlo. Que nada de dictadura. Democracia, en su más pura expresión y aplicación. ApliCíición con aristas tan duras, ¡pensamos nosotros, como son, aparte de los no euroeomunistas, las Últimas líneas de ese "Manifiesto", que dicen, líi más, ni menos: "Los comunistas! desdeñen disimular sus ideas y sus proyectos. Declaran abiertamente que no pueden alcanzar sois ob jetivos más que destruyendo por la violencia el antiguo orden social, ¡Tiemblen las clases diri gentes a la idea de una revolución comunista! Los proletarios no tienen nada que perder en ella, a excepción de sus cadenas. Tienen, en cambio un mundo que ganar". Oiaro que los proletarios de hoy no soH aquellos de la socíe-' dad de un ya avanzado siglo XIX que con templara Marx. El planteamiento socioeconó mico ha variado. Quizás, por ello, sienta esa misma necesidad una filosofía política nacida en aquel entonces, para no verse desbordada en algudos de sus supuestos fundamentales. JERÓNIMO GABCIA RÜIZ JOSÉ MARÍA GIL-ROBLES Y GIL-DELGADO (Federación Popular Demo crática) No nos extraña este hecho, consecuencia lógica de la cri sis de las instituciones conti nuadoras de un sistema per sonalista encarnado en perso nas que, como el propio señor Arias Navarro, a lo largo de sus actividad pública han dado pruebas de encontrarse perfectamente encuadrado dentro de xxa sistema totalita rio. Tenemos la esperanza de que esta dimisión permita, de cididamente, al Jefe del Es tado —apoyándose en el sen tir unánime del pueblo—, uti lizar las medidas legales a su alcance para iniciar el período constituyente que reiterada mente viene exigiendo la Fe deración Popular Democrá tica, RAMÓN TAMAMES (Partido Comunista) Sin conocerse todavía las causas concretas de la dimi sión, es Indudable que el Go bierno de la reforma ha to cado fondo y ha llegado ai lí mite de sus posibilidades en cuanto a credibilidad —ya bajo cero—; y en materia económica, la gestión no ha podido ser más desafortu nada, por decirlo de una forma eufemistica. Lo lógico sería un toque de realismo, olvidarse de la re forma unilateral y antedemo crática, abrir consultas con la oposición y poner en marcha im verdadero proceso consti tuyente, en que participen tOf-das las fuerzas democráticas sin exclusiones. NICOLÁS SARTORIUS (Comisiones Obreras) No nos ha cogido de sor presa, pues hace unos días di jimos públicamente que nos parecía que este Gobierno te nía los días contados desde el momento en que las fuerzas de la oposición, unitaria mente, habían adoptado una posición en contra de las me didas llamadas reformistas, ya sea el referéndum, la Ley de Asocdiaoiones polítioas o la reforma sindical, y ello debido fundamentalmente, aparte de la consecuencia democrática de esas fuerzas, a oue la pre sión de los trabajadores y del pueblo asi lo exigía. Me parece, pues, que esta dimisión es la consecuencia lógica del fracaso de una polí tica que no podía satisfacer las ansias de libertad, demo cracia y amnistía que plantea continuamente la sociedad es pañola. En mi opinión particular, lo más previsible —aimque no seguro— es que se forme un Gobierno más homogéneo o coherentemente reformista que intente sacar las situa ción del callejón sin salida en que se encuentra. CALVO SERER (Grupo Independiente de Cóardfloacdióin Parlanaentaxia) "Carlos Arias ha rendido un gran servicio al país con su ddoniísión. Su ausenioia, de los niveles decisorios favorecerá, indudablemente, el camino hacia la democracia, único qué debe seguir España para que el pueblo adquiera el pro tagonismo que le ooíireisponde. Ahora el panorama queda más expedito para la consecu ción de la democracia a la que aspiran mayoritaramente los españoles". RAÚL MORODO (Pantidio Sooialisita Popular) La dimisión anunciada del señor Arias Navarro, puede suponer im primer paso para hacer viable un proceso au ténticamente democrático si el nuevo presidente y el Go bierno, total o parcialmente renovado, inicia una política tíe reconciliación nacional, de enten imiento con la oposi ción democrática y la aper tura die un período constitu yente. Esta dimisión repetida-imente pedida por la oposición y, de modo eapeciail, por naso-tros, .socialistas, prueba me-quívocaimente la gran fuerza política y social que tiene la opinión pública española que, •de una manera clara, exige el establecimiento de un sistema democrático pluralista. SANTIAGO CARRILLO Secretario general del Par tido Comunista de Eapaña. "Si la dimisión de Arias NavaiTO sirve psira la forma-<;ión de un Gabinete menos ¡fpresivo. capaz de dialogar con la oposición demooráitica, .sUi discriminaciones y para facilitar la exipresión de las reivindicaciones populares, entonces será un paso hacia adelante". " Ahora bien, si se trata de cubrir el expediente para se guir haciendo 1P misma poli-tica de Arias Navarro, para tal viaje no necesátábaimos al forjas". NICOLÁS REDONDO (Secretario generial de la UGT) "Es prematuro intenpretar a qué es debida la dimisión de Arias, pero parece lógic: den tro de la situaición actuail. Con una lógicaí basada en la fuerte presión de la clase tra bajadora, de las fuerzas po pulares, y en cierta medida, en la política refoi'mista del Rég'imen. Realmente el país ne-^esita una adecuación de sus insti tuciones a su historia real. Eli prnpio Arias, con su mentali dad conservadora y reaccio naria, era un impedimento en ese necesario proceso de transformación que exige la adaptación de unas institu ciones desfasadas respecto a una sociedad desarrollada. Para ello sigue siendo nece saria una permanente presión de las fuerzas de la oposición, que mediante una tensión dialéctica déte ir creando las condlejoines cada TCZ miás adecuadas para I", consecu ción de libertades. La primera exigeiroia para e.sbe cambio es la desaipaxición de los puestos de responsaibili-dad de las personae que pre tenden mantener inmóvil la situación. Sería de desear que la dimisión de Arias fuese el primer paso de una serie de medidgis que hagan posible la instauración de la democracia ea España". SECRETARIADO PERMANENTE DE LA UNION SINDICAL OBRERA (USO) La repentina dimisión del presidente Arias puede signi ficar ©1 final de una etapa concreta del proceso refor mista del Gobierno. Dicha dimisión es la evidencia clara de la inviiabilidad de esa pofli-tica reformista. En consecuencia, reafir mamos la necesidad ineliudible de abrir un proceso consiütu-yente fundamentado en la devolución al pueblo de su so beranía con la conquista de la.s libertades democráticas. Desde nuestra pers-ectiva sindical, con tina situíución grave que atraviesa la clase trabajadora: la cariestía de la vida, el desempleo, la crisis económica, etc., la sustantivi-dad de esa ruptuna democrá tica pasa necesarlameínte por la disolución de la CNS, la devolución de su patrim.onio a t.us legítimos propietarios y, en definitiva, la conquista de la libertad sindical, como ob jetivo inmediato en el proceso de emancipación de los traiba-j adores. Sorpresa generalizads -ADOLFO SUÁREI, PRESIDENTE ANTONIO GARCÍA LÓPEZ (PARTIDO SOCIALISTA DEMOCRÁTICO) Creo que la elección de Adolfo Suárez ha sido un acier to y aunque la tarea del nuevo Gobierno sea difícil, espe remos que, dada la estrecha relación del presidente con los altos mandos militares, termine con el sabotaje per manente de ciertos reductos de la derecha tradicional al programa democratizador del Rey. Lo que en mi opinión define al nuevo Gobierno, al Gobierno Suárez, es el diá logo. Tiene que dialogar con las fuerzas de la izquierda —marginadas desde hace cuarenta años —para llegar a im consenso sobre los medios y los plazos de la democra* tización; tiene que dialogar con las autonomías, especí ficamente con el Partido Nacionalista Vasco y con los par tidos catalanes. Hay que restablecer rápidamente la con fianza del gran capital, oon directrices claras sotare los que se pretende de ellos; hay que dialogar con los sin dicatos democráticos de manera inmediata y pública. JOSÉ MARÍA ZAVALA (PARTIDO CARLISTA) El nuevo presidente del Gobierno llegó a la politica con Herrero Tejedor, una personalidad del Movimiento que reunía la, doble condición de falangista fiel a Franco y miembro del Opus Dei. Adolfo Suárez, por su trayecto ria ligada al Movimiento y a la Subsecretaría de la Presi dencia con Carrero Blanco y López Rodó, no es un polí tico para el futuro ni para el difícil presente, porque re presenta el continuismo del régimen surgido de la guerra civil. Es un hombre de la confianza de Juan Carlos. El país necesitaba im presidente capaz de asimilar la necesi dad democrática de nuestro pueblo, expresada reciente mente por la oposición a través del rechazo de la reforma y la alternativa de un período constituyente con pleno co nocimiento de las libertades democráticas sin exclusiones. No parece que ese pueda ser el papel del nuevo prest dente. NAZARIO AGUADO (PARTIDO DEL TRABAJO) En principio no lo entiendo muy bien. Era previsible que el cese de Arias fuera seguido del nombramiento de un presidente del Gobierno con mayor credibilidad refor mista. El cese de Arias Ha sido el reconocimiento del fra caso total de la política del primer Gobierno de la Mo narquía y del programa reformista puesto en marcha. Por lo tanto, era lógico prever la constitución de un Gobierno que llevara a cabo reformas más profundas e incluso ca paz, bajo lEis condiciones de presión popular que se es tán dando en este momento o las que se den en el otoño —que serán de mayor envergadura^—, de pactar con la opo sición democrática y del pueblo español, para establecer todas las libertades políticas sin exxcepción y abrir un proceso constituyente. En principio, no parece que Adolfo Suárez sea el más Indicado para llevar a cabo esta tarea. SANTIAGO CARRILLO (SECRETARIO GENERAL DEL PARTIDO COMUNISTA) El nombramiento de Suárez constituye una cierta sor presa. Si se tiene en cuenta su pasado, hay poco que es perar. Pero me reservo el Juicio definitivo hasta que sa conozca el nuevo Gobierno y su programa. De todas ma neras, con Suárez o con otro, la necesidad de la ruptura pactada sigue vigente. Es decir, una ruptura que prepare las condiciones para una alternativa democrática de Go bierno. Naturalmente, el tono del futuro Gobierno ya lo dará, de entrada, el si o no a la amnistía. MARCELINO CAMACHO (COMISIONES OBRERAS) Nosotros, Coordinación Democrática, creemos que la dimisión de Arias es la constatacíbn del fracaso de una política que intentaba mantener el franquismo después de Franco, y en este fracaso, digamos, que han incidido de una manera clara los trabajadores. También ha Inci dido la existencia de Coordinación Democrática, asi como la crisis económica, las condiciones internas del Gobierno y el aislamiento exterior. Si ha fracasado esta política, habría que haber buscado hombres que emprendieran otra distinta y, naturalmente, que se pusieran al habla con la oposición y hubieran abierto en el Estado el camino hacia las libertades demo cráticas y nacionales, al mismo tiempo que hubieran abor dado los primeros pasos para resolver los problemas eco nómicos. Nos tememos que sea un serio intento de mante ner la misma política con otros hombres. Naturalmente, no se puede pretender que la clase obre ra soporte el peso de su crisis, si además se la mantiene marginada y reprimida. Esto refleja que las instituciones políticas del fascis mo no sirven para la libertad. No hay otra salida que la ruptura democrática pactada. MANUEL ZAGUIRRE (UNION SINDICAL OBRERA) En cualquier caso, es muy pronto para emitir tin jui cio sereno y con fundamento. Sólo me acuden interrogan tes. ¿El nuevo presidente viene a confluir el desguace del Movimiento Nacional o a potenciarlo? ¿Con él se abre pa so al Gobierno capaz de negociar con la oposición el pro ceso constituyente, de restituir las libertades políticas, la amnistía, de poner freno a la crisis económica y a sus efectos gravísimos que están recayendo sobre los trabaja dores en especial? No soy optimisa respecto a la respues ta, pero el nombramiento constituye una gran sorpresa que en cierto modo desmantela la base de análisis de ha ce apenas dos días. ANTONIO GARCÍA TREVIJANO (GRUPO DE LOS DEMÓCRATAS INDEPENDIENTES) La designación de Adolfo Suárez puede interpretarse en un sentido profundo o en un sentido superficial. En pro fundidad significa el intento del Sistema de reconducir el pacto que a través de Carrero Blanco se estableció en la segunda mitad del Régimen franquista, entre la buro cracia política del Régimen y la burguesía financiera in terpretada políticamente por los hombres del Opus Dei. Ante la crisis económica actual y ante el fracaso de la po lítica reformista de Arias-Fraga, es natural que por ins tinto el Régimen vuelva al soporte político que tuvo du rante la época del desarrollo económico. Desaparecido Ho rero Tejedor, el hombre más representativo de esta sín tesis falangista-opusdeista es sin duda Adolfo Suárez. En un sentido superficial, la designación del señor Suá rez es la elevación del Rey sobre sus antiguos tutores. Es designado un hombre joven que no ha tenido en el pasa do ninguna autoridad sobre Juan Carlos.