1990-12-22.EL INDEPENDIENTE.CRISIS DEL ESTADO SOVIÉTICO AGT
Publicado: 1990-12-22 · Medio: EL INDEPENDIENTE
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CRISIS DEL ESTADO SOVIÉTICO EL INDEPENDIENTE, 22 DICIEMBRE 1990 TOM PAINE = ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO A diferencia de Lenin, Gorbachov tiene un concepto optimista del Estado. Está dominado por la idea nobessiana de que fuera del Estado impera el mundo salvaje de las pasiones y de los intereses irreconciliables. La necesidad económica de la población le empujó a buscar, en ese ámbito fiero, nuevos estímulos al trabajo y a la distribución de sus productos. La «perestroika» trata de recrear ese mundo de las pasiones individuales, ese campo de batalla de las ambiciones, con mentalidad y métodos burocráticos. El resultado era previsible. No ha podido organizar el mercado y ha desorganizado al Estado. La dimisión del ministro de Asuntos Exteriores confirma que la crisis soviética, para disimular su carácter, está abocada a la dictadura personal. Pasar de una situación de máxima concentración del poder social a otra de autonomía de la sociedad económica, con descentralización y desconcentración del poder político, no es operación de ingeniería civil que pueda lograrse con un puente de paso hacia otra forma del mismo Estado. Lenin copió el modelo ideal de la revolución burguesa para construir, con la dictadura del proletariado, una sociedad comunista sin Estado. Pero lo que realmente consiguió, cambiando la forma autocrática por la forma burocrática del Estado imperial, fue un Estado comunista sin sociedad. Gorbachov cree seguir a Lenin porque, con la misma mentalidad de ingeniero, intenta construir una sociedad civil dentro del Estado burocrático. La paulatina disolución del poder soviético está vislumbrando la extraña situación de una sociedad de funcionarios sin Estado. La extraordinaria concentración de poderes, que reclama y consigue Gorbachov al modo de la dictadura romana para alejar ese fantasma, agravará aún más una crisis que no está caracterizada por la falta sino por el exceso de orden público estatal. Prejuicio de la «perestroika» que impide la profusión natural del poder central hacia las entidades nacionales y la del poder político y económico hacia los ciudadanos.