1975-04-12.INFORMACIONES.CONDE MOTRICO

Publicado: 1975-04-12 · Medio: INFORMACIONES

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DECLARACIONES  DEL  CONDE  DE  MOTRICO EN  MALLORCA

«LA DERECHA DEBE ENARBOLAR LA
AUTENTICA REFORMA»

PALMA  DE  MALLORCA,  12.  (INFORMACIONES, 

por

Planas  Sanmarti.)

/RUANDO  ya  se  había  anunciado  para  el  día  de  ayer  la
vy 
salida  hacia  Ibíza  del  conde  de  Barcelona  a  bordo  de
su  yate  «Giralda»,  llegó  la  noticia de  que  don  Juan  de Bor-
tón  no  iniciaría  el  viaje  por  mar,  aunque  a  bordo  de  otra
embarcación, hasta  la  una  de  la  madrugada  de  hoy.  Ignoro
en  el  momento  de  transmitir  esta  crónica  si,  en  efecto,  el
viaje  se  ha  realizado,  dado  que  se  ignora  el  barco  y  en com-
pañía  de  quién don  Juan  habría  salido  a  la  mar  camino de
la  isla  hermana.

¿Por queé este cambio? Don
Antonio García  Trevijano,  no-
tario  excedente,  abogado  en
ejercicio  y  de  cuya  personali-
dad  política  obligado  es  ha-
blar  con  notoria  y  prudente
cautela,  llegó  a  Palma  ayer
mismo.

La  isla  es  un  hervidero po-

lítico:  reuniones  a  todos  los
niveles,  conversaciones,  etc.
Tras  el  rápido  viaje  del  con-
de  de  Métrico,  estancia,  tam-
bién  breve,  de  don  Antonio
García  Trevijano,  quien,  en-
tre  las  doce  y  media  y  una
de  la  tarde  subió  a  bordo del
«Giralda»  para  entrevistarse

con  don  Juan.  El  señor  Gar-
cía  Trevijano  mantuvo  otros
contactos  en  Palma,  sin  ha-
cer  ningún  comentario  sobre
su visita  a  don Juan  y el mo-
tivo  de  la  entrevista.

Don José  María  de  Areilza,
secretario  que  fuera  del Con-
sejo  privado  de  don  Juan  de
Borbón, tras entrevistarse  con
él  y  poco  antes  de  regresar
a  Madrid,  concedió  una  en-
trevista  a  «Diario  de Mallor-
ca»,  que  se  publica  esta  mis-
ma  mañana.  Después  de  re-
cordar  los  contactos  políticos
que  ha  mantenido  reciente-
mente  en  Italia  y Francia,  la
primera  pregunta  versa sobre
el  tema.  El  conde de  Motrico
responde:

—Durante  cuatro  años  íui
embajador  de  España  en  Pa-
rís.  Ello  determinó  que  tenga
amistades  tanto  en  el  terre-
no  personal  como en  el  poli-
tico;  es natural que haya que-
rido  reavivarlas  mediante una
serle  de  conversaciones  sobre
temas  de  interés  común  re-
ferentes  a  la  actualidad  in-
ternacional  y,  ¿por  qué  no?,
de  España.

Respecto  al  gran  tema —el
futuro  español—,  don  José
María  de  Areilza explica:

—Me  preocupa  que  en  la
legalidad  pueda no quedar in-
cluida  una  gran  mayoría  de
la  sociedad  española,  ya  sea
presente  o  futura.  Una  socie-
dad  que,  claro  esta,  se  sienta
holgadamente  aguato  dentro
de  ella  con  su  disfrute.  Exis-
te  el  peligro, sin  embargo, de
que  los  cambios  no  se  pro-
duzcan  con  la  presteza  sufl-
óiente  y  defrauden  la  necesi-
dad  y  las  aspiraciones  de  las
nuevas  generaciones.  Por  lo
.que  respecta  a  las  posibilida-
des  del  Estatuto  de  Asocia-
ciones,  no  las  concretaría  de
forma  precisa  en  torno  a  di-
cho  Estatuto.  Se  trata  mas
bien  de  un  criterio  de  Go-
bierno, de régimen. Si el equi-
po  gubernamental  quiere  in-
cluir  e  incorporar  a  .su polí-
tica  una  serle  de sectores  hoy
marginados,  si  siguen  exis-
tiendo  poderosos  obstáculos
que  s'e opongan  a  las  inicia-
tivas  llberalizadoras,  el  pro-
blema  del  futuro  de  España
se  complicará,  y  agravará  ca-
da  día  más.

En cuanto a sus intenciones
de  participar  al  amparo  del
Estatuto  de  Asociaciones, di-
ce  el  señor  Areilza:

—Es difícil, dado  el  criterio
que  predomina  hoy  en  mate-
ria  del Estatuto asociativo en-
contrar  por  ahi  'un  camino
que  tenga  eco  en  la  opinión
y  suficiente  capacidad  de con-
vocatoria.  Y  pienso  así  por-
que  cualquier  programa  que
formulara  la necesidad de una
auténtica-  reforma  y  de  un
sincero  cambio, que, a mi jui-
cio,  debe  enarbolar  la  dere-
cha,  arrebatándolo  a  los  de-
más  sectores  políticos,  trope-
zaría  con inconvenientes prác-
ticamente  equivalentes  a  un
veto.  Esto  no  debe  impedir

que  las  personas  que  tengan
•ideas  claras  sobre  tales  te-
mas  traten  de  formularlas  y
hacerlas  llegar  a  la  opinión
pública  española  en  la  medi-
da  de  lo posible.

El  conde  de  Motrico,  al  re-
ferirse  a  la  voluntad del pue-
blo  español,  dice:  «Nadie  sa-
be  realmente  lo  que  piensa
el pueblo español de  1975; na-
die  se  lo  ha  preguntado. No
hemos  tenido  elecciones  de-
mocráticas, y las  encuestas  de
opinión,  por  sus  limitaciones
y  defectos  de  enfoque,  no  re-
sultan  del  todo  válidas;  por
otra  parte,  las  afirmaciones
de quienes aseguran tener  de-
trás  al  "pueblo"  se  quedan
en  simples  formulaciones  teó-
ricas.  Creo,  no  obstante,  que
una 
fuerte  corriente  de  la
opinión  pública  española  se
decantaría  en  favor  de  una
convivencia  democrática libre-
mente  aceptada  y  de  la  total
proscripción  de  la  violencia
como  método  de  acción  polí-
tica.»

NO  AL  COMUNISMO
Enjuició  así  al  partido  co-
munista  en  el  momento  ac-
tual:

«No  conozco  un  solo  caso
en  el que las  elecciones libres
celebradas  bajo  un  sistema
democrático  de  un  determi-
nado nivel de vida, hayan  da-
do  la  mayoría  y  el  poder  al
partido  comunista,  la  gente,
el  electorado  de  un  país  des-
arrollado,  no  se  inclina  libre-
mente  por  dicho  sistema  de
Gobierno.  La  reciente  expe-
riencia  de  Portugal  me  con-
firma  en  ese  criterio,  ya  que
el  P.C.P.  se  ha  apresurado  a
pactar  con  el  M.  P.  A.  una
Constitución  de  fuerte  conte-
nido  socialista,  antes  de  las
elecciones," mientras  se  afir-
maba,  al  mismo  tiempo,  que
el  resultado  de  los  comicios
no  influiría  en  el  programa
constitucional.

El  error  que  se  comete con
frecuencia  es  no  comprender
que  el  partido  comunista  es,
casi  siempre,  quien  mejor  sa-
be  organizarse  en  la  clandes-
tinidad.  Aquí,  en  España,  y
en  cualquier  parte  del  mun-
do. Luego,  cuando la  clandes-
tinidad  acaba, su organización
resulta  ser  la  más  preparada
de  todas.  Pequeños grupos  de
militantes  disciplinados  y  en-
tregados  a  su  misión  llevan
a  cabo  intensísimas  campa-
ñas  de  captación  de  masas  y
se 
infiltran  en  estamentos
profesionales  de  muy  diversa
índole.  De  ahi,  de  esa  activi-
dad, el P. O. saca  notable  ven-
taja  a  la  derecha,  que  en  el
transcurso  de  estos  regíme-
nes  excepcionales,  no  quiso,
no  pudo  o  no  fue  autorizada
a  organizarse.  La  desventaja
puede  ser  tan  grande  y  el
desequilibrio  tan  acusado, que
se  crean  las  condiciones  pa-
ra  propiciar  una  dictadura  de
Izquierdas  y  la  eliminación
práctica  de  la  derecha  de  la
contienda  democrática.»