1973-01-28.ABC.COLEGIO DE ABOGADOS
Publicado: 1973-01-28 · Medio: ABC
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A B C. D O MI N G O INCIDENTE EN LA JUNTA GENERAL DEL COLEGIO DE ABOGADOS Se suscitó al proponer el señor Gar- cía-Trevijano la convocatoria de nue- vas elecciones Tres horas y veinte minutos duró la Junta general ordinaria del Colegio de Abosados de Madrid, a la que asistieron ceroa del medio millar de colegiados y en la que las principales proposiciones fue- ron aprobadas por aclamación y hechas suyas por la Junta de gobierno, a la que una vez más la Asamblea soberana otorgo su confianza. El acta de la sesión anterior y la cuenta general de gastos e ingresos del ejercicio 19T2 fueron aprobadas por aclamación, ti decano de la Corporación, don Basilio Bdo Monzoms, hizo una reseña de los aconte- cimientos más Importantes que tuvieron lugar durante el pasado año en relación con el Colegio. El secretario del Colegio, don José Bell- ver Cano puso de manifiesto las adhesio- nes producidas por parte de la mayoría de los 20.000 abogados españoles al Colegio de Madrid, así como de organizaciones in- ternacionales de abogados, las cuales se hicieron constar en el acta aprobada ae forma adidonaa. ttoa de estas adhesiones es la de 1» Asociación Internacional de Juristas Demócratas. , PROPOSICIONES, RUEGOS Y PRE- GUNTAS Al llegar al cuasto y último punto del orden del día fueron presentadas y vota- das quince proposiciones, ruegos v pregun- tas. Una de ellas, la del señor García- Treviiano. no llegó a someterse a votación porque un grupo de abogados originó un incidente, a causa del cual fue levantada la sesión. El señor García-Trevijano pro- ponía que la Junta de gobierno —ignoran- do la decisión del Ministerio de Justicia e independientemente de que siguiera ade- lante con los recursos planteados— con- vocara nuevas elecciones. Tras numerosas intervenciones, entre las que destacó la de don Jaime Mlralles Al- varez (en la que señaló ft la Asamblea el deber de mantener el Fuero de la Aboga- cía ante la sociedad española v en «¿mun- do entero, como deber social, publico y trascendente), fueron aprobadas por acla- mación, y la Junta ds gobierno hizo su- yas las siguientes proposiciones: • La convocatoria de una Junta ge- neral extraordinaria para adecuar los Es- tatutos del Colegio do Madrid a lo acor- dado en el IV Congreso Nacional de la Atoogacía Española, celebrado en León en para lo cual se nombrará una Co- 1879. misión. RETRIBUCIÓN DEL TURNO BE OFICIO • Solicitar de las autoridades com- petentes que dicten las disposición» per- tinentes para que se retribuya el turno da oficio. 9 Convocar Junta general extraordi- naria cada vez que se solicite por el 5 par 100 de los colegiados (unos quinientos). • La creación y funcionamiento de la Asociación tde Abogados Jóvenes. • La revitalización —a partir de fe- brero próximo— de las Comisiones de trabajo del Colegio, entre las que figura la relativa a jurisdicciones especiales. • La convocatoria de Junta general extraordinaria para dar cuenta del re- sultado del recurso de reposición inter- puesto por la Junta de gobierno —por mandato de la Junta general de 1* de diciembre pasado y por acuerdo propio— contra la resolución del Ministerio de Jus- ticia de fecha 14 de diciembre de 1972 y DE ENERO DE 1973. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 47. ANDANZAS CALLEJERAS EL TÍO DE LA LISTA Antes se decía corrientemente: ¿Dón- de vas tan corriendo que pareces el tío de la lista? Esto ya no sf oye nunca. Ya no existe el tío de la lista. ¿Quién era este personaje? Pues el que voceaba en los días de sorteo de la Lotería. «¡El su- plemento a «La Iberia* con la lista gran- de!» «La Iberia? fue un periódico de las izquierdas del siglo XIX, órgano del par- tido progresista, que ya había muerto cuando este preqón se extendía por las calles de Madrid como una superviven- cia de la popularidad y difusión que dis- frutó durante años. Al vendedor y pre- gonero de los números premiados en la Lotería Nacional se le conocía por el tío de la lista. El tío de la lista corría que se las pe- laba desde la imprenta donde le entrega- ba» «el papel» a los barrios extremos. No había transcurrido ni media hora de ter- minado el sorteo y ya estaba el tío de la lista en la glorieta de Embajadores, en los Cuatro Caminos, en las Ventas. Al- gunos se quedaban en ei centro, en la Puerta del Sol. No s-e crea por esto que permanecían quietos, apostados en una esquina. No co-rrían, pero iban de un lado a otro con paso rápido, sin pausa en el pregonar característico de todos los ven- dedores de Prensa de aquella época. Ape- nar si se encontraban puestos fijos para ¡a venta de periódicos. Casi toda la ven- ta era ambulante. Y bien sonoro su anun- cio, difundid^ por turbamulta de voces desde" la decrepita a la juvenil, de la can- tarína a la aguardentosa. Voces qwe no se limitaban a mencionar el nombre de la publicación, sino que añadían alicientes para que los compradores picaran. ¡«El ¡«El Heraldo*, con el crimen de ayer! contra la orden ministerial en que la mis- ma se basa, de fecha 16 de noviembre de 1950. • Celebrar Plenos mensuales de la Comisión de vigilancias de la libertad e independencia de la abogacía. SUPUESTAS IRREGULARIDADES EN EJL FUNCIONAMIENTO »E 1A JUSTICIA Uis» de las preguntas formuladas se refería a la necesidad de acabar con de- irregularidades en el funcio- terminadas Ltberal*, con el escándalo en el Congre- total!- ¡«La Tribuna» con la crtsis so! Crisis total, escándalo mayúsculo, cri- men pasional. Esto no fallaba. La Pren- sa se vendía como rosquillas. El tío de la lista también hacía su negocito. Y eso que la lista estaba llena de errores, pues- to que los números se tomaban o¿ oído. Las calles de Madrid eran ruidosas, pera. todos los 'ruidos eran humanos, eran vo- cerío humano. Nada de máquinas, que son insoportables. ¿Dónde se va a com- parar la garganta de una de aquellas me- neqüdas que no perdían nunca el aire rústico nativo y que cantaban sin aban- donar el trajín a voz en grito la melodía en candelero con un altavoz de los de ahora? ¿Y el motor de explosión con un preqón cadencioso? Los ruidos callejeros de un , antaño cercano eran muy tolerables, eran sopor- tables. Algunos se esperaban con ansia, y entre ellos el del tío de la lista. Parece ser que la Lotería no sólo no ha dismi- nuido, sino que se halla como tantas co- sas en constante aumento, a pesar del enorme tiro de las qtunielas. La gran jornada del tío de la lista era el día del sorteo navideño. El «gordo» de Navidad comunicaba a los pulmones y a las pier- nas del tío de la lisia un aliento y una velocidad desusadas. La radio estaba en ei limbo de los inventos. El tío de la Usta era el difusor más veloz de las cifras afortunadas. la lista fí- Correr y gritar a un tiempo no es cil. Es lo que me decía un antiguo tío de la Usta. «Ya ve usted. Hasta que no vendí no sabía que hay que respirar por las narices y chillar con la boca. Desde chaval estoy voceando la Prensa y el vocearla tiene su aquel, es muy suya. Porque mire usted, en Madrid, a todo el mundo se le figura que sirve «pa» vender cuatro o cinco pianos de «El Imparcial» por las mañanas y otras tan- tas de «La Corres* por las noches, y esto es un error. «Pax ser periodista verda- dero hay que haber nacido como guien dice en la calle, como un servidor, que vengo de periodistas por parte de padre y de madre. Mi hermana mayor, que ya está retirada, fue la famosa Angela, que la decían «la Pati» por como cantaba H papel, de una conformidad que formaba corro en la Red de San Luis «pa> oírla pregonar en do de pecho, no le digo » usted más. El preqón madrileño dé la Prensa le daba sopas con honda a todos tan los de por ahí fuera. Otro periodista célebre como mi hermana la «Pati» era el «Fiorituras», que fue el único tío de la lisia que no se movía de la Puerta del Sol «pa> poder pregonar a sus anchas el suplemento a «La Iberia* con la lista grande. Y cómo lo diría, que le quitaban el papel de las manos».—Antonio DIAZ- CAÑABATE. En sus d i v e r s as namiento de la Administración de Jus- ticia y algunos fie sus funcionarios de intervenciones, los miembros de la Junta de gobierno —es- peoialmente el secretario, señor Beüver Cano— fueron aplaudidos largamente por la Asamblea. También se dedicó un ca- luroso homenaje al diputado segundo, don Julio Martínez de la Puente, autor del recurso de reposición presentado al Mi- nisterio de Justicia, considerado por los colegiados como una pieza jurídica de gran valor. Por último, un colegiado —don Pran- ABC (Madrid) - 28/01/1973, Página 45 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. 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