1995-02-27.EL MUNDO.CATECISMO DE LA TIRANÍA AGT
Publicado: 1995-02-27 · Medio: EL MUNDO
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CATECISMO DE LA TIRANÍA EL MUNDO. LUNES 27 DE FEBRERO DE 1995 ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO LAS reacciones en cadena ante la investigación judicial de los GAL y de los fondos reservados, constituyen el mayor concierto del espíritu de injusticia que ha orquestado a codo y en formación de combate, una procesión interminable de espantapájaros parlantes, majestuosamente revestidos de capelos, uniformes, togas y signos de poder o ex dignidad, convocada a su derecha por el clarín de la amnistía real en la caza del zorro, y jaleada a su izquierda por una jauría hambrienta de participar aún en el festín municipal, rodea en prietas filas de negritud impenetrable a la rica cosecha de cien años de honradez, para salvaguardar a su productor con el arma caliente de la razón de Estado y con el alma fría de ese extraño sentido del Estado que solo anima a los que viven de él. Nunca se había visto en Europa desde el affaire Dreyfus, ni siquiera en tangentópolis, tan clamorosa dimisión de la inteligencia y de algarabía de corral de gallinas, espoleadas por un pavo real sin cola y un gallito mas picoteador que peleón, sofoca las voces que se alzan por la libertad de jurisdicción. Y sólo nos llega, como nueva música celestial, el viejo catecismo de la tiranía que suplanta al consenso oligárquico de la transición. 1) La razón de Estado justifica el crimen de sentido del Estado deja impune a la autoría del crimen. 2) La razón de Estado ejecuta en secreto lo que condena en público. El sentido del Estado suprime las secuelas de la transgresión de la ley por la autoridad. 3) La razón de Estado legitima los actos ilícitos de sentido del Estado deslegitima la acción de la Justicia contra la autoridad. 4) La razón de Estado emprende lo que sólo el sentido del Estado comprende. 5) La razón de Estado racionaliza la violencia que la razón de sociedad no entiende. El sentido del Estado hace latir con autoridad lo que el sentido común de la sociedad no siente. 6) La razón de Estado defiende la sinrazón de sentido del Estado extiende a la sociedad el sinsentido del Gobierno. 7) La razón de Estado hace suya la causa criminal que combate. El sentido del Estado cubre de respetabilidad la falta de respeto a los derechos humanos. 8) La razón de Estado mata, roba, miente y difama, dando buena conciencia al gobernante. El sentido del Estado hace prudentes, en la conciencia gobernada, las torpes vilezas de la autoridad. 9) La razón de Estado suicida a sentido del Estado asesina al sentimiento. 10) La razón de Estado ama el poder propio. El sentido del Estado idolatra al poder ajeno. Estos diez mandamientos se encierran en dos: el buen gobernante obedecerá, más que a la ley y a la Justicia, a los preceptos de la razón de Estado, que sólo él está en condiciones de saber; el buen gobernado se dejará seducir, contra su sentido común, por el sentido del Estado que sólo los hombres de Estado sienten. La brutalidad de la razón de Estado nace de la incompetencia técnica y de la falta de inteligencia moral en la sociedad gobernante. El amoral sentido del Estado traduce en la clase dirigente la falta de sentido de responsabilidad en la sociedad política. La razón y el sentido de Estado son la cara y cruz de la moneda que circula en España. No hay buenas y malas razones de Estado. Todas son malas (fondos reservados) o malísimas (GAL). La razón «de» Estado niega la razón «del» Estado: la producción de justicia legal. Desde que el primer adulador del príncipe maquiavélico acuñó la nueva expresión, para poder nombrar de modo noble y moderno a las viejas prácticas de la tiranía, ni un solo historiador o filósofo ha podido desvincular del crimen a la razón de Estado. Después de cinco siglos de vida de la razón de Estado, la Historia y la reflexión nos confirman, sin la menor posibilidad de error, que toda invocación a la razón de Estado oculta un designio criminal.