1996-11-18.EL MUNDO.CASTRO, ZAIRE, HAMBRE FRANCISCO UMBRAL
Publicado: 1996-11-18 · Medio: EL MUNDO
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CASTRO, ZAIRE, HAMBRE EL MUNDO. 18/11/1996 Página, 56 FRANCISCO UMBRAL En la cumbre del hambre, digamos, Fidel Castro ha denunciado directamente la situación del Tercer Mundo y sus verdugos. Se arrancan viñas, se degüellan rebaños, se paga para que la tierra no produzca. Los G/7 sólo ven las extensiones de la pobreza como solares donde levantar sus formidables y espantosas máquinas de contaminar, polucionar, fabricar mierda, armas y alimentos artificiales o podridos, o bien ambas cosas. Nuestro audaz señor Aznar pide «solidaridad», en abstracto, que es como decir que vayamos por la sombra, y en sus recientes tenidas con Castro le ha afeado su régimen socialista, mientras él felicita a Clinton por la buena marcha del bloqueo. Todo un hombre de Estado, este Aznar, el pequeño escribiente florentino, el pequeño vigía lombardo. Aquí Ángel y Guillermo, esa pareja genial que ha muñido Pedro Jota, presentaban el otro día en su tira el éxodo/contraéxodo del Zaire, y de la fila salía un negrito que nos decía: «Yo era aquel negrito del Africa tropical que cultivando cantaba...» Etc. Me parece lo más hondo y agudo que se ha escrito sobre el drama del Zaire. Quiere significar que desde nuestro confortable consumismo hemos imaginado un Africa ideal, un trópico nada triste, contra lo que expresó Levi-Strauss, unos negritos cantarines, laboriosos y felices que eran mentira. Ahora hemos sabido la verdad. Pero, como tengo escrito, en Zaire no hay petróleo y eso se paga. El gran Perry Anderson, en Los fines de la historia (Anagrama), nos dice que lo que Fukuyama anunciaba, regocijado, no era el final de la Historia, sino el final del socialismo. Antonio García-Trevijano, en Frente a la Gran Mentira (Espasa), asegura que la democracia de partidos, tal como la vivimos hoy, no es democracia, ya que se trata de partidos estatales, algo así como los dados con que el Estado juega su partida siempre tramposa. Estos modelos de democracia y socialismo nacieron en el XIX, pero hoy ya no valen. La democracia liberal capitalista e industrial se está cargando el planeta, empezando por la humanidad, y el socialismo se ha disipado entre las ideas y los ideales, perdiendo la batalla del progreso. El resultado de toda esta movida histórica se llama Zaire o América Latina, como bien lo denuncia Fidel Castro, que es la única víctima del capitalismo salvaje con voz y talla para enfrentarse internacionalmente a la gran depredación del planeta a que se está entregando un liberalismo histérico que tiende a ser «inmensa minoría», con mi amigo Kohl reinando en su mandarinazgo. Hay que leer a Zoé Valdés, la gran revelación del último Planeta, para saber cómo es La Habana que se ha fabricado entre un socialismo ya sin referentes y un capitalismo yanqui sin escrúpulos. Pero el señor Aznar no lee novelas y aprovecha los congresos internacionales para decirle a Castro una palabra más alta que otra, con lo que hace un cierto ridículo planetario. La Internacional Liberal cuando menos es cínica, pero Aznar, miembro de esa Internacional, no se ha enterado y va de flecha. Fidel Castro habla en nombre de su Cuba, de su América y de todos los pobres y muertos del Tercer/Cuarto Mundo. El negrito del Zaire ya no hace anuncios ni canta en el cafetal, sino que pasea su esqueleto camino de Ruanda, y el hambre es el verdadero final de la Historia. Aznar, el amigo de Marruecos, pide democracia en Cuba. Pero, como ya dijo Adlai Stevenson cuando perdió las elecciones, «un hombre hambriento no es libre». Que alguien se lo explique a nuestro audaz presidente.