1976-11-02.PUEBLO.CARTA AGT A LA OPINION PUBLICA
Publicado: 1976-11-02 · Medio: PUEBLO
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de mantener una dialéctica leal con las ideas de unidad que sostengo, acude a la di- famación personal para eli- minar el obstáculo político. Determinados órganos de expresión pretenden ahora salvar su buena conciencia invitándome a profesional que me defienda. Es decir, invitándome a que cometa la indignidad de aceptar el procedimiento y el juicio previo (prejuicio), que los responsables de estos órga- nos informativos se han per- mitido hacer contra mí, al autorizar sin más la publi- cación gratuita de una falsa denuncia. No; ni acepto es- tas reglas de juego trucado, ni esta libertad de "defor- mación". Sin embargo, soy muy consciente de mis deberes ante la opinión pública y, como hombre político, no puedo limitarme a respon- der con el desdén. A todos los órganos de ex- presión y a todas las perso- nas privadas que me han insultado, sin excepción al- guna, las llevaré ante los Tribunales. Muy pronto, cuando pase . el fragor de esta "maquina- ción politica", informaré a la opinión pública sobre la verdad objetiva de todas y cada una de las falsas acu- saciones que se me han he- cho. No para probar mi ino- cencia, ya que no se me acu- sa de ningún delito especí- fico, sino para demostrar que, mi actuación en Guinea no puede ser más que mo- tivo de orgullo y satisfacción para todo ciudadano que sea patriota honrado, demócrata y progresista.» Foto SANTISO Carta de Trevijano a la opinión pública (de su actuación en Guinea) • Acusa a los periodistas de «caer en las trampas que les tienden los maniobreros de la política» 9 «Soy consciente de mis deberes ante la opinión pública» £ «Llevaré ante los Tribunales a todas las personas privadas que me han insultado» MADRID. (PUEBLO.)—El abogado Antonio Garcia-Tre- vijano, cuya actuación en el proceso descolonizador de Guinea ha sido objeto de diversos comentarios desde que s« levantó el «secreto oficial» sobre el tema, ha dirigido una «carta a la opinión pública», en la que anuncia que muy pronto informará «sobre la-verdad objetiva de todas y cada una de las falsas acusaciones que se me han hecho-. En su carta afirma también que su actuación en Guinea «no puede ser más que motivo de orgullo y satisfacción». La carta remitida a los medios informativos por el señor García-Travijano dice: •Durante cerca de cuaren- ta años no hemos podido co- nocer la Terdad sobre aque-, líos asuntos patrimoniales y financieros del Estado que han levantado serias sospe- chas de corrupción ni cómo se han enriquecido tanto y tantos prohombres del fran- quismo. Ahora, cuando los órganos informativos gozan de ma- yores libertades de expre- sión, cuando la opinión pú- blica espera de ellos que desvelen las ideas y las po- siciones políticas de los dis- tintos grupos del Régimen y d« la oposición, y la per- «onalidad de sus dirigente.*!, y cuando más crítica es la situación política de España ante su futuro, se organiza ana gran campaña de difa- mación sobre mi personali- dad política. ¿Quién la organiza? ¿Pa- ra «pié? ¿Por qué en este preciso momento? ¿Con qué tipo de acusaciones? ¿Sobre qué fundamentos objetivos? interrogantes, Todos estos fin cuya contestación no puede haber opinión ob je ti- ra, ni siquiera han sido planteados por los medios' periodísticos que desencade- naron esta campaña, y que ahora la alimentan. Se diría que la libertad de Prensa para estos medios, que han podido vivir y pros- perar sin ella durante el tiempo histórico de dos ge- neraciones, consiste en abrir libremente sus espacios in- formativos a la injuria y a la calumnia indocumenta- das, sin la más mínima pre- caución acerca de la verosi- militud o probabilidad de los hechos afirmados. La im- parcialidad les parece ase- gurada, dando oportunidad ten el mejor d« los caso») A injuriado para que se de- fienda. tComo si «sto fuese imparcialidad! La Prensa no puede con- vertirse 'en tribunal de jus- ticia. La publicación de una acusación privada contra el honor de una persona, a causa de la publicidad y di- fusión que lleva consigo, la deshonra inexorableme n t e. El • derecho de réplica no puede retirar ya la Imagen creada en torno a quien se ve envuelto en el escándalo. Pero en mi caso particular estos medios informativos no han funcionado ni como un juez, quien antes de admitir una" denuncia o' querella pri-~ rada, consciente del daño que el solo hecho de su ad- misión puede ocasionar a la persona "tal vez" inocente, realiza, un serio y debatido trabajo' de investigación, y, sólo cuando encuentra "in- dicios racionales" d« verosi- militud, la admite. En los países occidentales que no han perdido el uso de las libertades formales durante largo tiempo, como ha ocurrido en España, no puede suceder lo que aquí está pasando: que el ansia por desvelar la corrupción y la inexperiencia de la li- bertad hagan caer a perio- distas de buena fe en las trampas que le tienden los maniobreros prof esio n a l es de la política. La Prensa no ha informado K la opinión pública sobre mi actuación en Guinea Ecuatorial. Tampoco me ha juzgado. Simplemente, y sal- vo honrosas excepciones, s« ha prestado a servir de ins- trumento, muchas veces in- consciente, a la maquinación de un partido que, incapaz