1995-05-22.EL MUNDO.CAMINO DE BARBARIE AGT

Publicado: 1995-05-22 · Medio: EL MUNDO

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CAMINO DE BARBARIE
EL MUNDO. LUNES 22 DE MAYO DE 1995
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
Cuando un pueblo anda políticamente descaminado, por atajos de dictadura o lodazales de oligarquía, se encamina culturalmente a  pueblo español transita con libertad por un camino equivocado. Cuanto más avanza por él más retrocede en civilización y refinamiento de costumbres. Comparados con los que tenía al inicio de la transición, en modo alguno ejemplares, los criterios morales y estéticos se han degradado hasta el alarmante extremo de rozar lo inmoral y no poder sobresalir de  asesinos de la excelencia inspiran la mayoría de los programas y cánones de los opinadores públicos. Salvo excepciones contadas, los políticos circulan por los angostos vomitorios de bazofia sentimental de que se alimentan los orgullos pueblerinos. Muchos intelectuales, sin horadar la superficie de los fenómenos sociales, creen que se trata de algo lamentable, pero inevitable en la cultura de masas de los grandes medios de comunicación. La demagogia izquierdosa llama a esto, con impertinencia cultural y total desconocimiento de la democracia, democratización de  lo que pasa en España no tiene nombre. Para que se sepa de lo que estoy hablando daré tres ejemplos de última hora. 
Un excepcional escritor, dotado de exquisita sensibilidad para la crítica de arte, sitúa al folklórico de Lola Flores en el contexto cultural y político que creó su fama primero y la ha recreado después. Que la opinión de Umbral moleste a los que viven de la idolatría de las masas a los famosos de las artes menores, es normal. Pero que una antigua comunista, reconvertida en opinadora mediática, o el propio jefe del Gobierno, desmientan a Umbral transfigurando a la singular andaluza en heroína secreta del antifranquismo o en genio del arte universal, eso ya no es casticismo respetable, sino propagación del embrutecimiento. Por otro lado, aunque no tiene importancia política la publicación de unas fotografías del Rey desnudo, éste hace bien en proteger su derecho a  pueden comprender los comentarios populares, más o menos groseros, que suscita este lamentable episodio. Pero es aberrante una sociedad que produce fiscales monarquistas y columnistas monárquicos llenos de entusiasmo con la glorificación de las partes pudendas del Rey. Y mucho peor que el predominio de la vulgaridad en el arte y de la chabacanería en la opinión, es el retorno a la barbarie anterior al Estado que realiza la conversión en leyes de las vindictas populares. Como la de financiar la rehabilitación de los drogadictos con bienes incautados a los traficantes. 
La pendiente por donde se desliza el embrutecimiento colectivo no tiene obstáculos naturales. La historia nos enseña que sólo un sobresalto de la opinión puede detener la caída libre hacia la completa degradación de las costumbres, y cambiar en sentido ascendente el rumbo del instinto moral y los criterios del gusto público. La sociedad civil, a causa de la lentitud con que se producen en ella los cambios sociales, carece de resortes idóneos para provocar esos sobresaltos repentinos. Sobre todo cuando las ideas y valores hegemónicos en la sociedad se han introducido de modo artificial desde el Estado, como sucedió en la transición española. Sólo guerras, revoluciones, catarsis nacionales y cambios de régimen han podido interrumpir y variar de sentido la inercia del movimiento desconsiderado que comunica, a toda la sociedad, la demagogia y moral de aprovechamiento típicas del mundo político. En la circunstancia española es ridículo esperar que la simple salida del Gobierno de su presidente, o la entrada en él del jefe de la oposición, producirán en la opinión el sobresalto que ésta necesita para levantarse. No se desanda, así como así, el camino de barbarie recorrido por  necesita, para ello, un cambio pacífico de régimen que instale la democracia en la política y el pudor en la opinión.