2000-06-19.LA RAZON.BUENAS NOCHES ESPAÑA AGT
Publicado: 2000-06-19 · Medio: LA RAZON
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«BUENAS NOCHES, ESPAÑA» LA RAZÓN. LUNES 19 DE JUNIO DE 2000 ANTONIO GARCÍA TREVIJANO La producción de libros aumenta en la misma medida en que decrece su calidad. El problema lo ocasiona el hecho de que cada vez son más los lectores que escriben, sin tener por qué, y menos los escritores que leen lo que hay que leer. Para poder captar en los libros algún retazo del saber, del placer o de la vida, hemos de tomar ante ellos la misma precaución que ante las televisiones del Gran Hermano. La basura mental impresa no es menor que la porquería moral exhibida en las pantallas. Nadie tiene tiempo hoy para buscar la aguja en el pajar libresco o la diosa Cibeles en un estercolero. Y cuando los libros se comercializan para un mes, las propias empresas editoras están confesando que nada de lo publicado merece ser retenido. Salvo excepciones amparadas en la fama del escritor, los buenos libros se editan en casas fieles al estante de librería. Akal es una de ellas. Tras el «Negocio de la libertad» de Jesús Cacho, ha repetido su valentía editorial con «Buenos días, Euskadi», de Joaquín Navarro. Libro singular de un jurista con sensibilidad y vocación de escritor. Y libro único en su género. Pues un andaluz culto parece sentir en sus carnes la emoción de la izquierda nacionalista vasca. A diferencia de sus libros anteriores, «Manos sucias» y «Palacio de Injusticia», cuyas críticas, tesis y sentimientos sobre la Justicia son incontestables para toda conciencia jurídica y para cualquier tipo de conciencia nacional, el nuevo libro de Joaquín Navarro me causa un entrañable dolor porque, en él, un alma amiga desgarra la unión entre ambas conciencias, haciendo imposible su convivencia. Pues asienta la nacionalista vasca, y su deseo de Independencia, no sobre un sentimiento particular ni una relación de fuerzas, sino sobre un derecho universal. El derecho natural a la autodeterminación. Los españoles que negamos la existencia de este derecho, tanto para España como para cualquiera de sus territorios, no tenemos, al parecer de mi fraternal amigo, una conciencia jurídica tan sensible o formada como la suya, capaz de considerar que «existen Razones de Justicia para reclamar y ejercitar el derecho de autodeterminación». Los que no comprendemos el sentimiento nacionalista vasco, aunque lo entendamos; los que no lo apoyamos, aunque denunciemos todas las formas antijurídicas o inhumanas de su represión estatal (tan valiente y justamente relatadas por Joaquín Navarro); los que no vemos en el laberinto de las organizaciones nacionalistas vascas (que el autor desentraña y recorre de modo magistral, sobre todo a partir de la tregua de Eta), más que una trágica lucha por el poder, fundada en la envidia del Estado, sin que ninguna tenga por objetivo la libertad política de los ciudadanos vascos ni la democracia formal; los que creemos que España era ya una unidad determinada por la historia antes de la Gran Revolución de los derechos individuales, y de la libre determinación de los pueblos sojuzgados por una potencia extranjera; los que advertimos una diferencia esencial entre el sentimiento español, anterior a la conciencia política nacional, y los sentimientos andaluz o vasco (por citar los que embargan al autor) derivados de una reciente conciencia nacionalista; los que expusimos vidas, haciendas y famas contra el uso del sentido natural de la patria como bandera política de las monstruosas dictaduras nacionalistas; los que sabemos, por su historia y por su naturaleza, que todo tipo de nacionalismo separatista expresa ambiciones de Estado propio, es decir, aspiraciones de la derecha; en fin, los que distinguimos entre ideologías nacionales y mitologías estatales, debemos leer «Buenos días, Euskadi», para enterarnos de que, como españolistas subconscientes, o sea, como ateos inhabilitados para dialogar con la razón nacionalista, ya sólo podemos responder a sus pacíficos propósitos de autodeterminación con un jacobino «Buenas noches, España».