2003-04-10.LA RAZON.BLAIR SERÁ EDÉN EN BAGDAD AGT

Publicado: 2003-04-10 · Medio: LA RAZON

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BLAIR SERÁ EDÉN EN BAGDAD 
LA RAZÓN. JUEVES 10 DE ABRIL DE 2003
ANTONIO GARCÍA TREVIJANO 
0.5 OTRAS RAZONES Es un reflejo intelectual inevitable. Cada vez que un gran acontecimiento bélico o político parece cambiar, por su novedad, el orden futuro de las relaciones internacionales de poder, tendemos a interpretarlo por su analogía con algún otro suceso del pasado que condicionó el orden presente. Tal fenómeno obedece a una doble necesidad mental. La de comprender inmediatamente el sentido de todo lo que sobrepasa a lo experimentado y la de imaginar todo orden internacional futuro colocando en distintas posiciones de poder a elementos nacionales de fuerza conocida. 
   Pero las crisis de los equilibrios en las relaciones de poder internacional crean, con sus tendencias a un nuevo orden más integrador, menos complejo o mejor compensado, situaciones imprevisibles que la función reductora de la imaginación no puede regular de antemano. El principio de legitimidad pactado en el Congreso de Viena motivó la insurrección liberal de Riego en España y la de liberación de Grecia del Imperio Otomano. El reparto del mundo por zonas de influencia, acordado en Yalta, fue negado con la guerra fría y desequilibrado con la descolonización. Gran Bretaña no perdió su condición de gran potencia en la guerra mundial, ni con la división e independencia de la India en 1947, sino en 1956 cuando se rindió, junto a Francia e Israel, ante la alineación de Estados Unidos con la causa árabe de Nasser en la crisis de Suez. 
   Aquella histórica decisión del presidente republicano Eisenhower impulsó el renacimiento político del mundo árabe hasta dimensiones desconocidas desde los tiempos del califato. Hizo de Nasser el héroe del Tercer Mundo. Cambió el orden de poder en las relaciones internacionales emanado de la segunda guerra mundial, sacrificando el vínculo atlántico con Gran Bretaña, dirigida por el gobierno conservador de Anthony Eden, en el altar de la descolonización. Desde entonces, la causa árabe, confundida con la del islamismo, ha venido inclinando la balanza democrática de la ONU, repleta de nuevos países independientes, contra la del Estado de Israel, que ella mismo creó en 1948. 
   La crisis del petróleo de 1973, provocada por el nacionalismo árabe de Gaddafi, hizo ver al Presidente republicano Nixon la necesidad de controlar los Estados del Golfo Pérsico. Su aparatosa caída resucitó el vínculo atlántico. Lo demás es historia reciente del partido republicano que armó a Iraq contra el islamismo de Irán. El nuevo designio cristiano del Presidente George Bush tendió a Sadam Husein la trampa de Kuwait, que su impulsivo hijo quiere ahora cerrar, cortándole la cabeza. 
   Pero así como la invasión de Iraq no se asemeja a la que tenía proyectada la imaginación del Pentágono, tampoco las consecuencias políticas de la derrota de Sadam Husein, ni la administración del botín de esta petroguerra, serán las perseguidas por el Presidente Bush, haciendo del país conquistado un Protectorado militar con un gobierno de ministros estadounidenses. El modo de ganar la guerra condicionará las modificaciones en las relaciones actuales de poder, los aprovechamientos económicos de la victoria y la estabilidad del nuevo orden imperial que resulte del conflicto. A mayor crueldad civil en la victoria militar, menor probabilidad hay de que EE UU pueda administrarla en paz. 
   De momento ya se ha planteado una seria divergencia entre EE UU y sus aliados. Apoyado en la lógica de la victoria, Bush quiere excluir a las empresas británicas o españolas de los beneficios de la reconstrucción de lo destruido, bajo el pretexto de que tal obra civil requiere conocer planes estratégicos, de cuyo secreto sólo puede hacer partícipes a las grandes empresas de su propio país. O sea, participando en la estrategia militar del Pentágono, los británicos destruyen el Sur de Irak, pero no lo pueden reconstruir a causa del secreto de esa estrategia. La gloria de Blair está llamada a ser en Bagdad la de Eden en Suez.