1995-06-03.EL MUNDO.AZNAR Y ANGUITA PRESENTARON EL LIBRO DE PEDRO J LUCIA MENDEZ

Publicado: 1995-06-03 · Medio: EL MUNDO

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EL PRESIDENTE DEL PP Y EL COORDINADOR GENERAL DE IU PRESENTARON EL LIBRO DE PEDRO J. RAMÍREZ
EL MUNDO. 03/06/1995 Página, 10-11
LUCIA MENDEZ
MADRID.- José María Aznar, presidente del PP y Julio Anguita, coordinador general de Izquierda Unida, coincidieron ayer en asegurar que los resultados de las elecciones del 28 de mayo han abierto una nueva era política en España que pondrá fin al felipismo. Fue en el acto de presentación del libro «David contra Goliat», del director de EL MUNDO, Pedro J. Ramírez que tuvo lugar ayer a mediodía en un céntrico hotel madrileño.
La presentación de esta obra de la editorial «Temas de Hoy» reunió a un buen número de periodistas, como el director del ABC, escritores como Francisco Umbral, políticos e intelectuales. El acto estaba rodeado de una cierta dosis de «morbo político» por ver reunidos a Aznar y Anguita, precisamente en unas circunstancias políticas difíciles para los socialistas. A esta expectación inicial contribuyó asimismo la asistencia del ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, con quien se fotografiaron los máximos dirigentes del PP e IU. Los tres políticos despertaron un gran interés por parte del público asistente, pero en especial Suárez, cuyas apariciones públicas no son muy numerosas.
Los líderes del PP e IU -cuya coincidencia programática es prácticamente inexistente- desgranaron intervenciones muy críticas sobre lo que han significado los trece años de Gobierno socialista.
Julio Anguita quiso salir al paso de las críticas que se le puedan hacer por haber compartido mesa con Aznar: «He disfrutado pensando en la escena y en las murmuraciones que van a existir en la Villa y Corte cursi, hortera y pacata. Cuando Carrillo presentó un libro con Fraga todo el mundo dijo que era para normalizar la democracia. Pues bien, esto también es normalidad democrática, no entiendo el escándalo».
El coordinador general de IU añadió que «cuando el señor Aznar comience a gobernar, va a tener en IU a una oposición contundente, pero la contundencia no está reñida con la elegancia, cuando gobierne verá el señor Aznar lo que vale un peine».
Para presentar el libro, el presidente del PP pronunció un elaborado discurso en el que glosó de forma muy crítica los trece años de Gobierno de Felipe González, cuya censura es el eje fundamental del volumen en el que se recogen los artículos del director de EL MUNDO. En opinión de Aznar, «David contra Goliat» «es la crónica de la desnaturalización de un poder que pierde de vista su sentido instrumental al servicio de un proyecto colectivo y que erige la perpetuación en el único de sus instrumentos reconocibles».
El líder popular considera que la gestión socialista «es un proceso empedrado de desviaciones de poder, de arbitrariedades, de una concepción arrogante de la propia función». Los episodios de corrupción, según Aznar, «han podido ser los más estrepitosos, pero la codicia ha sido una hijuela fatal derivada de la soberbia».
El presidente del PP no se hace ilusiones acerca de que la relación que mantiene con algunos periodistas le ponga «a recaudo de sus hondas», pero, «siendo orgullosamente hijo y nieto de periodistas», espera no dar motivos para la crítica. «Deberá reconocerme David Ramírez que sus Goliats particulares han puesto a su disposición una casi inagotable cantera de municiones copiosa».
Aznar hizo una ardorosa defensa de la prensa escrita. «Imprenta, prensa y libertad son conceptos históricamente inseparables. No sé si me entristece más que escandaliza que se pueda defender por un Gobierno, sostenido por un partido fundado por un tipógrafo, Pablo Iglesias, que la lectura de los periódicos es nociva para la higiene mental». El líder popular manifestó que aspira a «un periodismo limpio, leal y ardorosamente crítico».
Aznar habló también de las elecciones del 28/M y dijo que en la nueva etapa política «los titulares de todos los poderes públicos deben considerarse servidores de los ciudadanos, no jefes ni caudillos ni líderes ni mesías ni libertadores. Sólo razonables gestores del poder como herramienta para la recuperación ética y social. Un proyecto para todos, sin séquitos, cohortes, clanes ni tribus».
También Julio Anguita coincidió en que el 28/M ha abierto una nueva era política. La intervención del líder de IU -improvisada- estuvo trufada de anécdotas acerca de su relación con el director de EL MUNDO, al que comparó con los diputados de las Cortes de Cádiz, «aquellos que intentaron legislar en las últimas millas que quedaban libres del enemigo».
El líder de IU calificó al felipismo como «un encantamiento» contrario a la razón» y se refirió a las dudas en las que se debate su formación política tras las elecciones municipales. «IU está soportando una doble presión: que viene la derecha o hay que castigar a los corruptos, pero IU tendrá que hacer un favor a la democracia española, aunque tenga que soportar las críticas de una parte de la sociedad». «Somos hijos de la Ilustración -añadió- no caeremos en la superchería de medir a la gente por las etiquetas, toda alusión a derecha o izquierda desde un punto de vista histórico no nos sirve», manifestó en referencia a sus dificultades para pactar con el PSOE.
Por su parte, el autor del libro, Pedro J. Ramírez, aseguró que ha intentado reflejar el proceso seguido por el felipismo desde 1989, cuando aún era una referencia ética. Para el director del EL MUNDO, en «el 28-M han quedado fijados los términos de un inapelable jaque mate que garantiza que España no tendrá que evocar sus fantasmas en el centenario del desastre ni sofocar sus ilusiones en el inicio del tercer milenio con el felipismo aun en el poder».
Ramírez considera que «el margen de maniobra de González» se ha reducido «al coincidir las demandas de un giro a la izquierda de los escasos socialistas que han salido airosos del envite -Vázquez, Ibarra, Bono- con la determinación de Pujol de subir su precio en sentido contrario». «De ahí -concluyó- que González opte por el inmovilismo, fingiendo no darse cuenta de que la mayoría de quienes reclaman "caras nuevas" recurren a este eufemismo anhelando que llegue la hora de poder sustituir la suya».
El director de EL MUNDO manifestó que en manos de Aznar y Anguita «está en la responsabilidad de encauzar en función de las afinidades ideológicas de cada cual, la representación de esa nueva mayoría social que se ha ido configurando con el anhelo de poner fin a una situación-límite caracterizada por la corrupción y los abusos del poder».