1997-06-05.LA VOZ.AYUDENOSY MAJESTAD.MIGUEL ANGEL DE LEON

Publicado: 1997-06-05 · Medio: LA VOZ

Ver texto extraído
2/LAVOZ 

OPINIÓN 

JUEVES, 5 DE JUNIO DE 1997 

PÁGINAS DE MI DIARIO 

SI LE DIGO LE ENGAÑO... 

Otra vez lo 
retroactivo 

Aureliano Montero Gabarrón 

Parece  que  vuelva  la  moda 
de lo retroactivo, retroactividad, 
retroacción,  o  de  retroceder, 
retrocesión,  retrocesivo,  retro 
ceso.  Qué  desagradable  regre 
sar a épocas desdichadas cuan 
do se admitía la denuncia retro 
activa,  con  todas  sus  lamenta 
bles  consecuencias.  Tristes  re 
cuerdos vividos, y que nunca son 
olvidados. 

¿Y como se puede olvidar si 
vuelve  su  aplicación  descara 
da?.  Si  la cosa no se enmienda 
por quiénes  hoy pueden  hacer 
lo,  entre  lo  retroactivo  y retro 
ceso, "apañaos vamos a estar en 
no tardar mucho". Vaya bromi-
ta la que nos llueve desde "arri 
ba". Que no se gana para sustos. 
Que  las  palabrejas  dichas  son 
de  mucho  tirar.  Se  presentan 
con un  sabor entre  lo  amargo 
y  lo poquito  de  dulce pero  no 
se  avisa  en  qué  manera y  for 
ma  se  convierte por el  nervio 
de  la  indigestión  en  obra  re 
chazable. 

Lo  sensato  está  en  cambiar 
en consenso construyendo para 
el presente y el futuro de la so 
ciedad.  Pero  unas  escapaditas 
detrás  de  lo  retroactivo,  eso  a 
nada conduce,  excepto que  re 
cibe  la pertinente  enmienda  de 
la mano de quién fuera el autén 
tico personaje premiado  por su 
servicio al futuro. Ya no cabe el 
reaccionarismo a lo siglo XVIII. 
La  filosofía  del  progresismo  y 
por el desarrollo de ios pueblos 
avanza  imparable, aunque ven 
ciendo  dialécticamente  y  con 
realizaciones  cuyos  objetivos 
están en una sociedad unida, sin 
marginados;  una  sociedad  sin 
esclavos; una sociedad de bien 
estar, en la que la justicia social 

LA V OZ 

DIARIO DE LANZAROTE 
REDACCIÓN: 
Plaza de la Constitución, 2 - 2°I 
35500 Arrecife 
Tfnos.:  (928) 

803949/3978 

(928)  8003 03 
Fax: 
(928)  8142  25 
DIRECTOR: (en funciones) 
Aureliano Montero González 

PUBLICIDAD: 
Avda. Mancomunidad, 14 - 2° 
Tfnos.: (928) 

8164 54 
8102 07 
8100 90 

Fax: 

(928) 

DEPOSITO LEGAL: 
GC-95ÍÍ/I985-1-701.015/AA86Ü.I12 

EDITA E IMPRIME: 
COMCANE, S.L. 

impere.  Sin  la  explotación  del 
hombre por el hombre. O como 
bien  predica  el  cristianismo: 
Donde  el  amor  al  prójimo  sea 
una verdad, siendo una realidad. 
Ángel Tristán Pimienta, de 
cía  en  fecha  reciente  (La  Pro 
vincia  31-5-97);  "La  Ley  del 
Fútbol del PP y Anguita es retro 
activa... pero de ida y vuelta. Un 
futuro gobierno del  PSOE esta 
ría  legitimado  para  anular  las 
"privatizaciones" de Aznar y sus 
amigos". Es un error mayúsculo 
apartarse del consenso, y peor la 
aplicación,  "por  que  me  da  la 
gana",  de  la  retroactividad.  La 
opinión de gente que piensa, que 
reflexiona, no lo encuentra lógi 
co,  está  fuera  de  lógica  en per 
sonas que ocupan cargos impor 
tantísimos en la cumbre del Es 
tado. No se comprende. Al igual 
que  el  error  de  Jacques  Chirac 
en adelantar las elecciones fran 
cesas. Está visto que todos, cada 
uno  en sus  escalas  respectivas, 
metemos  la  pata,  pocas  o  mu 
chas  veces,  y  de  eso  nadie  se 
salva. 

Sin duda alguna,  el tema de 
lo retroactivo va a traer cola. A 
ver como se desarrolla y de qué 
manera  acaba.  Hay  apetito  de 
curiosidad en ello. Sus intríngu 
lis no le falta. Pero claro, toda 
vía  estaremos  aprendiendo 
cosas  del  sistema  democráti 
co.  Que  una  cosa  es  ser  de 
mócrata  y  muy  otra  lo  que  es 
la  Democracia  bien  entendi 
da.  Y  cuando  no  se  es  demó 
crata,  pues  que  desentone  en 
una  democracia.  Por  supues 
to, para comparación nos bas 
ta  la  Isla  conejera  y  su  gente 
que  dice  ser  demócrata;  que 
haberlos,  haylos. 

NO DEJE 

UNUNOARSÚ 

en LA VOZ 

DIARIO DE 

LANZAROTE 

¡AyúdenoSy 
Majestad! 

Miguel 
Ángel 
de León 

No  hace  falta  que  don  Antonio  García 
Trevijano  insista en recordamos que en Es 
paña no hay democracia plena sino formal, tal 
y como hiciera meses atrás durante su última 
visita a Canarias. Esa inexistencia o carencia 
democrática la prueba y corrobora -un supo 
ner-  el  miedo  que  sigue  existiendo  a  hablar 
del  Rey (a hablar de  forma  crítica,  se  sobre 
entiende,  no  para  darle jabón  como  hace  a 
diario el ABC de Luis María Ansón). Tengo 
dicho y repetido que no creo en ninguna ins 
titución,  y  mucho  me 
nos  en  la  Monarquía, 
por  más  y  por  mucho 
que  ésta  seajuancarlis-
ta-primera. 
Incluso 
cuando los reyes tenían 
un  poder  cuasi  omní 
modo,  sus  siervos  se 
atrevían a advertirle en 
público de tarde en tar 
de de sus carencias po 
líticas o físicas, aunque 
fuera  a  base  de juegos 
de  palabras  y  aprove 
chando la entrega de un 
regalo:  "De  entre  las 
ñores  y  las  hojas,  Su 
Majestad  es-coja",  di 
cen  que  le  dijo  alguna 
muchacha a la Reina de una España lejana en 
el tiempo. Pero una cosa no quita la otra, y lo 
que  tampoco  vale  es  echarle  al  Rey  culpas 
que no tiene,  o achacarle meteduras de pata 
ajenas. 

Ningún periodista 
S8 atreve todavía 
con Franco, paro 
ya lo hacsfl con 
anteriores Jetes 
de Estado, camo 
Alfonso XIII 
y Manuel A2afta. 
Las mayores 
venias, 
sin embargo, 
lueron para 
quien no pudo 
reinar el Don 
^andeAnson. 

Con motivo de una todavía reciente visita 
de Juan Carlos I a la gris Bruselas (o por ahí 
arriba).  Su  Majestad  leyó  un  discurso  en  el 
que venía a insinuar la posibilidad de la inte 
gración plena  de  España en  la  Organización 
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN para 
los amigos y demás personas piadosas, NATO 
para quienes  lo  lean por el  retrovisor).  Apa 
rentemente, dejó caer el monarca, pizco más 
o menos, lo cojonudo que sería dejarnos ya de 
medias tintas y encaramamos todos a una a la 
OTAN  como  es  debido  y  como  hacen  los 
hombres: entiéndase, integrándonos también 
de  hoz y coz en su estmctura militar,  que  la 
llaman (al fm y al cabo, un eufemismo más). 
Como  es  triste  fama,  para  que  tal  cosa  ocu 
rriera u ocurriese se tendría que convocar un 
nuevo referéndum al respecto y al efecto, tal 
y como quedó dicho y firmado en el plebiscito 
previo  cuando  don  Felipe  González  Már 
quez nos  vendió  y nos  trocó/truncó/trucó  su 
"OTAN,  de  entrada no" por su  "OTAN,  de 
salida  tampoco". 

Pero el Rey, claro, no es el culpable. Y no 
lo es, vive Dios, porque el Rey nunca se equi 
voca.  Y no se equivoca no porque sea infali 
ble, como dicen que lo es el Su Santidad Popa 
de  Roma,  sino  porque  el  Rey jamás  de  los 
jamases  escribe  sus  discursos,  que  para  eso 

tiene ya una jarea de negros que se lo prepa 
ran  (como  al  propio  y  ultratorpe  Manuel 
Hermoso, que tampoco es manco a la hora de 
meter la pata leyendo  de  carrerilla lo que le 
escriben sus asesores de la nada). Total, que 
les venía a decir que el Rey -en puridad- nun 
ca se equivoca.  Como mucho,  lo/le equivo 
can otros. Y en este caso concreto y desafor 
tunado de la OTAN, al Borbón lo equivoca 
ron  a  dúo  el  por  aquel  entonces  Gobierno 
saliente  a  regañadientes  del  "finado"  Gon 
zález y el Gobierno entrante (por detrás) del 
labiestático  Aznar,  que 
fueron  los  artífices  del pa-
pelito con el que el Rey hizo 
el papelón. Las cositas cla 
ras y el chocolate -a ser po 
sible- espeso. 

Y luego están los malos 
pescadores que §ó\o tienen 
posibilidad  de  pescar  algo 
a río revuelto. Es el patéti 
co caso, por ejemplo, de los 
independentistas  fanáticos 
e iluminados sin luces -val 
ga el aparente contrasenti 
do-  que  siempre  acaban 
meando fuera del tiesto por 
culpa de su estrabismo ce 
rebral  con el  que  imitan a la perfección  a la 
gallina hiptotizada con el surco trazado ante 
sus ojos. Son los que vuelven a recordar el no 
raspadito de Canarias a la OTAN, porque los 
hay que cuando les interesa agarran el todo y 
cuando  les conviene sólo cogen la parte:  ya 
hemos escrito una y mil veces en negro sobre 
blanco  que  aquel  referéndum  tenía  alcance 
nacional- (o estatal, como dirían los más bru-
titos), no regional, insular o municipal. Tam 
bién en la Península hubieron pueblos, calles 
y casas que votaron no. Es más, tengo enten 
dido que en las pasadas elecciones generales 
algunos no  votamos  por Aznar  (ni  por nin 
gún otro, valgan verdades).  No  sé  si me ex 
plico... 

Y  ahora  llega  otra  vez  el  megatorpe  de 
Manuel Antonio Hermoso Rojas, al que se 
le está yendo de las manos el cuento del Ré 
gimen  Económico  y  Fiscal  (REF  para  los 
amigos y demás personas piadosas), a pedir 
le al mismísimo Juan Carlos I que nos eche 
una manita ahí, si no es mucho pedir ni exce 
siva molestia. O sea, que anda el Rey con el 
culo a dos manos por culpa de la boda de la 
otra infantita que se ha empeñado también en 
casarse,  y  en  ésas  llega  Hermoso  llorando 
como una mujer lo que no ha sabido defender 
como un hombre (no es una frase machista de 
mi cosecha, cuidado, sino lo que dice la His 
toria que le dijo la madre al último rey moro 
de  Granada,  el  tal  Boabdil,  más  conocido 
entre los suyos con el sobrenombre de Boba-
ti).  ¡Hermoso papelón el  del  presidente  que 
nos  avergüenza a todos  los  canarios! 

(c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria.