2004-02-05.LA RAZON.ANTONIO GARCÍA TREVIJANO JUAN SEOANE
Publicado: 2004-02-05 · Medio: LA RAZON
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ANTONIO GARCÍA TREVIJANO LA RAZÓN. JUEVES 5 DE FEBRERO DE 2004 JUAN SEOANE Han existido sobrados motivos para dedicarle un artículo de agradecimiento a su valentía, a su claridad y sobre todo a su honestidad de pensamiento. Y, decididamente, no he querido dilatar más el tiempo y le he escrito esta pequeña misiva. Voy a ser muy poco original en la loa hacia su persona, ya que me voy a apoyar en su pensamiento plasmado en sus artículos diarios y sobre todo en esas magníficas obras escritas por Vd. «El Discurso de la República», «Frente a la Gran Mentira» y el Big Ben de su pensamiento: «Pasiones de Servidumbre». Tres auténticas joyas, que por mérito propio deberían de pasar el umbral de la universidad para formación y deleite de las generaciones que se quieran formar en la verdad. Quizás, el detonante que me ha empujado a escribirle este corto mensaje ha sido, sin duda alguna, los recientes artículos publicados en el diario LA RAZÓN, los cuales han sido sencillamente magistrales y llenos de rigor, desmontando la gran farsa de esta propaganda oficialista del «España va bien». Es muy fácil vivir en el mundo conforme a la opinión del mundo. También lo es vivir en soledad conforme a la íntima opinión. Pero sólo es libre quien en medio de la multitud conserva y dice, sin estridencias, su propio criterio. Exactamente esa es y así ha sido su conducta. La valentía, la independencia y el rigor en los análisis, todo ello, unido a su clarividencia y a su cultura exquisita. Esa necesidad de independencia mental y coraje moral es la que ha forjado su pensamiento crítico al que ha dotado de una imaginación dúctil para reconducirle, siempre basado en hechos de evidencias no sujetos a opinión. Es un maestro en el diálogo, ya que sus razonamientos nunca son aireados sin previamente haber sido tamizados en el cedazo de la razón para separar los ideales, tal y como deben ser, de los hechos, tal como son, con voces inequívocas y finura de oído. Siempre con ello, ha eliminado la retórica de los convencionalismos, dejando pasar el rigor del argumento racional y empleando siempre las palabras en sentido unívoco. Además de todo esto, es de esas rarísimas personas que saben escuchar con el arte aprendido de los dioses mudos. Sus obras son creadoras y enriquecedoras, ya que el lector siempre sale de ellas un poco más rico que cuando entró. Sus libros han liberado la verdad de las incubadoras de la manipulación que están alimentadas por esa energía oligárquica, cuyo centro de producción es el monopolio político existente. Sus artículos semanales en LA RAZÓN son una vía de oxigenación mental del «shock» que padecemos los ciudadanos por la invasión de opiniones manipuladas y serviles que diariamente respiramos, ya que desgraciadamente no tenemos la oportunidad de un «revival» de «La Clave» de Balbín, para dar imagen a sus reflexiones. Su pensamiento don Antonio, ha sido el resorte que ha retirado la hoja de parra democrática que tapa todavía, ante un público espectador, la desnuda realidad política actual del Estado de Partidos y, a buen seguro, va a ayudar a prender la mecha de la pasión por la libertad política, de cuya dignidad y salud moral esta huérfana una gran mayoría de esta sociedad del siglo XXI, anestesiada por un fármaco, descubierto en sus obras como la Gran Mentira.