2006-04-14.LA RAZON.ANTIPOLITICA REPUBLICANA GABRIEL ALBIAC
Publicado: 2006-04-14 · Medio: LA RAZON
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8 Opinión VIERNES, 14 - IV - 2006 LA RAZÓN FUNDIDO EN NEGRO INSENSATECES ANTIPOLÍTICA REPUBLICANA Gabriel ALBIAC De ninguno de aquellos políticos del 31 aceptaría yo la compañía ni para ir al estanco de la esquina E scuché, hace dos semanas, a Antonio García Trevijano exponer sus tesis para la Tercera República. En esa venerable reli- quia que es el Ateneo de Madrid. Me sentí extraño. Trevijano estaba vivo. No- sotros, no lo estoy nada seguro. Y sus meditadas pala- bras se hacían, por la frescura, ajenas al benévolo mausoleo que enhebraba sus vetustos signos en un sa- lón donde todo conspira para la añoranza. Creo que Raúl del Pozo, que se sentaba a mi derecha, debió per- cibir lo mismo. Antonio es el último republicano vivo en este paciente país que se resigna a todo; a tolerar, incluso, que un despojo de los años GAL pueda ser puesto al frente del peligrosísimo ministerio del Interior de este enigmático Gobierno que llegó al Estado hace dos años, no sabemos aún, ni bien ni mal, de qué ma- nera, bajo qué oscuros compromisos. Catorce de abril, de nuevo. Y, como siempre, la hi- riente paradoja. Ni hacia uno solo de los políticos de entonces abrigo un átomo de simpatía. Eran casi tan incompetentes como los de ahora. Aunque, sin duda, infi nitamente menos groseros e incultos. Menos obse- sionados por acumular dinero (¡qué vergüenza el lla- mamiento a enriquecer senadores lanzado por el no muy sabio que preside el Senado español la semana pasada!). No tan mala gente, en suma. Y, sin embargo… Bastó su incompetencia para disparar el ciclo más de- vastador de la historia moderna de España. Amargo axioma primero en política: es aún más letal un incom- petente que una banda bien tejida de ladrones, o asesi- nos, o ambas cosas. Catorce de abril. La paradoja. De cada año. De ningu- no de aquellos políticos del 31 aceptaría yo la compañía ni para ir hasta el estanco de la esquina (con los de ahora es distinto, a esos no me aproximaría a menos de un par de kilómetros sin ir bien pertrechado con casco, máscara antigás y chaleco antibalas). Y, sin embargo, la República –no aquella o la anterior, la República sin adjetivo– sigue siendo la única tarea política por la cual yo movería un dedo. Después de haber concluido, hace ya cierto tiempo, que lo único que aguardo gratamente de los políticos, de todos, es el sosegado día de su entierro. Los dioses aún permiten que esa gente sea, al fi n, igual de efímera que nosotros todos. Es la única igualdad que queda en pie de la soñada hace doscientos diecisiete años. Todo el pésimo siglo del cual venimos giraba en mi melancolía aquella tarde, en la penumbra intemporal del Ateneo, mientras García Trevijano enhebraba ideas brillantes ante oyentes muertos. Y entendí que no, que no es política mi republicanismo. Antipolítica, si acaso. Sólo por eso sobrevive al tiempo. Es la apuesta moral de aquel que sabe que no hay más dignidad ante el po- lítico que destruirlo. Decirle: no eres nada. Más que el lacayo al cual pago y que me roba. No sólo dinero. Vida. Te desprecio. INTRAHISTORIA D esde aquí se lo voy a decir a Zapatero. José Luis: ahora que tienes previsto retirar a Trinidad Jiménez de las listas de Madrid, que sepas que en mi casa ha sur- gido un gran debate de ideas en torno a su fi gura. Un debate con proyección electoral incluso. Ya he contado alguna vez que es tradición en mi familia votar por criterios exclusivamente chiripi- tifl áuticos. Mi tía votaba a Suárez porque tienen los dos una hija llamada Sonsoles, por ejemplo. Que es una razón que a ella le parecía aplastante y a los demás, demasiado intelectual. A lo que voy. Resulta que mi churri salió la otra mañana a ver cómo lleva las obras Gallardón (es un cachondo, sí) y se fue dando un paseo hasta el centro. Hay ejercicios de su- pervivencia militar mucho más llevaderos. Acabó molidico en el mismísimo Kilómetro Cero. Es- tando allí, notó en su nuca una mirada penetrante, de esas que no te abandonan. Muy descarada tuvo que ser la cosa, porque esta criatura no es que me salte en la mano precisamente. Bueno, pues que, cuando él mismo estaba ya inquieto de la insistencia ocular de la prójima, se dio la vuelta y era Trini. Y va ella y le dedica una sonrisa, la muy lagarta. Y ahora se ha empeñado en que la va a votar, tú fíjate. Y yo le he monta- CARAS DE LA NOTICIA peces ahora mismo en los acua- rios de los chinos que presienten, que es mucho más de lo que ser- vidora es capaz de desarrollar en jornada laborable. A mí me en- cantaría tener alguna intrahistoria en mi vida. Que me pasara como a Rubalcaba, que todo lo que le ocurre es absolutamente trascen- dente. Porque llega Don Alfredo a tomar posesión de su cartera y como tiene prohibido defraudar a su público, dice que su designa- ción tiene intrahistoria. Y Don Alfredo, convencido de su impor- tancia total, satisfecho con el puzzle de diez mil piezas que adorna su cabeza, pagadísimo de sí mismo, y añadiéndose interés para contraprogramar, asegura que esa intrahistoria «algún día se escribirá». Tan interesantito se puso, tan misteriosito, que al Gobierno, a sus gargantas, les faltó tiempo para atribuirlo a una broma de consumo interno. Yo pensaba que se escogía a los mi- nistros de manera simple. Que Zp llamaba a María Teresa y le decía que se había decidido por Rubal- caba porque iba a ser el mejor. Así de simple. No sé si me pre- ocupa más lo que se desliza del comentario del nuevo ministro o su falta de discreción. Alguien debería comentarle, aunque fuera de pasada, que ya no toca ser el más ocurrente. Pero esto lo pien- so yo, que soy una simple y que no tengo intrahistoria ninguna. María José NAVARRO Llega a tomar posesión y como tiene prohibido defraudar a su público, dice que su designación tiene intrahistoria do un espectáculo de celos («anda, que no sabe ésa la joya que se llevaría», «que te regalaba yo con un lazo al cuello») y tal, porque yo tengo un ramalazo muy Anna Magnani en cuanto subo un poquito el tono de voz. Por cierto, Trinidad, llámame que te lo cambio por una faldita mona. Cierto es que mi truchi saldría ganando porque soy una persona sin interés alguno. Es cierto que ustedes, que me idola- tran y me subliman, creen que me bulle algo por ahí dentro, equivo- cado, erróneo, vale, pero algo. Abandonen toda esperanza. Hay TERESA NIETO ALBERTO GARCÍA-ALIX ALBERTO CATALÁN Vuelve a los escenarios con «Ni palante ni patrás» La bailarina y coreógrafa estrena el próximo 17 de abril en el teatro de La Abadía de Madrid su nuevo trabajo: «Ni palante ni patrás», una pieza que aborda los momentos de cambios y de ruptura y que se empapa del mundo interior de esta creadora. Expone en Roma una muestra de sus fotografías El fotógrafo español Alberto García- Alix expone hasta el mes de mayo en Roma una muestra de su trabajo, en- cuadrada dentro del Festival Interna- cional FotoGrafía, que se desarrolla en la capital italiana. García-Alix es Pre- mio Nacional de Fotografía. El Gobierno navarro dice que ETA «no es sincera con su paz» El consejero portavoz del Gobierno de Navarra indicó, tras conocerse la nue- va remesa de cartas enviadas por ETA a empresarios de la Comunidad Foral, que la banda terrorista «no muestra claridad ni sinceridad» tras el alto el fuego del 22 de marzo.