2001-05-31.LA RAZON.ANÁLISIS DEL TERRORISMO AGT

Publicado: 2001-05-31 · Medio: LA RAZON

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OPINIÓN

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LA RAZÓN
JUEVES, 31 - V - 2001

OTRAS RAZONES

ANÁLISIS DEL TERRORISMO
D ada  la  irra-

AGONÍA DE MAYO

cionalidad
de las reaccio-
nes que provocan los
atentados 
terrorífi-
cos,  y  dado  que  las
puertas  de  la  mente
sólo  se  abren  desde
dentro, me he abste-
nido  de  analizar  el
fenómeno terrorista.
Intentar someterlo al examen de la razón
no sólo era inútil, sino peligroso. Corría el
riesgo de que hacer entender al terror, a fin
de combartirlo en el único terreno donde
puede ser derrotado, sería para los energú-
menos de los sentimientos adueñados de
los medios, y la mentalidad incultísima de
los gobiernos, una «comprensión» justifi-
cativa o disculpatoria del crimen. Si no ex-
plicaba el fenómeno por sus causas, tam-
poco me sumaría al coro de la impotencia
condenándolo por sus efectos. No cabía
hacerme ilusiones con una opinión enlo-
quecida que pedía a la jerarquía eclesiás-
tica una condena moral del asesinato, a los
políticos un rosario de insultos a los asesi-
nos, y a la sociedad civil, la víctima, unas
imponentes manifestaciones de clemencia
al verdugo. ¡Qué atinado se vería con tal
espectáculo de masas hinojosas ante el po-
der que ellas le daban! Emprendo ahora el
análisis del fenómeno porque las puertas
de la mente de LA RAZÓN, con el viento
de la desilusión electoral, se han abierto
desde dentro.

Los análisis de la policía, por la propia
naturaleza de su función, nunca sobrepa-
san el terreno de la táctica. Y se sabe que
no hay táctica eficaz sin estrategia inteli-
gente. Para afrontar adversidades comple-
jas, y la del terrorismo lo es en sumo gra-
do, la visión a largo plazo resulta el más
corto camino.

El error de los Gobiernos consiste en no
someter la táctica inmediata, que llegó a
ser aberrante en el caso criminal de Felipe
González, a una estrategia de fines políti-
cos de gran calado cultural donde la diso-
lución del fenómeno terrorista comande la
eficacia a corto plazo de la acción policial
y judicial contra los agentes de lo terrífi-
co.

Carezco de información responsable so-
bre los métodos actuales de la policía pa-
ra poder enjuiciarlos con solvencia. Pero
me basta la que tengo sobre los modos ju-
diciales de atajar las instrucciones penales,
sobre eso tan borroso que se llama «entor-
no» de Eta, para saber que, contra, su fi-
nalidad, la propia Audiencia Nacional se
está convirtiendo, con el desequilibrado
Garzón, en escuela de fomento del «ani-
mus» terrorífico.

Nada parece haber cambiado en los fac-
tores que determinaron los resultados elec-
torales en el País Vasco. Sin embargo, aun-
que se condicionen mutuamente, no son
inconmovibles por separado. El factor na-
cionalista, confirmado en su posición, no
tiene por qué cambiar ante la permanencia
en sus posiciones del factor Aznar y del
factor terrorífico.

Eta es la invariable que se integra en
una ecuación que todos definen errónea-
mente como problema vasco. Esta confu-
sión bloquea la salida y lleva al disparate
de anclar el terrorismo en el nacionalismo.

Aznar  se  ha  dejado
llevar  por  Arzallus
cuando,  sin  saber
que es imposible, di-
ce perseguir los mis-
mos fines de Eta, pe-
ro de modo pacífico.
Si lo que dice Ar-
zallus  fuera  posible
sería  imposible  que
la  iniciativa  política
dejara de estar en manos del terrorismo.
Que no son sólo las de Eta. Pues el terro-
rismo, y es mi punto de partida en su aná-
lisis, realiza una conjunción social de ca-
rácter estable en la relación que establece
entre acción terrorífica, concebida en un
mundo político cerrado, y reacción de re-
chazo en una sociedad abierta a intereses
distintos de los políticos.

Eta selecciona y concreta las primeras.
Los medios de comunicación animan y di-
mensionan las segundas. Los gobiernos de
la opinión, o sea, los gobiernos sin opi-
nión, se guían por los sentimientos instin-
tivos de las masas.

Y no toman medidas inspiradas en la es-
trategia requerida para la disolución del te-
rror en una nueva situación original que no
desprecie al sentimiento nacionalista.

AAnnttoonniioo  GGAARRCCÍÍAA  TTRREEVVIIJJAANNOO

L as últimas no-

ticias  son  ab-
solutamente
normales. El Gobier-
no prohibirá las aso-
ciaciones profesiona-
les  de  militares  y
guardias  civiles.  Es
tan  liberal  que  rein-
venta la ley chapelier
para favorecer los de-
rechos de colectivos tradicionalmente prote-
gidos del mal de la libertad. Emergencia po-
licial en Manchester por la violencia racial
provocada, según dicen, por desplantes y de-
nuestos conservadores en procura de apoyos
electorales entre la población más decente y
blanca del Reino Unido. Grupos neonazis
alancean a inmigrantes asiáticos y la policía
apalea a los primeros y a los que se manifes-
taron a favor de los segundos. Jospin rechaza
el modelo Schröder de una Europa federal y
propone una Europa de estados-nación a la
medida del genio jacobino pero sin llamarla
Europa de las Patrias. Aznar decide perdo-
narle la vida al pobre Schröder y condescen-
der con la ampliación de la UE y el veto ger-
mano a la libre circulación por la misma de
los trabajadores de los nuevos países miem-
bros. El Vaticano, siempre fiel a sí mismo, si-
túa «fuera de la iglesia» al arzobispo Milingo
por buscar y encontrar, como el Efraim Ca-

RESPIRA EL ZAPATERISMO

S e respira satisfacción tranquila en el

equipo del cambio tranquilo de Zapa-
tero. El espía de Juan Bravo en Ferraz
les ve sonrientes a los cachorros de Gonzá-
lez, ya más nietos que hijos del líder caris-
mático. Piensan, y no les falta razón, que el
rejón que le han metido a la par al Gobier-
no y a sus esclerotizados barones con la pro-
puesta  de  reforma  del  Impuesto  sobre  la
Renta ha sido de libro. Se ven con la inicia-
tiva en la mano, y saborean ya los votos de
las clases medias asalariadas que están har-
tas del estilo confiscatorio del actual IRPF,
que más que redistribuir la renta, sólo frena
la energía de la sociedad al desincentivar el
mérito y el trabajo. Les da igual que les lla-

men ultraliberales o discípulos de Reagan.
Ellos van a ganar y, además, en la medida
de lo posible, a defender sus principios, más
éticos que ideológicos. Pero, además, baten
palmas con el impacto en la opinión pública de
los pactos de Estado, donde se ven vencedores
morales, y se encuentran cómodos por su po-
sición de puente en el País Vasco. Saben, por
supuesto, que queda mucho camino por reco-
rrer, pero que las resistencias interiores ya só-
lo son fantasmas de la noche de los muertos vi-
vientes, aunque ellos no lo sepan. Y piensan
que con un par de golpes como el del IRPF, el
Gobierno puede temblar como las hojas de los
chopos que caen en invierno.

JJuuaann  BBRRAAVVOO

REBOREDO Y SAÑUDO

bot  de  O’Neill,  el
mensaje  que  Dios  le
envió en esta primave-
ra en forma de bella y
docta coreana y matri-
moniarse con ella ob-
servando el rito Moon.
Dos  niños  mueren
ahogados en Barcelo-
na, pero muchos más
mueren  por  SIDA
porque los medicamentos son más caros que
su vida. Noticias normales y tristes, como las
que Gabriel Celaya nos contaba en «Las car-
tas  boca  arriba»:  «Se  casan  con  notarios
nuestras adolescentes / se ríen en mis barbas
los hombres de negocios / la brisa sólo es
brisa, no un ángel extraviado / y Dios, allá en
su cielo, sigue siendo un Dios mudo». Noti-
cias sin espolón ni cresta enhiesta. Noveda-
des de asfalto en el cielo y detritus en la tie-
rra. Bush intenta mantener su escudo a la
desesperada, abrazándose fraternalmente al
genio de Chechenia. Dirigentes del PNV exi-
gen la destitución de Egibar como portavoz
de la formación nacionalista porque su per-
fil no se adapta a las nuevas circunstancias.
¿O sus circunstancias no se adaptan a los
nuevos perfiles? Vendrán más años malos y
nos harán más ciegos y no nos importará que
alguien se lleve toda la luz y no quepa espe-
rar nada del alba.

Pero falta la gran noticia. La más esplen-
dorosa. El único faro de luz en una actuali-
dad opresiva y deprimente. El Pacto. De Es-
tado. Por la Justicia. Hay que decirlo así, por
separado, no vaya a ser que el deslumbra-
miento nos ciegue para nunca jamás. Ni
elección judicial ni elección parlamentaria
de los doce vocales judiciales del Consejo.
Todo lo contrario. Las síntesis hegeliana del
nuevo milenio. El poder judicial propone y
el legislativo dispone. Es la verdadera sepa-
ración de poderes. El arte de juzgar está de
enhorabuena y la Constitución espermatorrea
de júbilo. Magia del consenso que supera el
realismo mágico de la trilogía paraguaya, de
los pasos perdidos o de la cándida Eréndira
y su abuela desalmada. Treinta y seis candi-
datos propondrán los jueces con el temblor
del Big Bang en la escollera de la toga y el
rocío provisorio de sus mejores puñetas. Los
oligarcas seleccionarán a los doce mejores
entre los mejores. La créme de la créme. La
gala de la carrera y la flor de la jurisdicción,
mimadas por nuestros padres conscriptos, a
los que tanto esfuerzo exige legislar para el
gobierno del hirsuto carpetovetónico, ahíto
de sangre de Caín y alma de esperma apel-
mazado. El arte de intrigar a una banda ya no
sirve para nada. Ahora, a dos.  O a cuatro. Al
fin y a la postre «nos estamos muriendo por
los cuatro costados / y también por el quinto
de un dios que no entendemos». Otra vez el
dichoso dios de Celaya, que ni tan siquiera
lo dejó disfrutar con Amparitxu. ¿Qué pen-
sarán de ello Schröder, Aznar, Jospin, Prodi o
el tío Berlusconi? Sin conocer sus pensa-
mientos, seguiremos al borde de la nada. Sus
caminos, sus ideas y sus proyectos son im-
prescindibles para cualquier paso atinado de
hombre o mujer sobre la Tierra. Decía nues-
tro hermano Claudio: «Si tu la luz te la has
llevado toda / ¿cómo voy a esperar nada del
alba?». Entre ellos y nuestro consenso de ca-
da día se han repartido toda la luz posible.

JJooaaqquuíínn  NNAAVVAARRRROO