2006-04-15.GENERACIONXXI.AGT ATENEO
Publicado: 2006-04-15 · Medio: GENERACIONXXI
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Antonio García T revijano. Segundo Discurso de la República I n 75 ANIVERSARIO DE LA II REPÚBLICA. (ATENEO, 28 DE MARZO 2006) Antonio García Trevijano es un proscrito, un increíble pensador y un hombre li bre. Sus ideas representan el disenso contra el Estado de Partidos en el que vivi mos. Con motivo del 75 aniversario de la Segunda República, Antonio lanzó un discurso del que los Medios, salvo contadas excepciones, no se han hecho eco. Frente al silencio orquestado, y considerando la clarividencia, la trascendencia y oportunidad de su discurso, publicam os los siguientes extractos del m ismo. García Trevijano es el pensador demócrata español por excelencia y ésta su lla mada a la República Constitucional. (Aquí recogemos parte del discurso pronun ciado en el Ateneo de Madrid). tid os, España dejaría de ser p ro nto una realidad p o lítica . El p a rtid o e s p a ñ o lis ta c a re ce de a rg u m ento co n tra los p a rtid o s que están realizando, en sus sitios natales, un proyecto sugestivo de vi da en com ún sem ejante al español. Ningún parti do podrá negar que su co nce pto de nación co in c id a con el p ro y e c to de vida en com ú n de d os enam orados, y que éste es el más su ge stivo de todos. Pero si, com o creo, la nación es un hecho objetivo que nos viene dado con ind ep en d en cia de la voluntad, entonces la realidad existencial de España hará su cu m b ir a un E stado m on árqu ico que está dejando de ser esencialm ente nacional. Poblaciones sin fronteras naturales, étnicas, reli giosas o jurídicas, están siendo d efin id as com o naciones con fronteras p sico ló g ica s o sentim en tales, trazadas por la expansión de apetitos de po der en pequeños p artidos nacionalistas, subven cionados por la Transición de la D ictadura de un partido a la Monarquía de varios. La M onarquía de Partidos parcela la realidad na cio n a l de España. P a ran g o n a n d o a L uis XIV, el Rey Juan C arlos ya puede proclam ar que “ la Na ción no form a cuerpo en España”. Pero no porque “ resida to d a entera en la persona del rey”, com o dijo su pariente, sino porque ahora se encarna en tropeles de agentes nacionalistas en busca de su propio Estado. A diferencia de aquel rey absoluto, a este rey relativo no le cabe ya en la cabeza la na ción española. La frivo lid a d de su C oron a ta n to sirve para instrum entar un g olpe n acionalista de E sta d o Total, co m o e s ta tu to s n a c io n a lis ta s de Estado Parcial. Totalitarism o o parcialitarism o de Estado derivan de una misma concepción fascis ta de la nación. La orteguiana del proyecto suges tivo de vida en común. Si en este solapado período constituyente, el po der m onárquico de constituir no está en la nación entera, sino en partes que pueden convertir regio nes en Estados, la defensa del cuerpo de España “Amigas, amigos, Sr. Vicepresidente, Sres. Fundadores del Club Republicano: En este País de las Maravillas para Partidos, com o en el de Alicia, se desconoce por com pleto no só lo el valor sino la existencia de lo auténtico. El len guaje de la eufemia, al ser universal, designa las cosas so cia le s y p o lítica s con p alabras y frases edulcoradas que llegan a co nstituir un m undo fic ticio en suplantación del m undo real. El triunfo del eufemismo lo garantiza el consenso de partidos y m edios de c o m u n ic a c ió n . C u a lq u ie r a firm ació n contraria al consenso se co nside ra d elito social. No se extrañen, pues, de que mi d iscurso sea un delito continuado. En esta Monarquía de Partidos estatales, España ha dejado de ser com unidad política. C om o idea espiritual, agoniza. Su h istoria se red uce a g e o grafía. Su m ateria e co n ó m ica y social, aum enta. Su cultura se consum e com o mercancía. España pierde su identidad. La contradicción entre el ser y el querer de los es pañoles en tránsito, en e sta Transición sin d e s ti no, crea un co nflicto irreconciliable entre el hecho de ser España un Todo y la vo lu ntad p o lítica de tratarla como Parte. Un tipo ontològico de co nflic to entre la e xis te n c ia y la e se n c ia de la N ación española. Si la nación fuera un “ P ro ye c to ”, com o creyeron Ortega y José Antonio, y hoy creen to do s los par la deja la m onarquía en m anos de una R epública que p u e d a ser re c o n s titu y e n te de la N a ció n y co n s titu y e n te .d e l E stado. ¿Pero qué R e p ú b lica puede lograr esta hazaña política? fra n c e s a , la R e vo lu ció n in d e fin ic ió n p o lític a de La República no se define por lo que ella es. S ie m p re la ha id e n tific a d o lo que ella no es, la la M on arqu ía . En R ep úb lica expresó nuevos se ntim ie n tos p o p u la res de p a trio tism o y civism o, pero no se defin ió co m o m od o p o lític o de o rg a n iza r el p o d e r del Estado. La D icta d u ra ja co b in a , el D ire cto rio , el C onsulado y el Imperio fueron form as igualm ente re p u b lic a n a s . La la República perm itió a Stalin y H itler ser tan republi canos com o Jefferson o Lincoln. El fraude político trepa por las repúblicas cuando éstas se limitan a ser meras negaciones de las monarquías, o a ex presar form as paganas del Estado que no se iden tifican con la libertad de la democracia. Frente a lo c o n c re to y p ersonalizado de las m o narquías, las repúblicas simbolizan la abstracción de poderes anónimos. Por eso no vienen de algo c o n o c id o que las p re ce d a . L legan p o r a d v e n i m ie n to . N os so rp re n d e que ningún m ovim iento republicano haya conquistado el Estado. Lo o cu pa si los reyes lo dejan vacío. No es una metáfora que los p u e b lo s se acue sten m o n á rq u ico s y se d e s p ie rte n re p u b lic a n o s . Las re v o lu c io n e s en Norteam érica y Rusia no realizaron un previo ideal republicano, sino la independencia frente a la mo narquía inglesa o la alternativa socialista al capita lismo. La R epública era un instrumento. No un fin. Incluso en la R evolución Francesa, antes del 10 de A g osto del 92, solo era un fantasm a fa ccioso que asustaba a Robespierre y Saint Just. Como la princesa durmiente en el bosque, la República yace dormida en la sociedad, has ta que la despierta el beso principesco del Estado. 12 A.G. T revijano. Segundo Discurso de la República No es una larva social que se transform e, por su propia madurez, en m ariposa política. La anuncia una negación y nada la prepara. Anida en los co razones y no penetra en las mentes. No despierta com o fauno procreador, sino com o doncella pre d isp u e sta a ser violada por to d o s los sá tiro s del s itu a c io n is m o o del o p o rtu n ism o . A n te s de dar fo rm a al E stado, sie m p re ha sid o una idea v irg in a l. Un sueño. Sin haberse c o n s tru id o co m o a lte r nativa a la m on ar quía, la R e p ú b lica adviene de repente com o solución a la crisis m onárquica. Y cu a n d o se hace real co m o fo rm a del Estado, no está realizada en el es píritu ni en el cu er po social. Llega sin rep ub lica no s. Esta “ per v irtu a lid a d , s e ”, de la R e p ú b lica , e xp lica sus rep etid os fracasos y sus continuos re nacim ientos. La in c a p a c id a d de la idea re p u b lic a n a para ser a lte rn a ti va de poder institu c io n a l, a tra sa su p orvenir com o fo r ma d e m o c rá tic a La del E stad o. Monarquía dura com o ¡o malo co nocido frente a la R epública por conocer. Hagam os al menos que la R epública se conozca de antemano. La historia de la R epública en España se asocia a la historia de dos fracasos. El del federalism o de la I República, que nacionalism os periféricos quie ren ahora repetir, y el del p arlam entarism o, que nostálgicos de la II R epública desean restaurar. El Pacto de San Sebastián no definió su esencia ni el modo de darle existencia. La República llegó de modo imprevisto y se instaló en un Estado de pre cariedad. D errotada en la guerra civil, que no su po evitar, se refugió en la dignidad del sentim iento republicano, hasta que los partidos que antaño la d e fe n d ie ro n se a lia ro n co n los e p íg o n o s de la Dictadura, para legitim ar el fraude político de esta M onarquía de los Partidos, coronada por un Rey nom brado por Franco. Sin conocer las causas de sus fracasos, sin saber la naturaleza de las instituciones políticas que, a ia tercera vez, los vencerían, to da propuesta republi cana se trad uce en un encanto sentim ental para d o rm ir a po cad as alm as de servidu m bre o en un aventurerism o irresponsable para avivar volunta des con activism os personales sin acción co le cti va. La R e p ú b lic a F ederal es un c o n tra s e n tid o c u a n d o no hay E sta d o s que la P a rla m e n ta ria no ca m b ia ría la p o lític a de la M o n a rq u ía de P a rtid o s. ¿ S e ría d ife re n te una R e p ú b lica de P a rtid o s? No hay que cre a r o tro s p a rtid o s . S o lo que la R e p ú b lic a los sa q u e del E stad o y los p o n g a en su s itio , o co m o d iría Aristóteles, en su lugar propio, es decir, en el se no de la sociedad política. fe d e ra r. Y Por prim era vez en la historia europea, la República Constitucional se presenta como alternativa a la Monarquía Parlamentaria y a la Partitocracia. Esta nueva idea republicana es tan atractiva para el suprem o interés de la libertad política y de la unidad nacional, que ella misma se basta para proponerse com o único m étodo pacífi co de alcanzar la dem ocracia form al, que evitaría la corrupción y m ediocridad de la clase política, y co m o ú n ica s o lu c ió n al p ro b le m a s e c e s io n is ta creado por los nacionalism os de partido. La d is yu n tiva M o n a rq u ía P a rla m e n ta ria o R e p ú b lic a nes de mirar, oír o leer las co stum bre s de los fa m osos o las a b e rra cio n e s de los in stin to s. Q ue vienen a ser casi lo mismo. La política ha devenido otro espectáculo que añadir a ios que entretienen el ocio de sociedades políticas pasivas. El pensa m iento débil y “ prêt a p o rte r” de los intelectuales m odernistas ha creado la levedad de la cultura ac tu a l, la b a n a lid a d de la p o lític a y el c re c im ie n to am o r fo de las masas ur banas. En e ste a m b ie n te social de incu ltura política y de atonía moral, me sorpren d ió q ue un nuevo C lu b R ep u b lica n o me invitara a presi d ir la co n m e m o ra ción del LXXV ani v e rs a rio de II República, bajo un lema, la R ep úb lica C o n s titu c io n a l, a cu yo c o n c e p to y teoría he d edicado gran parte de mi vi da intelectual. la Si hace doce años tu ve el h o n o r de ro m p e r el ta b ú de la R epública con la presentación de mi D iscurso contra to dos los nacionalis mos, de signo cen tra lis ta , fe d e ra l o secesionista, porque nadie tiene legitim idad para usar la nación co m o ban de ra p a rtid ista , hoy me enorgullece concretar aquella prom esa de verdad y lib e rta d p o lítica , p ro p o n ie n d o la a cció n c o n s tructiva de la III R epública a to do s los dem ócratas que nunca creyeron en la Transición, o que se han desengañado de las ilusiones puestas en el neo- franquism o de Partidos republicanos integrados y subvencionados en el Estado m onárquico. No repetiré aquí mi teoría pura de la dem ocracia, que no es la creencia angelical en la dem ocracia pura, sino un sistem a institucional donde la liber tad política se garantiza, y la corrupción se evita, con la se p a ra ció n de p o d e re s en el E stad o. Su síntesis está expresada con fid elida d en el m ani fiesto del C lub Republicano que nos ha convoca do, para pro po ne r a to d o s los d em ócratas espa ñoles, en este mom ento de incertidum bre política, la una R e p ú p a c ífic a blica C onstitucional para defensa de la unidad na cional de España y para co nq uista r de una vez la libertad política. in s ta u ra c ió n de La oportunidad del m om ento es evidente. No hay Partido ni m edio informativo que no prego ne la necesidad de una reforma constitucional. La C o n stitu ció n ya no es un texto intocable, ni sirve para satisfacer las am biciones de los propios par tid o s que la fraguaron. C ada Partido busca su ta jada. Desde la ridicula reforma sobre el sexo de la C orona, hasta el tratam ien to de C ataluñ a y País V asco co m o n a c io n e s e s ta ta le s , p a s a n d o p o r la elim inación del ejército en tanto que garante de las instituciones políticas. Pues bien, frente al artificial consenso de que to do es n e g ociab le en un te atro de paz, levanto la voz rep ub lica na para afirmar, con la ce rtid u m b re de las verdades naturales, que ni la unidad nacio nal de España ni la dem ocracia, por la propia na turaleza histórica o form al de sus respectivas rea- C o n s titu c io n a l e q u iva le hoy a la d isy u n tiv a P a rtic ió n o U nid ad de España, es d e cir. P a rtito cra cia o D em ocracia. La idea de p a rtir la nación sale de la am bición de repartir el poder te rrito ria l e n tre P a rtid o s e sta ta le s. Es p a ra d ó jic o que el Estado m onárquico subvencione a los par tid os que lo diezman. Carecería de sentido su stituir esta M onarquía de Partidos por su hermana gemela, la R epública de P a rtid o s . ¿ P ara qué c a m b ia r al Rey p o r el P re sid en te de una R ep úb lica Parlam entaria con m en os p o d e r q ue el V ic e p re s id e n te de los Estados Unidos? La M onarquía española cum ple la misma función oligárquica que todas las Repúblicas parlam enta rias. Tan co rro m p id a s com o ella, p orq u e no son representativas de la so cie da d civil, a causa del sistema electoral, ni sistemas políticos adecuados a la n e ce sid a d de un s ó lid o p o d e r e je c u tiv o en una civilización globa liza d a por la econom ía y la técnica. El o b s tá c u lo que se o p o n e a la R e p ú b lic a C onstitucional no está en el ejército, la Iglesia o la burguesía em presarial. Sus enem igos son, com o al final de la D ictadura, los m edios de co m u nica ción y los grupos políticos sindicados en el poder del E stado. Pero el p rin cip a l adversario de la III R epública no es hoy el partido heredero del fran quismo, sino el PSOE. Una sigla oportunista que, p o r su p ro p ia la id io s in c ra s ia , M onarquía, cuando la vea en tran ce de perecer, para e nca be zar la R e p ú b lica y co rro m p e rla . Su esnobism o de nuevo rico se codea y pavonea con la riqueza apàtrida, com o los lacayos dom ésticos con los grandes aristócratas del XVIII. La plutocracia encuentra en las oligocracias políti cas el instrumento para la continuidad de su seño río del m undo, m ediante guerras, explotación sui cida de los recursos, aranceles, armamento, arte fa cto s inform áticos, modas extravagantes y pasio tra ic io n a rá A.G. T revijano. Segundo Discurso de la República 13 lid a d e s , son s u s c e p tib le s de n e g o c ia c ió n . La Nación no puede a cordar dejar de serlo. Y dem o cracia, sin adjetivos, solo hay una. O existen e lec ciones para designar, de m odo d ire cto y separa do, a los rep re sen ta ntes de los ciud ad an o s y al Presidente de la República, o no existe dem ocra cia. Es e s c a n d a lo s o q ue en E u ro p a el P a rtid o que gobierna, es decir, el que e je c u ta las leyes, tam bién las haga en los Parlamentos. La sola exis te n c ia de un b a n co azul p ro d u c e la s u b o rd in a ción del poder legislativo a los agentes e conóm i co s y m ediáticos que inspiran la iniciativa legisla tiva del p o d e r e je cu tivo , sea cual sea el p a rtid o g o b e rn a n te . P or e so son to d o s ig u a le s . Y los A lto s T ribunales de la Ju sticia dejarían de e sta r co rrom pid os hasta la médula, salvo excepciones individuales, tan pro nto com o los p artido s no tu vie ra n el p o d e r de n om b ra r, p o r c u o ta s , a su s M agistrados. Las A u to no m ías han d is p a ra d o el g asto p ú b lico m ucho más allá de lo que dem andaba la d esce n tralizació n de la A d m in istra ció n y la d e s c o n c e n tra ció n del p o d e r e statal. Ahora, se hace n e ce saria una cesión de gran parte de las co m p e te n cias y p re s u p u e sto s a uto n ó m ico s a fa vor de los g ra n d e s m u n icip io s regionales. Llam ados a ser, la p o r e llo , R epública y nuestros aliados virtuales. P or no se r una id e a m arxista, la R e p ú b lic a C o n s titu c io n a l en España no sería mal vista por lo s in te re s e s e c o n ó m ic o s o id e o ló g ic o s de E sta d o s U nidos. Y fre n te a la nece saria fe d e ra ción de los E stados E uropeos, el fa c to r re p u b li cano español sería un p od eroso a cica te para su los g ra n d e s b e n e fic ia rio s de re a liz a c ió n . La m al lla m a d a C o n s titu c ió n de la Unión Europea ha fra ca sa d o p o r el te m o r de los G o b ie rn o s a integrarse en un P oder federal más fu e rte , y m ás p a trió tic o en el s e n tim ie n to e uro- LA PLUTOCRACIA ENCUENTRA EN LAS OLIGOCRACIAS POLÍTICAS EL INSTRUMENTO PARA LA CONTINUI DAD DE SU SEÑORÍO DEL MUNDO, MEDIANTE GUERRAS, EXPLOTA CIÓN SUICIDA DE LOS RECURSOS, ARANCELES, ARMAMENTO, ARTE INFORMÁTICOS, MODAS FACTOS EXTRAVAGANTES Y PASIONES DE MIRAR, OÍR O LEER LAS COSTUM BRES DE LOS FAMOSOS O LAS ABE INSTINTOS. RRACIONES DE LOS QUE VIENEN A SER CASI LO MISMO. LA POLÍTICA HA DEVENIDO OTRO ESPECTÁCULO QUE AÑADIR A LOS QUE ENTRETIENEN EL OCIO DE SOCIEDADES POLÍTICAS PASIVAS. EL PENSAMIENTO DÉBIL Y “PRÊT A PORTER” DE LOS INTELECTUALES MODERNISTAS HA CREADO LA LEVE DAD DE LA CULTURA ACTUAL, LA BANALIDAD DE LA POLÍTICA Y EL CRECIMIENTO AMORFO DE LAS MASAS URBANAS. peo, que ellos. Una R ep úb lica C o n stitu cio n a l en España tendría un rol p ro tag o nista en el proyecto de unidad europea. Pero donde principalm ente se hace necesaria es en el terreno p re-político de la unidad de España com o Nación. Ni el ejército ni un partido españo le ta pueden garantizarla sin atentar a la libertad política , y sin p ro vo ca r el se n tim ie n to anti-espa- ñol que a lim en ta las a m b icio n e s fe d e ra le s o se c e s io n is ta s de los p a rtid o s n a c io n a lis ta s . Toda p erson a c o n o c e d o ra de la fu n c ió n so cia l de las in s titu cio n e s política s sabe cual es la solu ción a este grave problem a. Pero ni un solo partido tiene la generosidad de proponerla. Pues esa solución es in c o m p a tib le co n el m a n te n im ie n to de la Partitocracia. Se tra ta de una so lución institucional que no ne c e s ita re p rim ir las a sp ira cio n e s a uto nó m ica s, ni restringir la libertad de asociación en partidos in- dependentistas. Una solución que, sin terrorism o de E s ta d o ni p ro p a g a n d a e s p a ñ o lis ta , d e ja rá tra n s c u rrir p o r c a u c e s p a c ífic o s la lib e rta d de a sociación política y de expresión cultural de los sentim ientos particularistas, incluso separatistas. Una so lu ción que, sin fó rm u la s federales, e q u ili b ra la te n d e n c ia d is g re g a d o ra de lo s p o d e re s A u to n ó m ic o s co n la te n d e n c ia ¡n te g ra d o ra del p o d e r e je cu tivo del E stado. Se tra ta de co rre g ir el e rro r d o c trin a rio de la R e v o lu c ió n fra n c e s a , c u a n d o o to rg ó a la C o n v e n c ió n la fa c u lta d de la p rim e ra n o m b ra r el p o d e r e je c u tiv o d e R e p ú b lic a . S e tra ta de s u s titu ir a L o cke p o r M ontesquieu. R ousseau no es hoy el problem a. Pero lo sigu e sie n d o el a rtific io re tó ric o cre a d o por el abate Sieyès. M e refiero, como ya habrán adivinado, a la solución que encontraron los fundadores de Estados Unidos, cuando fracasó su primera ¿BUSCAS CASA? tE N ALQUILER iso compartido ¿ESTUDIO? E n v ía u n m e n s a j e a ¿n fo < ® av tiesp air» . n e t S M S al <3SS G 04© 75 o L L a m a al 9 0 2 . 9 9 9 . 7 8 7 w w w . a v i i s s p a i n h o u s e s . n e t Houses 14 A.G. T revijano. Segundo Discurso de la República Constitución Parlamentaria. A p a rtir de T o c q u e v ille , se s a b e q ue el é xito de la nueva C onstitución no se deb ió a la fórm ula federal, casi idéntica a la confederal fracasada, sino a la nueva institución de un Presidente de la R epública elegi do por sufragio universal de los ciudadanos de to d o s los E stad os fe d e ra d o s. El p a trio tis m o de la nueva n a c ió n no n a ció en su g u e rra de Independencia. Lo prueba el hecho de que fuera un inglés, recién llegado, Tom Paine, quien tuvo que definir el patriotism o am ericano. La idea y el se n tim ie n to de la unida d de la p a tria en E E U U , contra el fuerte patriotism o en cada Estado fe d e rado, nació y creció con el Presidencialismo. Un Presidente de la R epública Española, elegido p o r s u fra g io d ire c to de to d o s lo s e sp a ñ o le s, o sea, de catalanes, vascos, gallegos, canarios, an daluces, castellanos y dem ás com unidades a utó nom as, p ro d u ciría en España los m ism o e fe cto s integradores y p atriótico s que en Estado Unidos. Adem ás de asegurar institucionalm ente la d em o cracia form al y de evitar la corrupción de la clase p o lític a , m e d ia n te la s e p a ra c ió n de p o d e re s , la in s titu c ió n p re s id e n c ia l d a ría lugar, en m uy FIEL A PERMANECER UN VERDADERO REPUBLICANO HA DE LA REPÚBLICA HASTA EL FINAL DE SUS DÍAS, CUALQUIERA QUE SEA LA VEN TAJA QUE LE OFREZCA EL CONSENSO MONÁRQUICO DE LA DESLEALTAD. LOS PROMOTORES DE LA REPÚBLICA CONSTITUCIONAL HAN DE SER INTRANSIGENTES RESPECTO DE LOS PRINCIPIOS ÉTICOS Y POLÍTICOS QUE LA FUNDAMENTAN. SÓLO ASÍ PODRÁN SUPERAR LA OLEADA DE OPORTUNISMO QUE TRATARÁ DE LA AHOGARLOS MONARQUÍA NOS ENSEÑE SUS CUAR TOS TRASEROS. POR MI DILATADA E INTENSA EXPERIENCIA ME PERMITI RÉIS DAROS ESTE SENCILLO CONSE JO. PARTICIPAD EN LA ACCIÓN REPU BLICANA PARA TENER LA FELICIDAD DE MIRAR LUEGO AL PASADO SIN ARREPENTIROS DE HABER SIDO TAN FIELES A LA REPÚBLICA, COMO A INTERESES FAMILIARES. VUESTROS ESA SERÁ, AMIGOS, VUESTRA GRAN DEZA PERSONAL. CUANDO p o c o tie m p o , a la p re p o n d e ra n c ia d el s e n ti m iento unitario español, sobre los sentim ientos lo c a le s. Y el te rro ris m o s e p a ra tis ta se d e s v a n e ce ría en el vacío, al q u e d a r p riva d o de su base sentim ental. Se conoce la solución, sabem os cual es el m odo de llegar a la dem ocracia política y a la preponde rancia de la unidad nacional, sin necesidad de re prim ir los nacionalism os ind ep en d en tistas. Pero e sta s o lu ció n es in co m p a tib le con la M onarquía en un E stado de P artidos. M ientras haya m onar quismo, parlam entarism o y partidos estatales, ha brá oligarquía, corrupción y separatism o. La única solución está en la instauración de una República C o n s titu c io n a l. P re fig u re m o s la d e m o c ra c ia de una R epública presidencialista, divulgando su fun ción unitaria del sentim iento español y su trascen dencia garantista de la libertad política. He de llamar la atención sobre la decisiva im p or ta n c ia q ue te n d rá en la c o n fig u ra c ió n de la R epública C onstitucional, una cuestión de morali dad social previa a la política. Me refiero a la nece sidad de regeneración de la lealtad en las relacio nes civile s de los e spañoles. U na lea ltad que la D ictadura desarraigó de la sociedad para edificar un prim er Estado de vengadores y conversos. Una le a lta d en las re la c io n e s p e rs o n a le s q ue la Transición sa crificó al superior valor de la traición en un c o le c tiv o de tra id o re s . El fra c a s o de la Transición, convoca hoy a los leales. La deslealtad ha sido el motor y el paradig ma de la Transición. Paradigm áticas y co n ta g io sas han sido las tra icio n e s del Rey a su padre, a los p rincipios del M ovim iento y a sus am igos pro m oto res del 23 F. La de Suárez a la Falange. La de Fraga y tantos otros franquistas a sus juram en to s de re p re s o re s . La de F elipe G o nzá lez a los p o s tu la d o s s o c ia ld e m ó c ra ta s que le llevaron al G o b ie rn o . La de S a n tia g o C a rrillo a los ide ale s que le dieron personalidad política. La de los nue vos cargos públicos a sus d iscretas esposas y an tig uo s amigos. La de los intelectuales y artistas a sus cre d o s o vocaciones. Y lo peor de to da s es ta s d e sle a lta d e s no es la crue ld a d de la ruptura con el m undo de los a fe cto s anteriores. Lo peor es que tan brutal incoherencia moral haya sido en señada, en los m edios inform ativos y en las uni ve rs id a d e s ,c o m o la p rincipal virtud política de la TransiciórçS à clave del m ilagro español. Un verdadero republicano ha de perm anecer fiel a la R epública hasta el final de sus días, cualquiera que sea la ventaja que le ofrezca el consenso m o nárqu ico de la d eslea ltad . Los p ro m o to re s de la R epública C on stitu cio na l han de ser intransigen te s re s p e c to de los p rin c ip io s é tic o s y p o lític o s que la fu nd a m e n ta n . S ó lo así pod rá n su p e ra r la oleada de o po rtu n ism o que tratará de ahogarlos cuando la M onarquía nos enseñe sus cuartos tra seros. Por mi d ila ta d a e in te n sa e xp e rie n cia me perm itiréis daros este sencillo consejo. Participad en la acción republicana para tener la felicidad de m irar luego al pasado sin arrepentiros de haber si do tan fieles a la República, com o a vuestros inte reses fam iliares. Esa será, am igos, vuestra g ra n deza personal. En la obra de arte, no es el tam año sino la expre sión e sté tica lo que la hace grande. Igual ocurre con los actos creadores. La reducción de este fo ro se agranda con la grandeza de su expresión re publicana. Pasados los sueños, ha llegado el m o m ento de la a cció n para las almas nobles y fu e r tes. Pero solo el a rtista hace cam ino al andar. En la realización política solo se avanza si, y solo si, se and a e n ca m in a d o . M is in ic ia tiv a s de a c c ió n contra la D ictadura obedecían a la estrategia de la ru p tu ra d e m o crá tica . F racasada e sta e stra te g ia por la traición de los partidos, el consenso monár q uico me desterró al exilio interior. Y gracias a es te retraim iento, pude cre a r la te oría de la d e m o cracia form al y de la república constitucional, con tra la cultura política dom inante en Europa, to d a vía d e p e n d ie n te de aqu el 17 de ju n io de 1 7 89 , q ue llam ó A s a m b le a N a c io n a l, y no A s a m b le a Popular com o propuso M irabeau, a la reunión de los tres órdenes, cuando la N ación aún no había s id o a lu m b ra d a , ni d e s c a b e z a d o el Rey q ue la encarnaba. C on este arm am ento intelectua l pude rom pe r el tabú republicano en la presentación del D iscurso de la R e p ú b lic a . A h o ra vu elvo a la a c c ió n para prom over, co ntra la P a rtitocracia y la M onarquía, la restauración nacional de España y la c o n s titu ción de la dem ocracia política, m ediante la instau ración de la R epública C onstitucional. No p u e d o te rm in a r e ste a c to de esperanza, sin com prom eter mi palabra con un breve d ia gn ósti co sobre el tem a que o cupa la atención del m un do, salvo al parque de bom beros que daría alto al fu e g o en un s u p u e sto in ce n d io vasco. C om o lo advirtió M aquiavelo, la clave del progreso no está en la Paz sino en la Libertad. El terrorism o no es esa guerra unilateral que inventan los adversarios de la paz. Los Bush, B lair y Aznar de las Azores. Un final del terror, n eg ociad o por los te rro rista s con el G obierno, no anuncia el fin de un conflicto la v iv e n c ia de bélico inexistente, ni presagia una repetición de la o p e re ta ro m á n tic a del E s ta tu to n a cio n a l de C ataluña. Lo que se proyecta es una am putación orgánica de la libertad constituyente de to do s los españoles. La su m a de d o s d e b ilid a d e s , las que ETA y el Estado m onárquico se atribuyen mutuamente, só lo augura la p re ca rie d a d de la n e g o cia ció n . Las v íc tim a s d el te rro r d e b e n s e r c o m p a d e c id a s y asistidas, pero no seguidas en sus indignadas in trom ision es en la política. D ecía Juvenal que “ en d efecto de genio, solo la indignación hace el ver so ”. Sin genio y sin indignación, la flaqueza espa ñola del gobierno no hará verso épico con las mu letillas del hacha etarra. Veremos si lo hace elegia co de la desgracia terrorista o de la muerte agóni ca del Estado español. los fu n d a d o re s d el C lu b En Republicano, en la historia cultural del Ateneo, en la biografía de to do s los asistentes a este acto, in cluso en la de los que discrepen de mis tesis, se integrará el orgullo de haber participado en la cre ación del punto de orientación y la senda política, p o r d on de podrán d is c u rrir las a c cio n e s d is p e r sas del p lu ra lism o id e o ló g ic o , h a sta c o n v e rg e r en fu tu ra R e p ú b lic a C o n s titu c io n a l. A q u í s o lo hem os d is e ñ á d o su cauce. Declaro, para terminar, mi eterna gratitud a los vi vos que participen en la realización p ráctica de la R e p ú b lica C o n s titu c io n a l. D ebem os responder, con in te lig e n c ia y c a rá c te r, a la c ris is de e sta M onarquía de P artidos. A la que d en un cio com o proyección fascista de Estado Parcial. Por mi par te, to d o s saben que siem pre haré un poco más de lo que un hom bre co n se cu e n te pueda hacer por la R epública que alborea. Un sistem a integrador de la voluntad política nacional en la realidad his tó rica de España. Y única fórm ula política que ga rantiza la libertad política. G racias, am igas y am igos, p o r haber e scuchado con atención y em oción la voz de un español re publicano. Es la voz del porvenir la que advoca la R e p ú b lic a C o n s titu c io n a l. El p rim er paso no es proclamarla, sino convocarla. Y ese paso al frente lo hemos dad o ”. in s ta u ra c ió n de la la Fotos: Carlos Castilla