1996-02-19.EL MUNDO.A QUIÉN SE HA MATADO AGT

Publicado: 1996-02-19 · Medio: EL MUNDO

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¿A QUIÉN SE HA MATADO?
EL MUNDO. LUNES 19 DE FEBRERO DE 1996
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
El último atentado de ETA, que en sí mismo es uno más en la trágica secuencia del fanatismo terrorista, ha tenido sin embargo la virtualidad de poner en estado de histeria, real o simulada, a toda la clase dirigente de la sociedad y del Estado. A juzgar por la reacción conseguida, se diría que ETA nunca ha estado más cerca de alcanzar su objetivo. Que no es lograr la independencia de Euzkadi por medio del terror, cosa que sabe imposible, sino crear un clima bélico que termine por extender a todo el pueblo vasco el sentimiento, que ETA tiene, de estar en estado de sitio o de guerra contra el Estado. Su meta está en verse reconocida como parte beligerante. Sabe que su triunfo o fracaso se ventila en una guerra psicológica. Único terreno donde puede ganar la iniciativa y retenerla. Por eso, duran tanto sus secuestros. El propósito de su crueldad es despertar odio español al sentimiento vasco, para usarlo como el mejor aliado de la causa nacionalista. En esta perspectiva, la campaña para movilizar las pasiones de odio español al nacionalismo vasco, salvo la sana manifestación de los universitarios concernidos por un atentado en su recinto, parece diseñada por la propia dirección de ETA. 
La organización de la histeria masiva en todos los espacios públicos, incluso en los folclóricos y deportivos, debe tener alguna razón más profunda y extendida que la sola estolidez de la clase dirigente. Y esa razón debe ser ajena al oportunismo «progal» del partido gobernante y a la explotación electoral del cadáver, cuando de todos lados emergen cohonestados el minuto de silencio y la consigna que ni olvida ni perdona. Se comprende que la reacción al magnicidio de Carrero fuera más discreta, para no trasmitir a la opinión el quebranto institucional que suponía respecto al porvenir de  cambio, no es fácil de entender que se pretenda hacer ver a millones de españoles la excepcional trascendencia política del asesinato de una persona cuya existencia ignoraban. Es natural que todos se pregunten por qué. Y que las respuestas se busquen en el cargo ocupado por la víctima o en su biografía política. La insatisfacción es total. Profesor de Derecho, miembro del Consejo de Estado y ex presidente del Tribunal Constitucional. Desde un punto de vista puramente político, la emoción provocada por su asesinato debería haber sido mucho menor que en el caso de un general en activo o del atentado frustrado contra el próximo presidente del Gobierno. 
Como la histeria social es muy contagiosa, hay que buscar las causas de la pandemia emotiva en los lugares donde aparecieron sus primeros síntomas: clase política, clase jurídica y medios de comunicación. ¿Y qué tipo de símbolo común representaba Tomas y Valiente para esas clases y medios? Sin duda alguna un símbolo ideológico. ¿De qué? De la maravilla de la transición y de su fruto constitucional ¡el Estado de Derecho! ¿Por qué la necesidad de ensalzarlo con ocasión de una muerte? Por la misma razón que se ha celebrado de forma culturalmente histérica, y no histórica, el veinte aniversario de la muerte de Franco. Porque el Estado de Derecho, a causa de Rumasa, Filesa, GAL, fondos reservados y CESID, no existe de hecho. Porque la clase dirigente conoce la falsedad democrática de todas las instituciones y la grave crisis de su régimen político. Porque toda la clase jurídica y política sabe que en España no hay ni asomo de independencia judicial, y que el Tribunal Constitucional es un tribunal político al servicio del Gobierno. ¿Y por qué sirve para la propaganda de este régimen corrompido el encomio histérico, y no histórico, de la última víctima de ETA? Porque sus datos de ejemplar transición desde el franquismo al felipismo lo permiten, y porque así se magnifica la inteligencia de saber lo que antes de su asesinato ni el propio Gobierno, que lo desprotegió, sabía: que los tiros iban dirigidos ¡al corazón ideológico del Estado de Derecho!