1977-05-24.REPORTER.1.ENTREVISTA A AGT

Publicado: 1977-05-24 · Medio: REPORTER

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ENTREVISTA A ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
REPORTER 1. 24 MAYO 1977
GARCIA TREVIJANO CONTRA LAS ELECCIONES
"Niego que la reforma sea el camino que lleva a la democracia."
Antonio García Trevijano ha sido uno de los hombres que, sin una estrategia de partido, más importante papel ha jugado en la unidad de la oposición de cara a la ruptura. Su libro “La alternativa democrática”, ya en la tercera edición, desmonta con precisión la vía de la reforma como contraposición a lo que debe ser, precisamente, la alternativa democrática. García Trevijano arremete contra las próximas elecciones. Piensa que más de la mitad de los españoles son de izquierdas, a pesar de que, presumiblemente, los resultados no lo reflejen así.
En "La alternativa democrática -cuenta García-Trevijano- digo qué es lo que se persigue con la política de reforma, que significado tienen las elecciones tanto para las clases instaladas en el poder como para la oposición, trato de definir la alternativa democrática y, por lo tanto, tiene un capítulo dedicado a la concepción de la forma del Estado. Me pronuncio a favor de un régimen presidencialista y en contra de la fórmula federal de Estado por entender que es una fórmula que, hoy, no favorece a la clase obrera ni a las clases oprimidas. Entre otras muchas cosas, hablo también de la reforma de la empresa, expongo el problema sindical y propongo el sindicato de empresa como mejor fórmula para la clase obrera. Trato de la política cultural el problema de la mujer, de la juventud, de la enseñanza, de la vivienda, para lo que propongo la municipalización del suelo urbano...: en suma, trato todos los problemas fundamentales del Estado para poder hacer la ruptura constituyente.
-Se trata, entonces, de algo nuevo.
-Sí. El contenido responde, come saben todos los que me conocen, a mi pensamiento desde hace tiempo. Pero en las publicaciones españolas actuales creo que no hay ningún político que se haya manifestado de esta forma. Estoy en contra de las elecciones, estoy en contra de la política de reforma y considero que el peligro para la libertad no es Alianza Popular, sino el presidente Suarez 
-¿Por qué?
-Alianza Popular no es un peligro para la libertad porque no engaña a nadie. Son fascistas y piden los votos de los fascistas. El peligro para la democracia es cuando formaciones franquistas, como las que integran la Unión del Centro Democrático y el presidente Suárez, necesitan presentarse ante el pueblo como liberales y demócratas. Ese es el peligro de la democracia, porque pretenden consagrar la hegemonía del capital financiero y de la Banca privada como clase reinante.
-Entonces es lógico que el presidente Suárez haya pedido a los americanos que inviertan en España...
-Sí, es lógico que haga esto para conservar en el poder a la clase financiera y franquista, que lo ha estado durante los últimos veinte años. Lo que no es normal es que la oposición apoye este proyecto. -¿Los socialistas, por ejemplo? -El proceso se inició con los socialistas, pero de hecho toda la oposición organizada ha entrado en el juego de apoyar a la reforma y al presidente Suárez.
-¿Qué cree que se proponen los socialistas con eso?
-Conservar su "statu quo" considerable como partido, tener una representación minoritaria en las Cortes y vivir así. No persiguen la sustitución del poder autoritario por un poder democrático. Ni mucho menos.
-Usted no se presenta a las elecciones, ¿por qué?
-Creo que el mejor ejemplo que puedo dar es no presentarme y no permanecer pasivo. Estoy recorriendo España dando mítines, conferencias y ruedas de prensa para decir lo que digo en el libro y tomando partido contra unas elecciones que no van a recoger más que la ignorancia y el miedo, intento alentar a las masas antes de que queden frustradas después de las elecciones y decirles que hay que prepararse para que, dentro de seis o siete meses, cuando llegue el momento de la unidad y la oportunidad, se unan las fuerzas democráticas para las elecciones municipales, porque en ellas sí que se podrá conseguir algo. Por lo menos, que el poder local sea conquistado por las fuerzas democráticas, aunque no se ponga en juego, todavía, el marco institucional del Estado.
-Entonces, usted cree que las masas no están preparadas para unas elecciones.
-No, ni mucho menos. Eso es un proceso largo y lento. Las masas no tienen conciencia política. Lo que yo propongo es que se aprovechen las elecciones municipales que, al afectar a problemas concretos que las masas conocen mejor, van a facilitar la toma de conciencia política, la educación y el sentido político de la democracia. Así es más fácil que en unas elecciones legislativas prematuras, en las que no se ventila nada esencial, ya que sólo se trata de unas elecciones para ir al poder, para elegir cortesanos. Aunque se diga que son para hacer una Constitución, es completamente utópico e ingenuo creer que así se pueda hacer una Constitución verdaderamente popular o democrática. De ahí no puede salir más que una Constitución que, de hecho, ya tendrá preparada la Unión de Centro Democrático, que es la que sacará la mayoría de los votos.
-Según usted, ¿cuál sería el camino?
-Mi camino es imposible ahora. Sólo puedo decir que ningún partido debería haber participado en las elecciones. Tendrían que haberlas boicoteado y haber seguido la lucha para las libertades para que la reforma fuera cada vez más profunda, para que el Gobierno tuviera que ir cada vez más lejos. Hubiera sido más fácil conseguir libertades por ese camino de presión, en vez de hacerlo por medio de una negociación imposible que se ha hecho en condiciones de desigualdad, porque la oposición no tenía nada que imponer ni conseguir del Gobierno. El Gobierno ha jugado con ella y ha hecho lo que ha querido. La oposición no debería contribuir a estabilizar el poder. Habría que seguir presionando. Yo comprendo que la mayoría de los órganos de prensa, que son los que mueven a la opinión pública, estén interesados en consolidar la situación, a la muerte de Franco, con Juan Carlos y en una reforma mediocre, como la que se ha hecho. Ese es su interés, pero no el interés de la oposición, porque hay que distinguir, dentro de la prensa, a los periodistas y a las publicaciones que han surgido últimamente de la gran prensa nacional, que tienen la misma estructura franquista que ha tenido durante cuarenta años. Esos son los intereses que han pedido moderación, entendimiento, diálogo, pacto entre el Gobierno y la oposición. Es lógico porque querían detener el proceso hacia la democracia en el momento mínimo y en las cotas mínimas alcanzadas. Si la oposición ha seguido la opinión de esos periódicos, bajo el pretexto de que eso es lo que pretende la opinión pública, están muy equivocados. La labor no es seguir la opinión pública, sino formarla.
-¿No cree que es un proceso francamente difícil?
-Desde luego. El proceso de democratizar un país sin golpe de Estado previo es enormemente difícil, pero eso no quiere decir que sea más fácil la reforma. La reforma sólo es aparentemente más fácil porque no lleva a la democracia. Niego que la reforma sea el camino que lleva a la democracia. Tiene que haber un momento de ruptura y es posible que esa ruptura, que ahora se ha evitado, se produzca dentro de varios meses y en situación mucho más grave para la economía y la estabilidad social.
-¿Qué es para usted la democracia?
-En primer lugar, tiene que haber una libertad total de asociación, reunión sindical, huelga, expresión de pensamiento... Por ejemplo, es imposible que se pueda hablar de democracia si el Gobierno define unos temas como tabú. No se puede hablar de las Fuerzas Armadas, no se puede hablar de la Monarquía, no se puede hablar de la unidad de la Patria... y eso es señal de que no hay democracia. Si la democracia señala temas prohibidos, está reconociendo que lo hace porque si se hablara de ellos destruirían el poder que tiene y eso es una barrera. La democracia no puede tener barreras ideológicas ni de libertad. Ni tampoco es la elección de unos señores para las Cortes. Lo fundamental es que el Gobierno, el poder del Estado, sea designado por el pueblo.
-¿Forma usted parte de algún grupo independiente?
-Sí. Del grupo de los demócratas independientes, que somos la única fuerza política, la única organización, el único grupo ideológico que no nos hemos entregado al Gobierno.
-¿No están autorizados como asociación?
-No hemos pasado por la ventanilla porque yo no tolero que, sí estoy luchando por la democracia, tenga que entrar en un registro en el que alguien te examine para ver si eres demócrata o no y que incluso los Tribunales Supremos de Justicia puedan decirte antes de que actúes si reúnes o no las condiciones necesarias para actuar. Yo sé que soy demócrata y no necesito que nadie me examine. Entiendo que si un partido comete actos delictivos o de violencia, pueda intervenir la autoridad judicial “a posteriori" e incluso disolverlo o prohibirlo, pero nunca "a priori".
-¿Qué creo usted qué pasará si sale Suárez elegido?
-Es seguro que saldrá. La economía continuará el proceso de decadencia, la frustración de las masas democráticas será enorme. La izquierda entera, con todas sus fracciones sumadas, no sobrepasará el veinticinco o veintiséis por ciento de los votos, y eso reflejará la falsedad cometida con el país, puesto que sociológica, política y económicamente es evidente que la mitad de los españoles, por lo menos, son de izquierdas. Si eso no se refleja en las elecciones, es que han sido prematuras, que han sido manipuladas.
-¿Qué pasará después?
-Que la impotencia del Gobierno para resolver la crisis del Estado y la crisis de la sociedad española hará que, forzosamente (y esto lo espero y deseo y trabajo en este sentido), un poder democrático unido sustituya a este poder. Pero para eso ha de estar apoyado por las masas. Es evidente que las elecciones, en lugar de hacer avanzar el proceso, lo van a hacer retroceder. Un ejemplo: estoy convencido de que en estos meses pasados el Partido Socialista Obrero Español y Felipe González han tenido mucha más autoridad, más prensa, más propaganda de lo que tendrán después de las elecciones, pues si llega a un quince por ciento de los votos, aun así, será un grupo minoritario, y eso quiere decir que el Partido Socialista Obrero Español ha cometido un tremendo error al aceptar esa envite. Si hubiera luchado contra las elecciones, el cambio hubiera sido mucho más profundo, y cuando se hicieran verdaderas elecciones, el Partido Socialista Obrero Español en vez de tener un quince por ciento de los votos, hubiera tenido un treinta por lo menos.
-Se dice Que Felipe González tiene mucho futuro
-Si se refiere a la edad, si. Pero si se refiere a su futuro político, va a tener que cambiar muchísimo. Si sigue con la ideología que tiene hasta el momento y que es una ideología oportunista, yo no creo que tenga futuro político, porque veo que es un hombre que no tiene formación política, ni estrategia, ni táctica, ni hace análisis políticos. Simplemente, está empujado por la socialdemocracia alemana y está apoyado por la prensa, como un producto de propaganda, pero, ¿qué materia gris ha demostrado hasta ahora? Yo no la veo por ningún lado. En cuanto a sus posiciones socialistas, tendrá que acreditarlas, porque todavía no las ha acreditado. ¿Que está a la moda? Eso es evidente. Pero más lo estuvo Franco, y Carlos Arias, y Fraga. Y mira dónde están ahora. Los estados de opinión son efímeros, y Felipe González está apoyado por un estado de opinión efímero, coyuntural y de moda. Pero no representa ni simboliza las necesidades de liberación de las masas trabajadoras, que es lo que debe representar un partido socialista. Cuando haya más libertad, tendrá que cambiar. Si no cambia, dudo muchísimo de que tenga futuro.
-¿Qué futuro fe ve a Fraga?
-No tiene futuro en el sentido estatal. Representa fuerzas residuales, fuerzas que cada vez van a menos. Pero representa con mucha coherencia al sector español autoritario, demagógico, paternalista-socializante y convencido de buena fe de que el sistema de Gobierno que necesitan los españoles es un sistema duro y con mejoras dadas desde arriba. Como ese sector es, desgraciadamente, bastante extenso aún en España, Fraga resulta bastante representativo de un sector social que tiene esas ideas y lo representa con bastante más coherencia que otros líderes políticos de la izquierda.
-¿Creerá ese sector en él mucho tiempo?
-El sector social cree en sí mismo, porque ese sector sí que tiene conciencia política y Fraga los representa bastante bien. Pero yo no creo que Alianza Popular vaya a obtener más de un doce o trece por ciento de los votos. No creo que llegue a un quince.
-¿No cree que es un poco demencial la proliferación de partidos que tenemos?
-Sí. Pero eso es lógico, porque, la verdad, hoy día no hay en España una figura, un grupo, un nombre o un partido que sean verdaderamente representativos de la democracia. Esa es la desgracia. Pero eso no quita fuerza al esfuerzo de tantos sectores distintos luchando aisladamente por la conquista de las libertades y la transformación del Estado. Creo que después de las elecciones surgirá otra vez ese movimiento unitario.
-Ponerse de acuerdo, ¿no? 
-Absolutamente. Si no nos ponemos de acuerdo todos los partidos políticos demócratas, no hay nada que hacer y la democracia en España es imposible.
-Hay mucha gente convencida de que es imposible.
-Yo no lo creo, porque siempre confío en que el pueblo busca su liberación siempre que encuentra una oportunidad. Y la reforma está favoreciendo esa oportunidad. Así que, ¡ojo!, yo estoy criticando la política de reforma porque no debe ser nunca una política de la oposición, pero no porque considere que sea nefasta, mala o retrógrada No, la política de reforma es necesaria y es necesario que la hagan las fuerzas franquistas. Pero que la oposición no la apruebe, sino que la combata. De esa manera, la reforma será más auténtica, más profunda y favorecerá la toma de conciencia de las masas, que no serán engañadas por ella. Pero si la oposición la aprueba, se produce la inconsciencia política y la paralización del proceso hacia las libertades.
-Usted habla de una revolución permanente...
-No. Revolución es una palabra equívoca, ambigua. A mí no me gusta nunca emplear términos que puedan ser mal interpretados y, aun así, soy mal interpretado con frecuencia. La palabra revolución es muy sonora y muy llena de significado, pero yo no la emplearía. De lo que estoy seguro es de que la democracia es un proceso permanente de autoconciencia colectiva. Hasta que cada grupo social, cada sector social y cada sector profesional no adquiera una autoconciencia de lo que él mismo significa y de dónde está su porvenir, no hay conciencia política. La conciencia política es un proceso de autoconciencia, de autoconocimiento. Y eso es lo que digo en el libro y por eso estoy luchando.