1977-09-21.REPORTER.18.LA PRENSA DEL PODER AGT

Publicado: 1977-09-21 · Medio: REPORTER

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LA PRENSA DEL PODER
REPORTER 18. 21 SEPTIEMBRE 1977
ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO
El debate sobre el poder de la prensa que transmitió la segunda cadena de TV. en la noche del sábado penúltimo, fue, en su conjunto, una lección, magistralmente calculada, de confusión y de incoherencia. El protagonismo político desempeñado por la prensa en la fase de transición del Régimen franquista al Estado de la Restauración, y la preponderando ideológica que hoy ejercen ciertos órganos de información diana sobre los partidos políticos, justificaban la oportunidad y el interés del programa. Pero los criterios adoptados para la selección de la película y de los participantes en el coloquio, así como el desarrollo del mismo, parecieron obedecer más el propósito de poner la televisión al servicio propagandístico del poder de la prensa privada que habla sido invitada, que al de aclarar ante los espectadores el tema del debate.
Sólo los dos participantes extranjeros, y, en algunos ocasiones, el presidente de la agenda Europa Press, se situaron en el ángulo adecuado para la comprensión del fenómeno de la prensa en relación con el poder y con el Estado. Discutir sobre el mayor o menor poder de la prensa, o sobre el alcance de su influencia, sin referirse al contexto del Poder, con mayúscula, donde se ejerce este oficio, es un entretenimiento tan fútil, como anecdótica fue la película que precedió al debate.
Fue ridícula, aparte de aldeana, la intervención del presidente le la sociedad editora de "Diario 16" Que un periodista español de la situación sienta desprecio profesional por el diario "Le Monde", juzgándolo "trasnochado" y "decimonónico", y desprecio político por la sociedad francesa que lo consagra con el éxito, juzgándola también anticuada y decimonónica, da sencillamente escalofrío. No por lo estupidez del juicio, si no por la peligrosidad social de la posición desde la que se emite.
El presidente de "Diario 16" haría bien en saber que el Estado español de la Restauración, o quien sirve, está a años luz de retraso con relación al Estado y a la sociedad actual francesa. Y que la distancia que separa al "reino de los banqueros" de las modernas sociedades industriales la misma que existe entre nuestra sociedad y nuestra prensa y la prensa y la sociedad francesas.
Acertó el señor Armero cuando se refirió al excesivo poder político de la prensa actual en España. La prensa está realizando unas funciones de adoctrinamiento y de monopolio ideológico de la opinión pública, inconcebibles en una sociedad liberal. Cuando el ejercido de las libertades falta durante un largo periodo no hay ni puede haber, opinión pública. Se tiene por tal a la opinión particular del Dictador y a la de quienes servilmente la difunden. Si en esta situación se introduce de repente, como ha sucedido en España, la libertad formal de expresión, la opinión pública no puede ser más que la dictadura diaria de la opinión.
El representante del "Washington Post" esbozó, con inteligente habilidad, la situación de relativo poder, y de cierta autonomía, en que se encuentra la prensa de una sociedad "integracionista", como la norteamericana Su defensa de la prensa informativa, contra la prensa formativa o de opinión, pudo parecer coherente porque su habilidad soslayó la gran contradicción del periodismo americano en el tratamiento informativo de las materias y de los hechos donde no se produce la integración social: minorías marginadas, en el interior, y la lucha de clases a nivel de naciones y continentes, en el exterior. Lo curiosidad desinteresada y la pasión del periodista americana por la verdad -modesta- de los hechos objetivos cede el paso, en estas materias, al interés y o la pasión por el hecho - imperial- de la verdad americana. Ahora bien, en los modernos Estados Intervencionistas y sobre todo en una gran potencia mundial, no se pueden separar las cuestiones nacionales de las Internacionales. Las informaciones sobre la política exterior norteamericana forman el "consensus" interior del sistema. Y a la inversa. Por ello, resulta completamente ilusoria la pretensión de establecer una diferencia esencial entre el periodismo de información, para los hechos cuya publicidad no entra en conflicto con el Estado, y el periodismo de opinión, para los hechos que ponen en discusión la autoridad del sistema. De ahí que, también en Norteamérica, la información sea formativa, y la opinión informativa.
El periodista italiano Montanelli describió la situación de la prensa en su país con mayor sinceridad intelectual: "Hay muchos periódicos pero todos dicen lo mismo". El conformismo de la prensa juliana obedece, en su opinión, a dos factores estrechamente enlazados. Uno de Índole económica- el endeudamiento de la prensa privada ante el Estado. Otro de índole política: la ausencia de oposición parlamentaria como consecuencia de la estrategia del "compromiso histórico" de la izquierda. La intervención del señor Montanelli, cuyas opiniones no comparto íntegramente, tuvo la virtualidad de poner de relieve el hecho fundamental respecto al poder de la prensa en las sociedades, como la italiana y la nuestra, determinadas política, ideológica y económicamente por la lucha de clases sociales.
La prensa sólo es un poder independiente y autónomo, respecto al poder del Estado, cuando expresa ideológicamente el poder político de una clase autónoma, o el de una combinación autónoma de clases o fracciones de clase no integradas en el bloque social que constituye el Estado. Fuera de esa hipótesis, el poder de la prensa es una forma particular de la estructura y de la práctica del poder estatal en el nivel ideológico. El poder de la prensa está en la prensa del Poder.
A estos efectos, si bien desde el punto de vista empresarial, que es el punto de vista del liberalismo político, es un contrasentido la prensa del Estado, desde el punto de vista de la libertad y del pluralismo informativo es igualmente absurda la prensa del poder, aunque pertenezca a la iniciativa privada Lo quo garantiza el pluralismo y la libertad de información, en última instancia, no es la existencia de varios o de muchos periódicos privados, ni la simple autonomía financiera de los mismos, sino la existencia de una o varias alternativas políticas de clase que sean autónomas ante el poder del Estado, y de las que sean portavoces ideológicos los respectivos medios informativos. Sólo puedo hablarse con propiedad del poder de la prensa cuando no se hable de la prensa del Poder.
Pues bien, en la actual situación española, y por lo que se refiero a los órganos de información diaria, no hay poder autónomo de la prensa, ni en consecuencia pluralismo informativo. Que sean de propiedad estatal o privada, todos los periódicos expresan hoy y defienden, el poder del Estado de la Restauración. Todos dicen, como en Italia, lo mismo. Pero con una radical diferencia. En Italia, el conformismo do la prensa ha sido la consecuencia del conformismo al que han llegado los partidos políticos tras un largo y penoso recorrido a partir de la ruptura que representó, en el Estado, la derrota militar del Régimen fascista. En España, el conformismo de los partidos ha sido bruscamente determinado por la uniformidad reformista de la prensa del Poder, que no era la prensa gubernamental del Movimiento, sino la prensa privada de la oligarquía que detenta la hegemonía dentro del bloque social que ha constituido el Estado de la Restauración. Lo que en Italia se percibe como un proceso histórico de maduración, aquí se detecta como un acto artificial de la clase política, que está produciendo un peligroso estado de frustración en la conciencia ciudadana.