1976-06-26.MUNDO.1,6-7,10,12,16-17,19

Publicado: 1976-06-26 · Medio: MUNDO

Ver texto extraído
ESPAÑA

LOPE7 RODO. LOPE7 BRAVO Y 1 OPE7 DF LETONA
Tres ,•16peces .. para un rumor
CRONICA POI ITICA

La crisis que no llega

Los rumores de crisis han dominado la semana crisis en l pensa, con el posible cierre de alguna
publicactiín; crisis en el Gobierno, con el retorno de los  « lóp‘z ces » y crisis en los sindicatos de la
oposición Todo se ha quedado, sin embargo, en una  simplo nube de verano

«Cambio 16s, salid a la calle hace un
par de semanas con un editorial en donde
hablaba de una gravísima amenaza de
sanción que pesaba sobre el semanario
De esto se hizel eco toda la prensa nacio-
nal, y también algunos de los más im
portantes órganos informativos del mun
do occidental, europeo y americano A
partir de ahí, comenzaron los rumores,
que si son como digo, indemostrables,
pueden a la vez muy bien ser ciertos
Entre otras cosas, se dice que algunos
ministros no se sabe si en Consejo de
Ministros o en conversaciones fuera de
esa reunión cnticaron muy duramente
la «excesiva libertad, de la información,
aduciendo, como ejemplo demostrativo,
la caricatura que la revista citada publicó
del Rey Don Juan Carlos disfrazado de
Fred Astaire, o de Gene Kelly. y mar-
eándose unos pasos de .claque. con
fondo de rascacielos de Manhattan FA
rumor añade que al Rey no le pareció
nada ofensivo ni molesto el dibujo. y que
quizá su actitud encajadora y nada auto-
ritaria fue el principal elemento de freno
de duras represalias contra la revista Al
mismo tiempo, se añade que el señor
Martin Gamero reaccionó contra la

insinuación de sancionar gravemente a la
publicación, advirtiendo que antes de
hacerlo preferirla dimitir Y siguiendo
con la rumoreada historia, resultaría
también que si al principio el señor
Martin Gamero, Ministro de Informa-
ción. estuvo prácticamente sólo en esa
actitud, muy pronto tuvo a su lado a
varios compañeros del Gobierno dis
puestos a presionar para impedir una
medida represiva que les parecía una
enorme torpeza política

I o de «Cambio 16.. en el fondo, era el
pretexto. Detrás de este episodio es fácil
advertir toda una actitud de algunos
ministros que deben de sentirse suma
mente incómodos ante el incipiente clima
de libertad de expresión en la prensa, más
que nada por falta de costumbre y tam-
bién por exceso de autoritarismo casi
congénito y eficazmente desarrollado en
los ultimos cuarenta años. Cuando mu-
chos escritores políticos han escrito que
este Gobierno no es tanto el primero de la
monarquía como el último del franquis-
mo, alguna razón debían tener

Y esa actitud ante la prensa, a su vez.
no parece ser sino el reflejo de toda una

mentalidad ante la reforma política en
general, y sobre la democracia al fin y al
cabo Todo esto, naturalmente, no son
más que deducciones hechas a partir de
los rumores mencionados Pero algo de-
ben de tener esos rumores cuando Pedro
Calvo Hernando, en la rueda de prensa
del viernes 18, felicitó en nombre propio
y el de varios colegas al Ministro por su
actitud, en el caso de la abortada sanción
y el Señor Martín Gamero no negó, sino
que contestó con extraordinaria sagaci-
dad •agradezco su felicitación, pero he
de decir que yo no hago más que
interpretar la política señalada por su
majestad el Rey en sus diversas manifes-
taciones públicas desde el mensaje de la
Corona, y además he de añadir que no
soy yo solo , sino todo el Gobierno, el que
sigue esta pauta, ya que sus acuerdos
vinculan solidariamente a todos los mi
nistros•

CRISIS POSIBLE. PERO NO PROBABLE

I a política gubernamental de estos
últimos tiempos únicamente permite ha
cer una afirmación tajante, que es la de

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que no se pueden hacer afirmaciones
tajantes. Aqul por ahora, puede pasar
todo, como dijo en su rueda de prensa,
tras su liberación bajo fianza. don Rafael
Calvo Serer en la tarde del viernes  18 Por
ejemplo, puede pasar que estén en la
cárcel los señores Calvo  Serer y Garcia
Trevijano, y que vaya don Marcelino
Camacho a recibirlos a su salida de
Carabanchel Puede ocurrir que se
apruebe el derecho a formar partidos
políticos, pero se posponga la reforma del
Código Penal que sigue considerándolos
un delito, etc. etc. Por eso no parece éste
un momento de predecir si habrá o no
habrá una crisis en el Gobierno a corto
plazo.

En pura teoría. hay elementos que
favorecen cualquiera de las dos alterna-
tivas Por una parte es sorprendente que
las divergencias en el seno del Gobierno
no hayan comenzado a manifestarse de
esta manera ostensible hasta ahora, casi
al medio año de haberse formado (si
descartamos, claro está, la tirantez entre
Areilza y Arias, o la soterrada competen-
cia Areilza-Fraga, p;ra ser los sucesores
del presidente), por otra parte, en caín,
bio, el calendario reformista parece hacer
prácticamente inviable un cambio de
orientación serio en el Gobierno verano,
preparación del referéndum, preparación
de las elecciones casi un año de trabajo
necesariamente coordinado. Una involu-
ción, ahora, parece claro que seria un
entorpecimiento tremendo de la reforma,
con el consiguiente desprestigio profun-
do de la monarquía cara al exterior

Porque parece que hay que descartar la
posibilidad de una crisis gubernamental
de signo más democratizador. Este Go-
bierno está dando todo lo que puede dar
de si, a la vista de su composición, y no
hay datos objetivos que permitan sere-
namente pensar que vaya a  propiciarse
un aceler6n, entre otras cosas porque los
rumores de cambios han surgido. no
cuando la divergencia la protagonizaba
Areilza, sino justamente cuando procedia
de los sectores del cierre

Con estos elementos, no creo que sea
demasiado aventurado decir que una
crisis gubernamental a corto plazo (uno.
dos meses) es posible, pero no probable.
Hay que insistir en que es posible todo, y
que por tanto no puede descartarse aún la
eventualidad más original e insospecha-
ble. Pero si nos atenemos a un criterio
medianamente razonable, el diagnóstico
es el que queda expresado Claro es que,
si las cosas se produjesen de otra manera,
habría que tratar de interpretar por qué
han ocurrido así. Ya se sabe que. a fin de
cuentas, el mejor comentarista político es
aquel que mejor explica por qué sucedió
lo que él había predicho que no iba a
suceder, o viceversa

LOS .LOPECES.

Y por si el Gobierno no tuviera sufi-
ciente con los problemas con la oposi-
ción, con el bunker, y consigo mismo, he
aquí que desde el diario madrileño .FI
País., se denuncia una pretendida con-
fabulación de los tecnócratas conocidos
como los .1ópeces» (Rodó, Bravo y Leto-

na) en un intento de derribar a Arias y
hacerse de nuevo con el poder. Según el
periódico mencionado, estos tres  exmi-
mstros se habrían alidado con la asocia-
ción franquista del movimiento
•U D PF. (Unión del Pueblo Español).
que pondría el aspecto organizativo

Por lo que ha podido saberse después
de esta noticia publicada en  .EI País.,
parece que puede haber algo de lo que se
denuncia, pero en menor escala y de
manera bastante menos alarmista. Por
ejemplo, el señor López de Letona ha
declarado que, si él gobernase, no se
consideraría en la obligación de tener que
llamar a colaborar con él a los otros dos
.1Ópeces• No ha dicho que no quiera
gobernar, pero se ha preocupado de
marcar cierta distancia con sus  colom-
broños Por su parte. el señor  I ópez Rodó
y el señor 1 6pez Bravo no parecían
últimamente estar en un nivel demasiado
estrecho de relaciones, y además de esto,
la alianza con la •U D P •. no parece
que tenga demasiados visos de realidad o,
en el mejor de los casos, de  operovidad
Lo que sí es posible. en cambio. es  que
don 1 aureano 1 ¿Tez Rodó esté un poco
harto de pasarse media semana montado
en un avión para ir y venir en el trayecto
Madrid Viena y viceversa Y dado su
natural tempera-mento, no es descartable
en manera alguna que haya dedicado,  y
este dedicando, una considerable activi-
dad encaminada a volver a formar parte
del Gobierno No se olvide que el señor
López Rodó no dejó de ocupar puestos
clave entre los años 1957 y 1973, que se
dice pronto, pero que son dieciséis años
seguidos de ejercicio del poder Don

MARTIN GAMFRO

Defensa de la libertad de prensa

7
España

Gregorio López Bravo podria estar ha-
ciendo otro tanto, así como el señor
López de Letona. Pero cada cual por su
cuenta y utilizando los caminos que
mejor se acomoden a su modo de ser. Lo
que ocurre, es que los años tecnocráticos
fueron unos años que muchos, sobre todo
en la clase politica, tanto del régimen
franquista como de la oposición. recuer-
dan como unos años auténticamente
negros y el espectro de su regreso pone los
vellos de punta a más de uno. Sin em-
bargo, me parece  que no se repara lo
bastante en la decisiva importancia que
tuvo para el florecimiento de los tecnó-
cratas la figura del almirante Carrero,
hoy desaparecido y sin cuya aportación
es seguro que aquellos años habrían sido
algo bastante diferentes; no  se sabe si
mejores o peores, pero si diferentes a lo
que fueron en realidad.

Y hablando de espectros y de fantas-
mas, otra sombra flota, esta vez en el
mundo sindical de la oposición. Es el
fantasma de lo que ha ocurrido en Por-
tugal. después del derrocamiento del
sala zarismo, con la creación de una
intersindical única, que ha quedado bajo
control de los comunistas En España la
situación de partida no es la misma, pero
en la U.G.T. (socialista) y la U.S.O.
socialista de origen remoto democristia-
no) así como la C.N.T. (anarquista),
existen serios temores de que el punto de
llegada sea muy parecido y que  C.C.0.0.
(Comisiones Obreras, con un fuerte
componente comunista) acaben manio-
brando de tal forma que la unidad de la
clase obrera acabe convirtiéndose en una
unicidad controlada peor ellas y valiéndo-
se, para mayor inri, de toda la estructura
verticalista, burocrática y centralizadora
del sindicalismo oficial de la época fran-
quista.

Este es el meollo de la cuestión, aunque
en algunas declaraciones se pongan al-
gunos paños calientes y se presenten las
profundas divergencias entre las diversas
plataformas con eufemismos más o me-
nos suavizadores. La reunión que esta
semana pasada han mantenido los re-
presentantes de C.C.0.0., de U.G.T. y de
U.S.O. ha terminado no sólo sin acuerdo,
sino con la evidencia de que ese acuerdo
está todavía bastante lejano. No se trata
de diferencias de matiz, sino de diferen-
cias estratégicas y tácticas muy básicas,
que imposibilitan hoy por hoy una pers-
pectiva unitaria factible. Desde USO.,
U.G.T. y C.N.T., se acusa, más o menos
directamente a Comisiones Obreras de
intentar apropiarse una «representación.
de todos los obreros españoles gracias a
su táctica de emisión de bonos y a la
preparación de su asamblea partiendo de
asambleas de fábrica. En Comisiones no
sólo se niega esto, sino que además se ha
difundido un comunicado en el que se
dice que existe un acuerdo básico sobre la
necesidad de una plataforma unitaria de
acción sindical

El tema de la articulación de la libertad
sindical y. al mismo tiempo, de la
consecución de la unidad de reivindica-
ción, es extremadamente peliagudo y no
parece que por ahora se hayan dado las
condiciones que permitan vislumbrar un
final feliz.
RAMON PI

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CUATRO MIL
VASCOS EN
ANOETA

Las multas vinieron
luego

EUZKADI

Reestreno democrático

<Cuál va a ser la postura de los «partidos  históricos» vascos de la

oposición cara al futuro? Cuáles serán sus opciones?

Para responder a estas preguntas,
el 13 de junio hubo en el frontón
Anoeta de San Sebastián una «cum-
bre» convocada por la «Interprofe-
sional de Estudios y Publicaciones,
S A ». a cuyo frente está el notario
Guipuzcoano D. Miguel Castell, un
hombre de unos 70 años. El único
notario del Pais Vasco que ha sufrido
un registro domiciliario.

Después de 40 años, por primera
vez. la «oposición clandestina» iba  a
enseñar su rostro, conjunta y públi-
camente. El acto había sido autori-
zado gracias a la nueva Ley de Reu-
nion. Fuerzas de la policía armada
estaban en los alrededores del fron-
ton. y en ningú 1 momento llegó a
intervenir. No tuvo necesidad de
ello.

Dentro del local, sobre todo entre
el público, estaba la «flor y nata» de
la oposición. Gente joven y de edad
madura. 2.500 personas Muchas de
ellas habían estado en las cárceles.
Gente «significada» que por primera
vez iba a tratar en publico lo que
hasta ahora ha tratado en la clan-
destinidad. Evidentemente la «cum-
bre política» de San Sebastián puso

de manifiesto que las cosas van
cambiando en España.

Realmente, fue un acto de la opo-
sición para la oposición, ya que la
entrada era por rigurosa invitación.
Se quiso. en todo momento, evitar la
filtración de asentadores En este
«bautismo» de los discursos pulat
cos, todos los asistentes tenían espe
eral Interés en demostrar que se pue
de hablar de politica  dun discre
pando — sin que nadie se tire los
trastos a la cabeza lodos aplaudían
a todos, aunque no se compartieran
todos los puntos que se desarrolla-
ban Fue. en suma, un éxito de la
oposieion y del Gobierno, aunque el
gobernador ei n•11 dos dias después.
Impusiera algunas sanciones.

Hace dos o tres meses, este acto
hubiera supuesto detenciones masf
vas, carreras, disparos y acaso algún
muerto

Volvamos al principio • ¡,cuál \,cl
ser la postura de los «partidos histó-
ricos» vascos dc la oposicion cara al
futuro?

Respondieron a esta pregunta. en
primer lugar los oradores invitados
Xavier Arzallus Antia (Partido Na-
cionalista Vasco). Francisco 'día-
quez (Partido Comunista de Euzka-

di). Enrique Múgica Herzog (Partido
Socialista Obrero Español) y Maria-
no Zufía (Partido Carlista de Euzka-
di).

Una cosa quedó clara: todos pre-
firieron hablar del futuro inmediato.
Lo que pueda pasar en el futuro
lejano n1 se planteo

Se trataba de llegar a una «toma
de conciencia» para coger juntos el
mismo tren.

El carlista D. Mariano Zulia em-
pleó una frase muy gráfica de D.
Telesfow Monzón (%eterano y rele-
vante nacionalista vasco en el exilio)
con el fin de llegar a la entraña del
problema «Para ir de Vergara a
Erbar - se dijo -- hay que pasar por
Málzaga Es posible que todos no
queramos llegar al mismo sitio.  Pero
es imprescindible que veamos hasta
que punto podemos viajar juntos...»
Los «partidos historicos» demos-
traron que. efectivamente, están dis-
puestos d «viajar juntos» por lo me-
nos en el tren de salida Hasta ahora.
esto no había ,-,currido Cada cual
tomaba el tren que mejor le venía en
gana, lo cual, se señaló. «ha desgas-
tado inútilmente a la oposición».

En varias ocasiones, como expre-
sión de asentimiento, se gritó, con

	
	
	
z
España
coraje, la palabra  «batasuna » , que en
castellano significa unidad.
-Actualmente, ¿en qué  estä unida
en la oposición? Todos están dis-
puestos a tomar el tren del socialismo
(sin entrar en detalles, por ahora,
sabre qué clases de socialismo) y de
la autonomia para las provincias de
Vizcaya, Alava, Navarra y Guipúz-
coa. Este es el «tren» que les ha
puesto en marcha, aunque todavía
no sepan ni cuándo ni cómo van a
circular.

Privadamente, el notario D. Mi-
guel Castell nos decía: «En el País
Vasco se necesitaría, para esta mi-
sión, un hombre como D. Antonio
García Trevijano».
RECUERDO POR
LOS AUSENTES

Al menos en el espíritu, también
«estuvieron» en el frontón de  Anoeta

lista. Con sus palabras dio a entendet
que el PNV está en una linea
«posibilista». Aunque fue el único
que no se refirió concretamente a la
«ruptura pactada», manifestó:

— La política — dijo — hay que
hacerla allí donde se encuentre. El
poder hay que arrebatarlo de allí
donde está. Y no desde un destierro
más o menos, displicente, o con poli-
tica de campanarib. Tenemos la su-
ficiente experiencia como para decir
que una guerra civil es lo último que
debe llegar a cualquier pueblo. Por
lo tanto, es algo que debe evitarse a
toda costa. Los «pinochets» no son
sólo fruto de las derechas, sino de la
estupidez y del infantilismo de las
izquierdas. De cara a un futuro que
veo comenzar, dicho sea con todos
los respetos a los que opinan valien-
temente de forma contraria, el
interés de nuestro pueblo en el  pre-

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El señor Arzalluz pidió el «olvido
de la táctica del todo o nada, porque
es mejor ir a ocupar todas las cotas
posibles de poder, hasta provocar un
nivel autonómico lo suficientemente
amplio como para que podamos re-
solver nuestra problematica, restau-
rando nuestra personalidad».

FRANCISCO IDIAQUEZ:
UN JOVEN COMUNISTA

Francisco kfiaquez es joven. Abo-
gado de San Sebastián. Fogoso. Con
gran capacidad para «arrastrar» en
un mitin. Era la voz del Partido
Comunista de Euzkadi, aunque en
ningún momento se hizo «esta con-
fesión» públicamente. No estaba
dentro de lo autorizado.

Abogó por la «autodeterminación

del pueblo vasco».

e N

los ausentes: los que todavía están en
las cárceles, los muertos en «lucha» y
los exiliados.

Hubo un minuto de silencio, que
se respetó impresionantemente. No
obstante, en ningún momento ha-
blaron los oradores de la organiza-
ción Eta. Ni pronunciaron la palabra
«independencia para Euzkadi». Es-
tos «tabús» fueron mantenidos a
capa y espada.

¿Qué equipaje aporta cada partido
histórico al tren de salida, que debe
ir, según se aceptó, más o menos
expresamente, por la vía de la «rup-
tura pactada»?

Xavier Arzalluz, la voz actual del
Partido Nacionalista Vasco es un
hombre prudente. Profesor de Dere-
cho Político. Ex-jesuita. Cauto. Rea-

sente y en el futuro inmediato,  iiide-
pendientemente de toda justificación
de derechos, no pasa por las coorde-
nadas de la violencia armada, sino
por la responsabilidad de aquellos
que viven en la comodidad, al socai-
re de todo riesgo económico y perso-
nal, aplaudiendo hazañas ajenas y
criticando iniciativas. Considero
absolutamente necesario —añadió —
un pacto entre todas las fuerzas po-
líticas, culturales, empresariales, etc.,
para conquistar nuestro derecho
desde la iniciativa popular.

En alguna ocasión, a la hora del
coloquio, que se celebró al final,
algunos de los intervinientes criticó
al PNV flor su ambigüedad y timidez
de los ultimos años, cosa que suele
ser bastante habitual desde el «ala
joven».

— Euzkadi debe estar presente en
la ruptura pactada, que se está
abriendo camino. No pueden vol-
verse a cometer los errores de  1930,
que tan graves consecuencias tuvie-
ron para nuestro pueblo. Estuvimos
ausentes del Pacto de San Sebastián,
que fue la «ruptura democrática de
entonces». Cataluña actuó mejor.
Estuvo en el Pacto y por eso
consiguió . con relativa facilidad el
estatuto. En Euzkadi se aprobó, mas
tarde, un estatuto apresurado y dis-
minuido. Es preciso restaurar la uni-
dad nacional vasca, con las fuerzas
históricas y las nuevas que han ido
surgiendo. Conviene un estatuto de
autonomía, a base de un gobierno
propio, elegido por el pueblo. Sería
este un primer paso; un comienzo
hacia el proceso de autodetermina-

TREVILANO Y CAMACHO
Marcel Camacho Samper,  hijo de Marcelino, entrevista a «Tono» Trevijano.

ANTONIO GARCIA-TREVIJANO

Sabor a cárcel

En la calle Castellana 106 se encuentra el despacho donde Antonio García Trevijano ejerce

como abogado. Allí fue también donde Coordinación Democrática intentó presentarse a la opinión
pública a través de la prensa. Intento que quedó frustrado por la prohibición de la policía y la
detención del mismo Trevijano, de Camacho,Aguado y Dorronsoro. Es quizás la primera vez en
estos 30 años que un hombre de su posición social va a la cárcel por motivos políticos. Determinados
rumores señalaban que había algún enfrentamiento personal que lo retuvo en prisión, sin embargo
nosotros pudimos comprobar con sus palabras que no era exactamente así.

— Ha sido dura tu estancia en la Di-
rección General de Seguridad y en la
prisión de Carabanchel?

—Desde el punto de vista moral se
puede decir que no he tenido ningún
sufrimiento por las circunstancias que he
padecido en la cárcel. Lo que más me
preocupaba eran las noticias que me
llegaban de las actividades políticas fuera
de ella. Ver la confusión que se creaba en
la prensa en tomo a Coordinación De-
mocrática, en tomo a conceptos como
ruptura pactada o ruptura negociada, por
la toma de posición de diferentes parti-
dos. Esas posiciones contradictorias me
han hecho sufrir mucho. Desde el punto
de vista físico lo más duro fueron los tres
días tanto por la suciedad como por las
malas condiciones de la comida que allí
se servía opté voluntariamente por no
tomar nada ni siquiera beber. Fueron tres
días de ayuno total. Es duro, no sólo por
las condiciones tan malas, las dimensio-
nes tan estrechas de la celda y la obliga-
ción de estar permanentemente acostado
sobre un pollete de piedra con un jergón
de plástico encima sin siquiera tener
espacio para dar dos pasos, totalmente
incomunicado, sin poder hablar con na-
die, sino también por haber sido tratados
como gente peligrosa por los guardias,
dándonos órdenes severas come si fuéra-

mos niños o dementes, o asesinos. Todo
eso es muy duro, desde el punto de vista
físico. Moralmente no, porque yo estaba
dispuesto a aceptarlo todo. Hasta tal
punto es desagradabldla Dirección Ge-
neral de Seguridad, que la llegada a la
cárcel supone una liberación. El entrar en
Carabanchel, la convivencia con los de-
más compañeros, con los líderes y mili-
tantes políticos, el poder circular, el
poder salir, al menos a mí, es la falta de
higiene, también las malas condiciones
en las que se tiene que tomar la comida.
Porque al estar prohibido tener hornillos
se toma la comida fría y cuando es
caliente son restos seleccionados del
rancho, verdaderamente abominables.

INUNDACION DE RATAS

Hay una verdadera inundación de
ratas en el patio, en un momento he visto
matar siete u ocho con palos. Por los
cristales rotos las ratas entran en el eco-
nomato donde está la comida. Todo es
una fuente permanente de enfermedades
y epidemias, que no se notan en un
primer momento, pero sí a largo plazo. Y
por tanto, son los presos políticos que
llevan más tiempo en la cárcel los que
están más expuestos a estas enfermeda-
des y a estos deterioros de la salud. En

cambio igual que tengo que decir que las
condiciones materiales son muy malas,
desde el punto de vista de las instalacio-
nes pese a que las galerías en las que
estábamos eran de reciente construcción
y limpias. Generosamente concebidas.
Tengo que decir también que el trato con
los funcionarios en el 99% de los casos es
muy concreto. Los funcionarios de pri-
siones son muy respetuosos con los presos
políticos, al menos en lo que yo he podido
comprobar, y el trato con ellos es bastante
cordial puesto que no invaden nuestras
esferas y tienen cierto margen de tole-
rancia en tomo a la expresión de ideas, de
reuniones, dentro de la cárcel. Sin. em-
bargo, considero que la aplicación del
reglamento penitenciario resulta anacró-
nico porque está concebido hace un siglo
y ahora ya no tiene sentido, ni vigencia.
Pero los funcionarios saben bien esto y en
la medida que pueden evitan complica-
ciones. Las reivindicaciones son por la
falta de comodidad, por las prohibiciones
tan rigurosas de utilizar utensilios que
son indispensables hoy porque estamos
en la vida moderna acostumbrados a
utilizar aparatos técnicos, y de repente
uno aparece allí privado de ayuda para
afeitarse, lavarte, etc.

Quizás desde el punto de vista sicoló-
gico lo más duro para los presos es que

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hay una obsesión por parte de la direc-
ción de la cárcel, creo que también en el
resto de España, por evitar las evasiones
de presos hasta tal punto que aquí en
Madrid los presos políticos tenemos siete
recuentos al dia. Es decir, dos más que los
comunes. Siete recuentos es siete veces
pasar lista. Estés donde estés, tocan la
corneta y hay que alinearse delante de la
celda y conforme te van contando te van
enceirando en la celda, echándote la
llave por fuera, y hasta que no sale un
estachllo de todas las galerías y sale
correcto, no te vuelven a abrir la celda.
Con lo cual son siete veces al día que
permaneces aislado y encerrado en la
celda durante un período de tiempo que
puede oscilar entre diez o veinte minutos.
— ¿ Qué experiencia ha supuesto la

cárcel para ti?

— La única experiencia que ha su-
puesto para mí la cárcel es haber conver-
tido la idea abstracta de amnistía en una
reclamación concreta por una vivencia
que he tenido con los hombres que llevan
tanto tiempo en la cárcel. Para mí la
amnistía ahora no es una de las condi-
ciones primarias de la democracia, como
hasta ahora lo ha sido, sino es en concreto
la libertad de Simón Sánchez Montero,
de Romero Martín, de Lucio Lobato, de
Santiago Alvarez y de José Unanue y de
todos los presos políticos sin discrimina-
ción de ninguna clase. Son la mayoría
jóvenes, que están entregando su juven-
tud, una gran mayoría de jovenes vascos,
perdidos en la cárcel cuando son idealis-
tas que aunque han escogido un camino
equivocado porque la falta de mínimas
libertades de expresión les ha llevado a
ello. La Amnistía es esa reclamación y yo
no haré a partir de ahora ningún acto
político ni privado ni público donde mi
primera exigencia no sea la libertad para
estos grandes líderes políticos y para
todos los detenidos y presos políticos.

A FRAGA NO LE HE TRATADO NUNCA

—Se ha dicho que entre cierto ministro
y tú había roces personales, y que ello
había provocado tu encarcelamiento, por
una parte, y el retraso de tu libertad con
respecto a tus compañeros. ¿Qué hay  de
cierto en todo esto?

Soy consciente de que en algunas re-
vistas y sobre todo en algunas conversa-
ciones políticas se ha interpretado mi
detención y sobre todo mi retención en la
cárcel tras la liberación de Marcelino

Hasta tal punto es desagradable la
D.G.S., que entrar en Carabanchel
supone una liberación.»

Camacho, Nazario Aguado y Dorronso-
ro, como un problema de una venganza o
de una enemistad personal con el minis-
tró de la Gobernación. La verdad es que
estos análisis son muy superficiales  y no
responden a la verdad. El señor fraga  y
yo no tenemos motivo ninguno para
tener ni amistad ni enemistad personal.
No le he tratado nunca. Solamente una
vez comí con él invitado por Luis Valls
Taberner y Rafael Calvo Serer y si tiene
enemistad conmigo es puramente políti-
ca por haber yo asumido la defensa del
periódico «Madrid» como abogado de
Rafael Calvo Serer. Pero la prueba de
que el Ministro de la Gobernación no ha
actuado por impulsos personales contra
mi es aue estando detenidos los cuatro  de
Coordinación Democrática en Caraban-
chel me envió a mi un mensaje ofrecién-
dome un pacto, ofreciéndome la libertad
a mí y también para los tres miembros de
Coordinación antes citados si yo me
comprometía, se fiaba de mi palabra
porque me hizo advertir  que no me lo
exigía por escrito. Si hubiese sido por
motivos personales, jamás me hubiera
mandado a mí personalmente este pacto.
El propio ministro de la Gobernación ha
dicho que la reforma se hará por las
buenas o por las malas. Bueno, pues él
quiere decir que estando yo en la cárcel
ha creído más fácil imponer por las malas
la aceptación de la reforma a los partidos
políticos de Coordinación Democrática.
Y me ha retenido mientras él ha tenido
esperanzas de hacer ese pacto con los
partidos políticos.

— ¿Qué sois los independientes dentro
de la «Platajunta ”? ¿Os transformaréis en
partido político?

— De momento los independientes no
somos más que una mínima coordinación
democrática de las personas democráti-
cas e independientes, representativas de
todas las fuerzas sociales no  configuradas
como partidos políticos y de los indivi-
duos que no son militantes de partidos
políticos. Es solamente una coordinación.
No es un partido. No aspira a ser un
partido, pero hay prdximamente una
reunión, de unas cien personalidades de
toda España en la que vamos a plantear-
nos el tema de si hacer un Congreso de los
demócratas independientes de todo el
Estado: catalanes, gallegos, vascos, en
cuyo caso había que someterlo a un
procedimiento previo de asambleas loca-
les, sectoriales, regionales para designar
compromisarios con objeto de conocer la
opinión y ofrecer una línea de acción a

No haré ningún acto político

donde mi primera exigencia no sea
la libertad de todos los detenidos».

ti:idos los demócratas independientes que
sin estar militando en un partido son
resueltamente demócratas, son antiopor-
tunistas y quieren ante todo anteponer a
la cuestión de los partidos políticos la
cuestión del Estado, el construir un esta-
do democrático, porque están convenci-
dos como yo lo estoy, de que aún no es el
momento de la lucha entre partidos pues
los partidos tienden por razones electo-
rales a tomar posiciones ante el futuro.
Creo que los independientes son necesa-
rios para poner en el orden del día la
cuestión del Estado, la cuestión de la
monarquía o la republica, la cuestión de
estado federal o autonomista, la cuestión
de un régimen presidencialista o un
régimen parlamentario. Y hacerlo ya.
Porque los partidos están preocupados
fundamentalmente de elevar su nivel de
militancia y de su electorado y no cubren
todos los problemas que España tiene
hoy y que en Coordinación Democrática
es para llevar allí esos temas y esos
cuestionarios. En ese Congreso es posible
que salga una nueva concepción de un
gran movimiento de los demócratas o una
nueva concepción de los partidos o for-
talecer coyunturalmente algunos parti-
dos según en que circunstancia, yo no
puedo prejuzgar nada. En todo caso
saldrá lo que la base democrática espa-
ñola diga teniendo información. Porque
lo fundamental de la democracia es estar
informados. La clase política está infor-
mada, la base suele tener poca informa-
ción y se trata que tenga la misma infor-
mación que la clase política pero que la
decisión la tome la base y no la clase
política.

—¿Cómo ves la marcha de Coordina-

ción Democrática?

—No puedo contestar a esa pregunta
porque desde la cárcel no se tiene una
visión completa de la realidad política, se
tiene visiones estrechas, se tiende a la
exageración a favor o en contra y yo
espero, todavía no he podido asistir a la
próxima reunión ya inmediata. Yo pro-
meto a MUNDO, si está interesado, en
concederle una entrevista después que
haya tenido una o dos reuniones en
Coordinación democrática  y entonces
responderé a la pregunta. Hoy no puedo
responder responsablemente.

M. CAMACHO SAMPER
(Fotos 5 A CASAMAYOR)

emi GENTES

CALVO SER ER 
Poner
un Carrillo
en la vida

«Ahora soy demócrata. Me ha
costado mucho, pero soy demó-
crata». Y para avalar sus pala-
bras, Rafael Calvo Serer dejó de
vivir en el parisiense y «estrella-
do» hotel Lotti para ir a la prisión
de Carabanchel.

En sus cinco años de exilio ha
aprovechado tanto el tiempo que,
junto a García Trevijano y a San-
tiago Carrillo, puso en órbita nada
menos que la Junta Democrática.
«He sido, soy y seré siempre un
hombre de derechas». «Continúo
siendo socio numerario del Opus
Dei, circunstancia que nada tiene
q ue ver con mis otras opciones
públicas o privadas». «Yo soy un
hijo sumiso de la Iglesia. Mi gran
maestro, don Marcelino Menén-
dez y Pelayo, después de escribir
todo lo que se le ocurría sobre los
heterodoxos españoles decía 'si
algo he dicho que no corresponde
a la doctrina de la Santa Madre
Iglesia, queda retirado'». «El
marxismo es un poderoso movi-
miento político pero hoy está muy
reducido su valor científico. Es
una doctrina histórica que ha
cumplido su misión, que ha tenido
su valor, pero hoy no es un dog-
ma, una norma de vida ni econó-
mica, ni política, ni moral. Hay
muchas razones para no ser mar-
xista».

Bueno, pues a pesar de todo lo
que se dice, ha dicho y dirá, Ra-
fael Calvo Serer no ha tenido
inconveniente alguno en pactar
con marxistas a fin de conquistar
la democracia. «Compañeros en
esta etapa, me dijo Dolores Iba-
rruri. Estas son las palabras
exactas. Somos compañeros
hasta que hay libertades demo-
cráticas».

No resulta fácil seguirle la pista
al señor Calvo. Desde su polémica
allá en los años cincuenta con
Laín Entralgo (que con la «con-
ciencia cargada» representaba el

19

tre medio su defensa a ultranza
del conde de Barcelona, a cuyo
consejo privado perteneció, un
monarquismo confeso y ya más
recientemente incluso su
consideración de que «es más
viable una república democrática
que una monarquía que sea el
disfraz de un régimen autoritario»
¡Cómo ligar aquel Rafael organi-
zador del primer comando arma-
do de Valencia que se rebeló
contra la República legal un 1 7
de julio de 1936 con el «preso de
Carabanchel»? ¡Cómo asociarlo
de luchador en las Brigadas
Internacionales con Alfredo Sán-
chez Bella de jefe? Calvo además
de perder la guerra perdió su
«Madrid» con su antiguo jefe de
Brigadas de ministro de Informa-
ción.

Todo muy liado, .ciertamente
Pero no menos real. Como reales
son estas palabras: «La desapari-
ción de Franco no es cualquier
cosa (...) Su desaparición es un
hecho enormemente positivo.
Había detenido el proceso natural
de desarrollo político de este
país. Había dejado a España al
margen de la historia...» Para
contribuir a ponerla dentro de esa
historia, Rafael Calvo Serer ha
regresado, y al mismo tiempo ha
conseguido uno de sus anhelos
«Voy a hacer todo lo posible para
ir a la cárcel. Será un dolor nece-
sario porque quiero dar testimo-
nio».

ala liberal falangista y su libro
« España sin problema » hasta
otro libro tan diferente como
«España ante la libertad, la de-
mocracia y el progreso» han ocu-
rrido muchísimas cosas. Hay en-

DOS ESPAÑAS

Rafael y Gregorio. La ruptura y el continuismo. Gregorio y Rafael. El
pacto con el «reformismo,» y la alianza con Carrillo. Dos caras
contrapuestas y dos opciones políticas divergentes. Esto, entre otras
cosas, representan Calvo Serer y López-Bravo y de Castro. Rafael y
'Gregorio.

¿Quién podía decir hace veinte años que el impulsor de una especie
de «internacional de las minorías» y profeta del anticomunismo que fue
Calvo Serer, iba a llegar a formar parte activísima de la Junta
Democrática de España, primero, y de Coordinación Democrática,
después? Ni siquiera García Trevijano. Y así ha sido. Rafael Calvo ha
luchado lo indecible por meter en su nada delgado cuerpo el concepto
de la democracia sin apellidos. Le ha costado menos desde su solitario
exilio. Requisito que Gregorio López-Bravo no posee ni quiere poseer,
porque su lealtad a quien «lo hizo» es una lealtad difícilmente
compatible con un futuro antípoda del pasado. Aquel pasado lleno de
miles de kilómetros que no convencieron demasiado ni a su derecha ni
a su izquierda.

López-Bravo es todavía noticia, porque aún el continuismo lo es.
Calvo Serer es también noticia precisamente porque el continuismo le
obliga serlo. Menéndez Pelayo no fue rupturista. Su admirador Calvo
Serer si lo es. Franco jamás supo de rupturas. Su predilecto López-
Bravo, tampoco. Gregorio, leal. Rafael, desleal. Aquel, de ministro a
«ministrable». Calvo Serer, del exilio a la cárcel. Las dos Esparias.

ANGEL SANCHEZ